02/08/2025


Actualizado a las 23:40h.

Un cartel de lujo en El Puerto. Manzanares, Roca Rey y Pablo Aguado. El primer toro de la tarde fue un ejemplar bien hecho, estrecho de sienes y terciado de cuerpo, que salió definido. Lo toreó bien Manzanares a la verónica y lo cuidó en el caballo. Certeros estuvieron los banderilleros durante el tercio de banderillas como preludio a una labor basada en la mano derecha, en la que el animal tuvo calidad pero pedía series cortas, dejando el alicantino cambios de mano y pases de pecho como remates al final de cada tanda. Gran estocada. Oreja con petición de la segunda y bronca al palco.

El segundo de la tarde fue un toro noble y manejable que tuvo buen embroque, pero que acusó falta de calidad. Variado fue el recibo de Roca Rey, con verónicas y chicuelinas. Lo cuidó en varas y realizó un quite por tafalleras y chicuelinas ceñidas. Explosivo fue el inicio por estatuarios en los medios frente a un animal que decía poco. Buscó el peruano siempre tirar hacia delante por ambos pitones, dejando series en las que hubo más disposición por parte del torero que del toro. El final fue marca de la casa, con un arrimón en el que Roca se dejó llegar al toro, tocándole este varias veces con los pitones en el muslo. Buena estocada. Oreja.

Un toro bonito y bien hecho, ‘cómodo de cara’, fue el tercero de Hermanos García Jiménez, al que toreó con el capote Pablo Aguado suelto y al aire del toro. Dejó también un quite por chicuelinas de bien corte como preludio a una faena que comenzó con un inicio torerísimo, sin abrir el compás, ganando las afueras frente a un toro que cumplió al principio pero que acabó mostrando su condición de manso a medida que avanzó la faena. A partir de ahí, Aguado buscó la colocación y la medida en todos sus muletazos, dejando una labor torera y con alma. Perdió la oreja al pinchar. Ovación.

El cuarto, un toro estrecho de sienes y algo menos armonioso, fue manso y desordenado en sus embestidas, siempre sobre las manos y sin clase. Faena de largo metraje y tesón de Manzanares, buscando corregir los defectos del animal, midiendo siempre alturas y distancias. Paralelo a tablas, fue dejando series que tuvieron más empeño y disposición que estética por la condición del burel. Estocada recibiendo baja. Oreja.

El quinto toro de la tarde fue un ejemplar manso y justo de raza que tuvo embroque pero necesitaba que se le provocara a la hora de embestir. Buscó Roca Rey ir dando celo al toro en el inicio de faena, buscando que este rompiera. Compleja labor para el peruano, pues la ligazón con el animal fue imposible y tuvo que tirar para adelanta la faena de manera ortodoxa por ambos pitones. Lo mejor llegó al final, con un arrimón final explosivo en el que justificó su estatus de máxima figura. Estocada corta y oreja.

El sexto toro de la tarde que lidió Pablo Aguado lo resolvió con un pinchazo, una estocada y un descabello. Tras caer el toro a la arena le fue concedida una oreja. La labor de Aguado fue muy importante. El toro le exigió doblarse con él durante los primeros compases de la lidia para a continuación dejar muestras una vez más de su excelsa calidad torera. Fue una faena plena de plasticidad y elegancia.

El final de la corrida de este sábado en El Puerto ha sido la apertura de la puerta grande para Manzanares y Roca Rey.

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