El pendrive, ese invento que, por mucho que lo utilices, nunca serás capaz de meter a la primera en el hueco del ordenador, parece que va a desaparecer para siempre.
Para decir verdad, ya lleva un tiempo sin utilizarse tanto. Con la llegada del servicio en la nube, se ha convertido en un instrumento más prescindible.
En la actualidad, están surgiendo alternativas más avanzadas, como los discos SSD, dado que estos permiten manejar grandes volúmenes de información con velocidades muy superiores a las de los pendrives.
También las tarjetas y microSD están en auge debido a su pequeño tamaño, bajo precio por gigabyte y alta compatibilidad con los entornos profesionales.
Aunque, para ser sinceros, el almacenamiento en la nube es el que más está siendo utilizado por el público, ya que plataformas como Google Drive, Dropbox o iCloud permiten acceder y compartir archivos en tiempo real desde cualquier dispositivo conectado a internet.
Desventajas del pendrive
Estos artilugios tienen puntos débiles en la era digital en la que vivimos. Por ejemplo, la existencia de imágenes y vídeos en 4K, archivos multimedia de grandes dimensiones y necesidades de velocidad que los pendrives ya no pueden satisfacer.
El almacenamiento es un punto flojo, dado que los modelos habituales suelen ofrecer entre 64 y 512 GB, algo que resulta insuficiente para manejar grandes volúmenes de datos profesionales, copias de seguridad o grabaciones en alta definición. Aunque existen USB de hasta 2 TB, no tienen precios competitivos.
La segunda desventaja de estos instrumentos es que se han quedado muy lentos. En un mundo en el que se requiere rapidez, el traspaso de datos a un pendrive suele ir como una tortuga. En cambio, otros elementos como los discos SSD portátiles con conexión USB-C o Thunderbolt pueden cumplir con ese requisito de velocidad, traspasando archivos en cuestión de segundos.
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Otra desventaja que presentan en esta nueva era tecnológica es su compatibilidad, ya que el puerto USB-A comienza a desaparecer en los equipos modernos y está siendo reemplazado por el USB-C. Es cierto que existen adaptadores, pero estos suelen implicar una reducción en la velocidad de transferencia de datos.
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