Carlos G. Fernández


Leticia Aróstegui (diseño)

Lunes, 3 de noviembre 2025, 07:15

El último concierto de Radiohead fue en 2018, un uno de agosto. El último hasta esta semana, por supuesto, porque empieza una nueva gira que han decidido iniciar en Madrid. En aquel último concierto, que fue en Philadelphia y cerraba el tour de ‘A Moon Shaped Pool’, su noveno disco de estudio, tocaron un total de 25 canciones. Para esta gira han dejado caer que llevan preparadas más de setenta, es decir, que por ejemplo los cuatro conciertos madrileños no serán para nada idénticos. Nosotros, en un ejercicio de cultura-ficción, proponemos una lista de 25 canciones tan subjetiva como cualquier otra, que nos sirve de paso para repasar una discografía fascinante.

Dale al ‘play’ para escuchar las que proponemos

6. Anyone Can Play Guitar

6. Anyone Can Play Guitar

6. Anyone Can Play Guitar

6. Anyone Can Play Guitar

Este fue el primer disco. Era 1993, Kurt Cobain estaba vivo, Oasis no había sacado el primero de los suyos. ‘Pablo Honey’ es amado por muchísimos fans que lo vivieron en su momento, aunque su impacto queda eclipsado por el éxito monumental de ‘Creep’, sin el que quizás no habríamos vivido nada de lo que vendría después. Los más culturetas lo descartan por ser demasiado normal, rock fácil, pero esconde mucho más. Por eso hemos elegido ‘Blow Out’, la última canción, que sería una auténtica sorpresa: parte de una extraña bossa nova para acabar en lo más cerca que ha estado Radiohead del shoegaze de bandas como My Bloody Valentine. Sería una sorpresa sobre todo porque los propios Radiohead, en sus últimos años, han dejado muy de lado el material de este primer disco, y muy notablemente del gran single que les hizo ser quienes serían.

Un nuevo acierto para Radiohead. En ‘The Bends’ (1995) ya demostraron muchas más cosas: saber hacer grandes canciones pop como ‘High and Dry’, encontrar el falsete perfecto de Thom Yorke en ‘Fake Plastic Trees’ (contó alguna vez que quedó deslumbrado tras ver actuar al estadounidense Jeff Buckley), y darle a todo una pátina de crítica social anticonsumista que luego continuarían hasta llevarla muy lejos. Un disco más complejo que el anterior, hemos elegido el single ‘Just’ (un reto entre Yorke y Greenwood para ver cuántos acordes distintos lograban meter en una sola canción) y el final, ‘Street Spirit (Fade Out)’, un tema que sí han tocado muchísimas veces en directo. Una pena dejarnos ‘My Iron Lung’, que tanto definió su sonido, pero esto es solo el principio, en discos posteriores tendremos que dejar atrás muchas joyas más. Seamos fuertes.

3. Subterranean Homesick Alien

3. Subterranean Homesick…

1997. Aquí empiezan las polémicas serias. ¿Es este el mejor disco sin lugar a dudas? Pues bueno, es en el que confluyen los amantes de la primera etapa, porque sigue habiendo bastante rock, con los obsesos con el futuro giro electrónico, porque aquí también hay mucho de eso. Pero lo que tiene, más que nada, son inmensas canciones y una producción espectacular a cargo de Nigel Godrich (participó un poco en ‘The Bends’, pero a partir de aquí participará mucho y siempre). Todo encaja entre sí, todo suma, incluyendo diseños, videoclips y anuncios, y el resultado es la apariencia de un universo nuevo. Incluimos aquí ‘Talk Show Host’, uno de los temas sin disco más celebrados, porque es hermana espiritual de ‘Lucky’: fueron paridas en la misma sesión de ensayo. ‘No Surprises’, no está de más decirlo, es un ochomil de la cordillera de las canciones perfectas, y ‘Let Down’ tiene ahora una edad de oro que siempre mereció tras hacerse viral en TikTok.

1. Everything in Its Right Place

4. How to Disappear Completely

1. Everything in Its Right Place

4. How to Disappear Completely

10. Motion Picture Soundtrack

1. Everything in Its Right Place

4. How to Disappear Compl…

10. Motion Picture Sound…

Si a ‘OK Computer’ le quiere todo el mundo, aquí ya hay una escisión. Esta marcianada tecnológica del año 2000, dadaísta a ratos e inconexa… desconectó a muchos. Y aun así fue quizás el mayor triunfo de su carrera. Sin ‘Kid A’, la leyenda de Radiohead no sería tal. Aquí empieza el juego de romper cualquier expectativa, el juego de la independencia de verdad. Sin singles, sin videoclips, pero provocando tesis doctorales y libros. Y en absoluto es un disco frío, ¿quién no se conmueve con el inicio de la canción ‘Kid A’? ¿Quién no baila hasta el amanecer con la rave de ‘Idioteque’? Quizás no es perfecto y le sobre alguna cosa, quizás varios de sus hallazgos ya estaban en el disco anterior, sí. Pero es el disco que abrió todas las posibilidades.

1. Packt Like Sardines in a…

3. Pulk/Pull Revolving Doors

1. Packt Like Sardines in a Crushd…

3. Pulk/Pull Revolving Doors

1. Packt Like Sardines in a…

3. Pulk/Pull Revolving Doors

Este disco se publicó en 2001, pero se grabó en las mismas sesiones del anterior, y visto así las cosas cambian. Anímicamente están cerca, quizás este es más oscuro, pero lo que está claro es que por la fecha de publicación levantó menos revuelo. Un disco diversísimo (es una experiencia muy recomendable escucharlo con unos altavoces enormes de principio a fin) que incluye un gran single nada electrónico (‘Knives Out’), jazz, pesadillas de sintetizador, baladas de piano y grandes momentos como la escalada de ‘You and Whose Army’. Algunas caras B desconocidas, como ‘The Amazing Sounds of Orgy’, se merecen una buena escucha.

11. A Punchup at a Wedding

6. Where I End and You…

6. Where I End and You Begin

11. A Punchup at a Wedding

6. Where I End and You…

El primer disco posterior al 11 de septiembre y a las guerras que le sucedieron. Radiohead decidió comentar de formas directas y oblicuas la actualidad política mundial, cogiendo frases literales de discursos y mezclándolas, al parecer, con cuentos infantiles. Un disco de nuevo muy complejo y diverso en el que muchos vieron una vuelta al rock, siendo en realidad muy híbrido. En ‘Where I End and You Begin’, sobre una preciosa línea de bajo del hermano mayor de los Greenwood, Yorke acaba cantando «Os comeré vivos». Elegimos también la canción de apertura, dedicada con elegancia a la mentira política. Los fans y los críticos, en su momento, no le dieron todo el apoyo del mundo a este disco, es decir, descolocó de nuevo. Nos dejamos muchas joyas que no fueron hits, pero que hacen de este disco un sitio al que volver y volver para pescar buenas ideas.

9. Jigsaw Falling into Place

9. Jigsaw Falling into Place

Pleno. Quizás el último gran golpe en la mesa de Radiohead, el lanzamiento de un disco perfecto que iba a fascinar a crítica y público justo antes del estallido de la crisis de 2008. Muy electrónico y muy orgánico, grandes canciones con una ejecución y sonido impecables, una lección de música que fluye dando la impresión de no costarles ningún esfuerzo. ’15 Step’ dejó al mundo boquiabierto (nadie pensó que se pudiera bailar tanto en un concierto de Radiohead), y lo mismo hizo ‘Nude’, un tema que llevaban preparando diez años hasta que encontraron el sonido perfecto (lo lograron). El resto del disco no se quedaba atrás, y nos duele haber tenido que desechar ‘All I Need’, ‘Reckoner’ o ‘Weird Fishes’. Hay que contarlo: el lanzamiento de este disco, puesto en abierto para descarga de cualquier fan al precio que quisiera, anticipó plataformas como Bandcamp y de nuevo generó un impacto mundial con una idea nueva.

‘The King of Limbs’, en 2011, es un disco mucho más difícil (en especial por sus dos primeros temas) que no llegó ni mucho menos a la popularidad del anterior. Sin embargo, echando la vista atrás, está lleno de hallazgos y grandes melodías en casi todo su recorrido. Es un cliché, pero si no hubiera sido un disco de Radiohead habría sido mucho mejor valorado. El grupo acostumbraba a tocar ‘Bloom’ en los conciertos, pero aquí la cambiamos por ‘Give Up the Ghost’, un tema acústico casi coreable (podíamos cambiarla por ‘Codex’ perfectamente). La que sí es ineludible es ‘Lotus Flower’, quizás la más redonda del disco y objeto de los ya clásicos bailes epilépticos de Yorke en directo, que no pueden faltar. Un disco a respetar, a redescubrir.

10. Tinker Tailor Soldier…

Llegamos al final por ahora. Este disco de 2016 está marcado por una madurez y tristeza muy profundas, que tienen que ver con una expareja de Yorke de muchos años que estaba muriendo de cáncer. No todo el disco va por ahí, pero sí está todo impregnado de ese dolor con algunos visos de resignación luminosa. También encontraron aquí su sitio temas compuestos hace muchísimo tiempo, como ‘True Love Waits’, que los fans conocían de alguna grabación pirata de conciertos de los noventa. El trabajo sonoro es, de nuevo, una lección de sofisticación sin parangón (por ejemplo, en ‘Glass Eyes’). Elegimos ‘Identikit’ sobre todo por ese final guitarrero aparentemente tosco de Jonny Greenwood y la canción más importante del disco, el arca rusa emocional, ‘Daydreaming’. Un trance de seis minutos y medio que nos invita a pensar en todo lo que ha cambiado el mundo desde su publicación.

Esta ha sido nuestra propuesta, igual de válida que cualquier otra. Lo que sabemos es que la banda ha preparado casi el triple de canciones, así que todos los días de concierto variarán, sorprenderán, e inevitablemente muchas quedarán fuera. Es lo que tiene haber trabajado tanto en cuidar los discos, no olvidarse de las canciones que no fueron singles, haber producido una de las mejores carreras musicales de todos los tiempos. Nueve universos sonoros para todos los gustos, con los que ahora jugar y modelar como quieran cada noche de show.

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