Air Europa volverá a volar alto tras años de mucha incertidumbre. La filial de Globalia anunció ayer que Turkish Airlines será definitivamente su nuevo socio con alrededor del 26% del accionariado a cambio de 300 millones de euros. Un movimiento con el que además amortizó ayer de golpe y porrazo con un año de adelanto el crédito de 475 millones de euros … que la SEPI le prestó en la pandemia. Se trata de un éxito rotundo para una aerolínea que hace un año tuvo que hacer malabares para esquivar la quiebra, aunque al culebrón le quedan un par de capítulos más. Ahora, la operación deberá pasar por el filtro del Gobierno y por el de Bruselas y esos ‘ok’ no llegarán en cuestión de días. La aerolínea turca de bandera estima que este proceso durará entre 6 y 12 meses tal y como comunicó ayer a sus inversores.
Lo de Air Europa va camino de convertirse en un milagro. Su fundador y presidente, Juan José Hidalgo, ha visto en poco tiempo como su compañía se le escapaba de las manos con dos acuerdos de fusión fallidos con Iberia; varias ofensivas de aerolíneas extranjeras para adquirirla y una situación financiera límite en la pandemia por la que incluso el Gobierno llegó a plantearse canjear la deuda de la SEPI por acciones y tomar su control. Hoy, con la valoración que ha hecho Turkish de la operación, el precio de Air Europa es de 1.175 millones de euros, 175 más de lo que costaba antes del Covid-19 cuando la balear e Iberia cerraron el primer acuerdo de fusión por 1.000 millones de euros.
En el sector daban por hecho que Air Europa no podría sobrevivir como empresa familiar, ya de por sí una ‘rara avis’ en la aeronáutica comercial europea, pero tras el acuerdo cerrado ayer, Globalia continuará dominando el capital de la compañía con el 54% de las acciones. Turkish, por su parte, se convertirá en el segundo accionista con el 26%. El 20% restante le seguirá correspondiendo a IAG, propietario de Iberia, que ya anunció en septiembre que acudirá a la ampliación de capital a través de la que Turkish adquirirá la mayoría de sus títulos -parte de ellos los obtendrán a través de la compra directa a los Hidalgo por 25 de millones de euros-, para mantener su 20 por ciento en la empresa. Es decir, que Air Europa tendrá como escuderos a dos de los grupos de aerolíneas más potentes del mundo.
Pero hasta que se cierre del todo la entrada de la compañía propiedad al 49% del estado turco, hay mucho camino por delante. Air Europa recibirá ahora los 300 millones de euros de la operación mediante un préstamo canjeable por acciones, que Turkish podrá ejecutar cuando tenga «las aprobaciones regulatorias y de competencia». Esta partida se librará a nivel nacional y continental. En Europa será la Dirección General de Competencia la que tenga que dar luz verde. Expertos en competencia europea consultados por este periódico creen que el análisis no será ningún obstáculo porque la operacion es por un paquete de acciones minoritario y Turkish no tiene calado en rutas españolas.
Por otro lado, en España, será la Junta de Inversiones Extranjeras (Jinvex) (Ministerio de Asuntos Económicos), quien controla el escudo antiopas, la que analice si es apta, al tratarse de una empresa extracomunitaria que quiere adquirir más de un 10% de una compañía estratégica española. A la pregunta de este periódico, la entidad no responde a si Turkish ha presentado ya la solicitud de estudio de su inversión, ya que se hace a petición de la compañía interesada.
Una empresa controlada por el Gobierno de Erdogan
Turkish Airlines es propiedad al 49,12% del fondo estatal turco (TWF), dependiente del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, mientras que el 50,9% restante pertenece a accionistas que han adquirido las participaciones en Bolsa. La aerolínea otomana es una de las más potentes a nivel mundial con una flota de casi 500 aviones y unos ingresos anuales que en 2024 superaron los 21.000 millones de euros. El año pasado transportó en total a 83,4 millones de pasajeros, siete veces más de los 12 millones que llevó Air Europa y casi el triple de los que transportó Iberia (30,7 millones). Actualmente, la aerolínea conecta Estambul con hasta seis destinos españoles: Madrid, Barcelona, Málaga, Bilbao, Sevilla y Valencia.
En Globalia hay pleno convencimiento de que la operación no descarrilará, pero sabe que la mayor amenaza podría estar en este mecanismo, que ya tumbó la opa de la húngara Magyar Vagon a Talgo alegando unos supuestos lazos rusos de la compañía magiar con el Kremlin. La cercanía entre el Gobierno de Vladimir Putin y el de Erdogan es sobradamente conocida, pero la familia Hidalgo confía en que esto no supondrá ningún impedimento por la buena relación existente entre el Ejecutivo turco y el de Pedro Sánchez.
Con un año de adelanto
Por lo pronto, y a pesar de lo que pueda ocurrir con la operación, para Air Europa lo importante es que ya ha podido abonar con la inyección otomana el dinero que debía a la SEPI por el polémico rescate aprobado en mayo de 2020 supuestamente consumado por un trato de favor del Ministerio de Transportes entonces liderado por José Luis Ábalos, y unos supuestos lazos entre Javier Hidalgo (entonces CEO de Globalia) y Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Air Europa aseguró ayer que el reintegro se ha hecho con el dinero de Turkish «y sus propios recursos», que han servido para cancelar los préstamos ordinario y participativo, así como los intereses devengados, por un total de casi 500 millones de euros, «adelantándose un año al plazo establecido» que ponía como fecha límite para el reintegro del préstamo en noviembre de 2026.
La compañía además logró liquidar el pasado mes de mayo, los 141 millones de euros avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que recibió en mayo de 2020, por lo que dice cerrar así «una importante etapa en el proceso de desapalancamiento financiero abordado en los últimos años, confirmando el acierto en la estrategia de gestión».
Objetivos cumplidos
Air Europa cumple así los dos objetivos propuestos a principios de año de encontrar un socio y devolver todas las ayudas adquiridas en pandemia, y lo ha hecho en mejores condiciones de lo esperado. La idea inicial cuando Javier Hidalgo, hijo del fundador, puso en marcha la búsqueda de un socio (con el asesoramiento de PJT Partners) era la de devolver el préstamo participativo de 240 millones con el dinero del nuevo accionista y abonar los 235 del ordinario con financiación de la banca. Pero esto último ni siquiera ha sido necesario.
Durante buena parte del año parecía que el nuevo acompañante de Globalia e IAG en Air Europa iba a ser Lufthansa o Air France-KLM. Ambas estuvieron durante meses analizando la operación y mirando al dedillo las cuentas de la compañía balear. Finalmente, ambos grupos desistieron en el mes de julio y el acuerdo con Turkish -con quien Javier Hidalgo comenzó a tener conversaciones en junio- se cerró en cuestión de días.
La compañía turca, con una flota de 495 aviones, una de las más extensas del mundo, previsiblemente aportará un miembro al consejo de administración de Air Europa como así aseguró en verano el presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, quien dijo haberle trasladado él mismo a Turkish esta solicitud.
En cualquier caso, la aerolínea turca de bandera no podría aspirar en un futuro a tener la mayoría del accionariado de Air Europa porque la Comisión Europea exige a las aerolíneas comunitarias que el 50% de su capital esté en manos de inversores de la UE. La operación, eso sí, le servirá a Turkish Airlines para tener una plataforma en el sur de Europa con la que conectar su ‘hub’ de Estambul con Latinoamérica, donde Air Europa tiene una importante cuota de mercado en los vuelos desde Madrid, la puerta europea para el continente sudamericano.