Los asturianos, como el resto de los españoles, se enfrentan a un problema de huevos. Y no es una frase hecha ni, aunque se pueda pensar, para hacer la gracia. Sino que es literal, porque ese alimento básico de la cesta de la compra –el año pasado en España se consumieron 419.659 toneladas, 2,3% más que en 2023– está ahora en medio de una tormenta en el mercado que, provocada por su escasez y la alta demanda, ha derivado en un lógico aumento de precios. Muy acusado.

Según la Unión de Consumidores, el precio de la docena ha subido 1 euro en los últimos 6 meses, lo que supone un 50%; y desde 2021, un 137% los más baratos (categoría M).

Son tres las causas que explican que los huevos se hayan puesto a precio de oro, según Mar Fernández, directora de la Asociación Española de Productores (Aseprhu). Una, la principal, está en la gripe aviar. «Este ha sido el año de más incidencia, sobre todo se ha visto afectada la gallina ponedora. Se han sacrificado 2,5 millones, lo que ha hecho caer un 5% la producción. El mercado del huevo ya tiene un equilibrio muy ajustado y se ha notado en la oferta», apunta Fernández.

Consumo al alza

Otra causa está en el aumento del consumo en España, un 17% en 5 años. «Los españoles lo aprecian cada vez más porque el huevo es un alimento nutritivo, versátil, fresco, de calidad y buen precio. Se compra cada vez más, y si hay menos, eso ha tensionado el mercado», explica la directora de Aseprhu. Además, aporta otro factor: los cambios en los sistemas de producción. «Se van dejando los de gallinas en jaula por otros alternativos como sueltas en gallinero, las camperas o los ecológicos. Y esto encarece el producto. Las de gallinero tienen un coste de producción un 20% más caro; y el de ecológicos duplica a los de jaula».

Y todo esto en un escenario muy complejo para crecer y ampliar producción. Según el informe de 2024 de Indicadores económicos del sector avícola de puesta del Ministerio de Agricultura, la producción de huevos en España fue de 1.169 millones de docenas. Asturias tiene poca producción: 3.682 miles de docenas (3.4% del total) en 2024.

Burocracia excesiva

El aumento de la demanda hace que esta actividad tenga mucho atractivo para los emprendedores, algo deseable. Pero con la burocracia se ha topado. Mar Fernández explica que el sector avícola de puesta está muy regulado en la UE. Además, «está sujeto también a normas nacionales, autonómicas y municipales. Hay más de 70 normas que tienen que cumplirse para la producción de huevos sobre sanidad y bienestar animal, seguridad alimentaria, comercialización y medio ambiente, entre otras. Eso hace que no sea fácil entrar en el sector si no se conocen las condiciones en las que debe operar una granja».

Y aún hay más: «Antes de empezar a montar una granja de producción de huevos hay que contar con los permisos ambientales y de ubicación de la instalación, que requieren de proyectos y tramitación complejos que pueden durar varios años. Esta es una barrera, junto con la elevada inversión necesaria para las instalaciones, que hace complicado ampliar la capacidad de producción de huevos en España«.

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