Ramón Díaz es debutante en la Liga Endesa, pero la lección la trae aprendida desde antes de sentarse en el banquillo del equipo granadino por … primera vez. Su equipo es colista con balance de 0/5, ninguna victoria y todo derrotas.
Joventut y Baskonia le superaron en el Palacio, aunque a los alaveses les tuvo casi tumbados. Lejos de Granada, las opciones de ganar fueron nulas, en difíciles canchas del Nuevo Congost, Barris Nord y Pazo dos Deportes, donde los rivales fueron mejores y Baxi Manresa, Hiopos Lleida y Río Breogan dominaron al cuadro nazarí sin bagajes.
Hay jugadores que rinden por debajo del nivel que se esperaba, son los casos de Micah Speight, al que se le busca destino al ocupar su sitio Lluís Costa, Zach Hankins y Travis Munnings.
Pero lo peor es que otros hombres importantes como Matt Thomas o Jonathan Rousselle no estuvieron tampoco acertados en Lugo.
Ramón Díaz habló de jugadores que quizás no quieran jugar «a este nivel», aunque seguramente el técnico no caiga en que quizá quieran hacerlo y no pueden, porque los entrenamientos son muy distintos a los partidos, donde la exigencia del contrario es máxima.
También el entrenador granadino pidió paciencia con los debutantes, pero admitió que la ACB no espera a nadie ni hace presos, la calificó de «trituradora, de jugadores, entrenadores y equipos». Así, el Covirán corre el riesgo de descolgarse en la tabla, dado que recibe al Valencia el domingo y se mide posteriormente al Real Madrid, a dos representantes españoles de la Euroliga con altas pretensiones, más una salida a Fontajau que se antoja ya crucial para los granadinos.
Y es que el calendario no ha favorecido en absoluto a los rojinegros. En casa tuvo que lidiar con el Joventut de Ricky Rubio, el Baskonia de Pablo Pin, también de Euroliga, y ahora viene el Valencia de Pedro Martínez, un rodillo anotador, para rematar el ciclo de retos de órdago. Para colmo, los adversarios de potencial más parecido al nazarí todos fueron lejos del Palacio en la primera vuelta: Manresa, Lleida, Breogán y pronto, el Girona de Marc Gasol.
Díaz, sincero
Ramón Díaz asume las críticas y pide perdón a la afición, por una imagen inmerecida para el club y su masa social, en Lugo. El gesto le honra. «Al final los entrenadores no estamos evaluados por cómo entrenamos, cómo construimos, cómo es el día a día, a la larga se nos valora por ganar o perder, ese es el resultado. Entonces vamos a intentar que todo ese trabajo diario, que todo el trabajo que realizamos… vaya dando su fruto. Esas piezas que tenemos deberían ya empezar a acoplarse de la manera correcta, para que después tengamos los resultados que queremos», apuntó el técnico.
El sistema de juego de Díaz era muy claro al principio, se guió, salvando las distancias claro, con el ejemplo del Valencia: eficaz defensa, robar balones, correr mucho, las transiciones rápidas, los ataques en pocos segundos, tirar bastante de tres, porque es más interesante, pero… le ocurre hasta a la selección española, si no metes ni una de tres, pierdes el partido.
«Está claro que uno es lo quiere hacer sobre el papel y no es sólo el Valencia, el baloncesto moderno va hacia la tendencia de ese juego rápido, ese volumen alto de tiro de tres, pero hay que intentar siempre buscar un equilibrio, aquí nos lo pueden dar Luca Bozic y Beqa Burjanadze, porque son dos jugadores que, en su posición, pueden castigar el poste bajo repetidamente. La idea principal es tener ese juego de lanzamiento exterior y de velocidad, pero también resulta importante mantener la alternativa de generar hacia el juego interior, para los pívots». Lluís Costa podría paliar en parte la mínima frecuencia e impacto actual en el bloqueo y continuación.
Y, también, «cuando no queramos jugar situaciones de ‘pick and roll’, cuando pretendamos jugar con los exteriores, podríamos meter el balón interior sobre ellos, para situaciones de bloqueo directo, con la intención de buscar ventajas con ellos alrededor de la pintura», matizó el entrenador.
Ramón Díaz se estrena en la ACB y le preocupa ‘la trituradora’ que ve en marcha…