El nuevo Baskonia todavía debe resolver cuestiones esenciales como su duplicidad en el banquillo con la salida de Pablo Laso y el fichaje de al … menos tres jugadores para completar su plantilla, pero ya ha transmitido dos grandes objetivos: elevar el número y la calidad de los cupos de formación y blindar su plantilla a largo plazo. Siete jugadores de la todavía incompleta plantilla azulgrana tienen vínculos al menos hasta 2028, incluidas las cuatro incorporaciones de lo que va de verano. La tendencia confirma que el club de Zurbano vuelve a planificar a largo plazo con el objetivo de crear un bloque de futuro y construir patrimonio que se traduzca en futuros ingresos.

Los contratos de Clément Frisch, el primero en unirse con la etiqueta de jugador con mayor evolución de la liga francesa, Rodions Kurucs, Rafa Villar y Matteo Spagnolo amplían el bloque de baskonistas con vínculo hasta 2028, donde ya figuraban Markus Howard y Khalifa Diop. Junto a ellos sobresale Tadas Sedekerskis, renovado hasta 2029 en una clara apuesta de futuro por el capitán.

Hasta 2026

Trent Forrest, Timothé Luwawu-Cabarrot, Luka Samanic y Kamar Baldwin cuentan con una temporada más de contrato

La planificación a tres años vista, de la que sólo escapan Trent Forrest, Timothé Luwawu-Cabarrot, Luka Samanic y Kamar Baldwin, todos ellos hasta 2026, es una política similar a la que la entidad de Zurbano inició en el verano de 2020. En esta ocasión, eso sí, coincide con la llegada de Xevi Pujol a la secretaría técnica azulgrana. La lista de jugadores que acaban contrato el próximo verano, además, puede verse reducida aún más en las próximas semanas, ya que el club azulgrana ha puesto en la rampa de salida a Baldwin para buscar a un nuevo director de juego.

El nuevo rumbo baskonista perfila una plantilla todavía en fase de evolución y con jugadores por explotar. Uno de los ejemplos más claros es el de Rafa Villar, de quien el club no espera un alto rendimiento inmediato. El exdirector de juego del Hiopos Lleida, por el que el club azulgrana desembolsó 30.000 euros, llega para suplir la marcha de Ognjen Jaramaz, cuyo desempeño nunca terminó de convencer a Laso en la ACB ni en la Euroliga. El barcelonés, que cumplirá el próximo sábado 21 años, es una de las promesas nacionales, y se caracteriza por ser un base más asistente que anotador. El organizador, por cierto, encarna también otro ajuste en la política de fichajes del cuadro vitoriano, que ha pagado un traspaso por otros tres jugadores (Clément Frisch y Rodions Kurucs) e incluso por el propio Xevi Pujol, un movimiento inédito.

Posibles ingresos futuros

El base catalán, Kurucs y Spagnolo refrendan también el deseo de que los cupos aporten tanto en la hoja de inscripción como en la cancha. Se trata de una circunstancia que en los últimos años se había convertido en un quebradero de cabeza, en el que canteranos como Sander Raieste o Pavel Savkov, con protagonismo muy discreto, han sido los encargados de cubrir esas vacantes.

En cualquier caso, la construcción del bloque a largo plazo, que no está exenta de riesgos por las posibles apuestas fallidas, también propicia eventuales ingresos por traspasos. Los últimos ejemplos son bien recientes y esclarecedores. Las arcas azulgranas han recibido 570.000 euros por la marcha de Donta Hall al Olympiacos y cerca de un millón por el fichaje de Nikos Rogkavopoulos por el Panathinaikos. El griego fue un claro caso de descubrimiento y promesa por pulir, una operación clásica del Baskonia que terminó por convertirse en una de las escasas noticias positivas del pasado curso. El pívot norteamericano, por su lado, estuvo lejos de ejercer de referencia azulgrana y, de hecho, el club lo puso en el escaparate al principio del presente verano en busca de un jugoso ingreso económico, como ha sucedido.