En 2023, tras 24 años de historia, los Premios Latin Grammy emigraron por primera vez de Estados Unidos. Lejos del territorio norteamericano, la Academia Latina de la Grabación eligió como nueva meca de la música en español una ciudad con profundo arraigo cultural y musical: Sevilla. Tres años después, Andalucía se ha consolidado como epicentro de la música en español en Europa, acogiendo no solo la gala, sino también homenajes a Paco de Lucía y galas que reivindican la música andaluza y sus raíces. Más allá de su indiscutible relevancia cultural, el impacto económico para la comunidad autónoma —y, por extensión, para España— supera los 195 millones de euros.
Según el último Estudio de Impacto Económico y Reputacional, elaborado entre 2023 y 2025 por la consultora Atrevia, el evento ha generado más de 96,3 millones de euros de impacto económico, 98,7 millones de impacto reputacional y 7,5 millones de impacto fiscal sobre la Hacienda Pública.
Desde el punto de vista económico, el impacto total estimado multiplica por más de diecisiete veces la inversión pública realizada —10,8 millones de euros— para acoger el evento, según indica Atrevia.
El informe también cifra en 1.360 los empleos creados y subraya que los sectores más beneficiados fueron las actividades de creación, artísticas y de espectáculos, que incluyen costes de producción, decoración, fotografía, alquiler de espacios, logística, contratistas y talento. Además de los servicios de alojamiento, comidas y bebidas, transporte, actividades cinematográficas, publicidad, comercio minorista, servicios de empleo y actividades de seguridad.
Desde la Academia Latina de la Grabación destacan que “el impacto económico y social generado en estos tres años demuestra que la música es un motor de desarrollo, talento y oportunidades”. “La Academia Latina de la Grabación ha fortalecido su compromiso con España y con Andalucía como plataforma estratégica en Europa para la promoción de la música latina a nivel internacional”, subraya Manuel Abud, director ejecutivo de la entidad.
Una impresión que comparten desde la administración andaluza, que destaca cómo la imagen de la región ha traspasado sus propias fronteras. “Hay que sumar que estos acontecimientos han permitido reforzar nuestra presencia en los mercados de América, emisores que cada vez se rinden más a nuestra tierra como destino de referencia en Europa y escenario de grandes eventos”, señala el consejero de Turismo y Andalucía Exterior, Arturo Bernal.
En una entrevista con Cinco Días, Manuel Abud, director ejecutivo de la Academia Latina de la Grabación, pone el foco en que la entidad, al ser una organización sin ánimo de lucro, reinvierte todos los recursos generados por los premios en la ciudad anfitriona. “Siempre les digo a los alcaldes que el dinero que generamos se queda en la ciudad. Todo lo que invertimos revierte en alojamiento, transporte, restauración, producción… desde el hotel hasta el panadero”, explica Abud.
Aun así, recalca que llevar los Latin Grammy a Sevilla supuso un “esfuerzo titánico”, tanto para la Junta de Andalucía como para la propia Academia, debido a los altos costes logísticos y de producción que implica trasladar artistas, equipos y nominados. En paralelo, reconoce que “no es un evento barato”, pero subraya que el objetivo era “diversificar nuestras fuentes de ingresos y crear un modelo experiencial que vaya más allá de un programa de televisión”.
¿Por qué Sevilla y no otra ciudad?
En cuanto a la elección de Sevilla, Abud señala que la capital andaluza reunía los elementos clave que buscaban para la primera edición fuera de Estados Unidos: una ciudad de tamaño medio, con la infraestructura necesaria para acoger a los artistas y un profundo acervo musical.
“Queríamos una ciudad que pudiera transformarse por completo durante esa semana. En una gran metrópoli como Madrid o Ciudad de México el evento se diluye. En Sevilla, en cambio, se respiraba música en cada esquina. Además, el legado andaluz en la música latina es innegable”, apunta Abud.
De cara a futuras ediciones, el directivo confirma que la Academia mantiene conversaciones con varias ciudades para replicar el éxito del modelo andaluz: “En los próximos tres o cuatro años podríamos tener una o dos ediciones internacionales más, quizá en países de habla hispana o portuguesa… y, quién sabe, quizá algún día en una ciudad como Berlín”. A la vista de los resultados, la apuesta andaluza confirma que la música no solo genera cultura, sino también economía.