Los jóvenes están detrás del boom inmobiliario que experimenta España… pese a que carezcan de suficientes recursos para comprarse una casa. Esta aparente contradicción se explica por el trasvase de la renta ahorrada por las familias hacia las nuevas generaciones, que acarician así la posibilidad de adquirir una propiedad ante el insuficiente stock en alquiler. Esta es una de las principales conclusiones del último informe sobre las expectativas del mercado inmobiliario elaborado por Forcadell y la Universitat de Barcelona (UB), y que fue presentado ayer por Iván Baqué, consejero delegado de la compañía, y Gonzalo Bernardos, profesor titular de Economía de la UB.
El estudio destaca una coyuntura diferente a la de 2007, desestimando motivos económicos e inmobiliarios que justifiquen una burbuja. Uno de ellos es que la banca es hoy mucho más prudente que en la anterior época dorada del ladrillo. El crédito hipotecario previsto para 2025 alcanzará los 85.000 millones de euros, un 50% menos que en 2006 en términos nominales. Además, los depósitos de familias y empresas superan a los créditos concedidos, reflejando un sistema financiero saneado. A esto se suma un superávit económico cercano al 4% del PIB y la expectativa de que el Banco Central Europeo reduzca los tipos de interés, configurando un escenario de estabilidad que descarta una caída abrupta de precios y ventas.
El alquiler, en horas bajas
Una de las particularidades de esta coyuntura, que no se dio en la anterior salida de la crisis inmobiliaria, es que el impulso del sector viene de la mano de los menores de 40 años gracias a una transferencia intergeneracional de recursos. «Lo vemos en Cataluña, donde el mercado del alquiler está finiquitado. Los notarios ya constatan un aumento de los préstamos entre particulares dirigidos a pagar la entrada de un piso», comentó Bernardos. En Barcelona, la aplicación del control de precios ha supuesto reducciones superiores al 25% en muchos casos, pero el mercado apenas ha registrado ajustes, al mantenerse vigentes muchos contratos o destinarse parte de la oferta al alquiler de temporada.
Como reconoció el académico, esta dinámica solo puede darse en aquellas capas de la población que cuentan con suficiente colchón financiero para ayudar a los hijos. Ahora bien, la bonanza del mercado de trabajo, el aumento de los salarios y el incremento de crédito disponible por parte de la banca dibuja una situación positiva para las compraventas.
Los nuevos propietarios, explicó Bernardos, realizan un cálculo sencillo para tomar su decisión: qué parte de la fracción de su renta mensual se destina al pago de la mensualidad. «Sale más a cuenta pagar la hipoteca mensualmente que el alquiler», sentenció. De acuerdo con el estudio, el próximo año las transacciones alcanzarán las 850.000 unidades, 60.000 más que en el año anterior.
El número de viviendas vendidas será el tercero mayor de la historia, siendo dicha cifra solo superada en 2005 (901.574) y 2006 (955.186). Este boom se prolongará, como mínimo, hasta el último trimestre de 2027.
«Los propietarios se enfrentan a mayores riesgos y menor rentabilidad, entre ellos la imposibilidad de desahuciar a inquilinos vulnerables y la intención de imponer controles de alquiler», explicaron los autores del análisis. Al mismo tiempo, la Administración apenas incrementa la construcción de nuevas viviendas, con un promedio anual de solo 2.484 unidades entre 2019 y 2024, lo que contribuye a mantener la escasez en el mercado.
En este sentido, Bernardos desconfió de los grandes planes anunciados por la Generalitat para levantar vivienda protegida con el horizonte temporal de 2030. La lentitud burocrática y las dificultades para modificar planeamientos urbanísticos impiden, a su juicio, que estos objetivos lleguen a buen puerto.
‘Rally’ de precios
Las buenas previsiones para las compraventas chocan, sin embargo, con otra constante: el incesante encarecimiento de la vivienda, que podría enfriar el ritmo de las transacciones. El propio estudio de Forcadell y la UB estima un incremento cercano al 8% en el próximo año. Ayer mismo, Idealista informó de que el precio de la vivienda de segundo mano había subido un 15,7% interanual en octubre, hasta los 2.555 euros por metro cuadrado.
De esta forma, el coste del hogar usado ya registra el precio más alto contabilizado en España, según el portal inmobiliario. En el caso de Cataluña, la relación precio/metro cuadrado ha avanzado un 9,7%, por detrás de la media nacional.
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