En un tranquilo barrio de Tokyo, donde no abunda el espacio y los precios inmobiliarios alcanzan cifras astronómicas, un arquitecto japonés llevó a cabo el proyecto de sus sueños. Nobufumi Takahashi, conocido artísticamente como Zajirogh, construyó una casa de apenas 57 metros cuadrados para su familia de cinco que oculta una gran sorpresa en su interior: un salón sin techo.

Takahashi diseñó y levantó esta vivienda en un área residencial ubicado entre las estaciones de Kami-Shakujii y Nishi-Ogikubo. “Es una zona muy tranquila, pero a la vez está muy cerca de Kichijoji, uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Es un equilibrio perfecto entre la vida urbana y la calma”, explicó el artista en declaraciones al medio Newsweek. ¿De dónde obtuvo la idea para crear una casa así? Pues de una necesidad. “El terreno era muy pequeño y las normas de construcción eran bastante estrictas”, relata. “Tenía que encontrar la forma de que una familia de cinco pudiera vivir cómodamente. Finalmente me di cuenta de que, si convertía el salón en un espacio exterior, podríamos ganar sensación de amplitud y libertad incluso en una parcela tan reducida”.

De esta forma, la casa de organiza en dos plantas (cocina y baño abajo, dormitorios arriba), mientras que el espacio sin techo hace de “corazón” de la vivienda. “La sala de estar está completamente al aire libre. Cuando hace sol abrimos todo y cuando llueve utilizamos una lona, como el techo de un coche descapotable”. Por supuesto, adaptarse al clima cambiante forma parte de la experiencia. “En verano, el aire fresco se queda abajo y resulta fácil mantener una temperatura agradable en toda la casa”, explica. “En invierno, como el calor se escapa hacia arriba, usamos estufas de gas y suelo radiante. Es un estilo de vida parecida a acampar, solo que en plena ciudad: siempre estás pendiente del viento, de la luz y de la temperatura”.

Una casa que a veces se siente un barco

Para Takahashi, habitar esta casa es casi poético. “Vivir aquí es como estar en un barco. Cada rincón tienen un doble uso nada está colocado al azar. Incluso utilizo equipo náutico para manejar la lona del techo, ajustando cuerdas como si se tratara de velas. Mirar al cielo e interpretar el viento marca el ritmo de cada día”. Lejos de considerarlo una excentricidad, el arquitecto nipón asegura que la casa es sorprendentemente cómoda. “Hay mucha luz y la naturaleza se siente muy cerca. Cuando llueve, el sonido de las gotas es fuerte pero reconfortante. Curiosamente, los espacios cerrados son más estables térmicamente porque la zona abierta actúa como amortiguador, así que la comodidad suele ser mucho mayor que en numerosas viviendas convencionales”.

Noticias relacionadas

Al igual que en España, Japón es un país en el que sus habitantes están sufriendo un problema de acceso a la vivienda. No obstante, experimentos como los de Takahashi nos hacen reflexionar al respecto y pensar: tal vez, en las ciudades del futuro, el lujo no sea tener más metros cuadrados, sino tener una ventana hacia la naturaleza.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí