El Real Madrid en 2019 proyectó una gigantesca obra de reforma en el Santiago Bernabéu con el objetivo de convertir el nuevo estadio en su gallina de los huevos de oro, la única manera posible (entendió) de seguir el crecimiento de los clubes … ingleses o de los respaldados por el dinero del petróleo. Desde la propia construcción empezaron los problemas, el club se vio obligado a solicitar dos créditos adicionales (por 225 y 370 millones de euros respectivamente) para completar la obra, pasando de los 575 iniciales a cerca de 1.300 de coste total sumando otras aportaciones. Los dolores de cabeza no terminaron ahí.
Cuando la obra finalizó y se esperaba que empezase a dar réditos, el ruido alrededor del club se disparó. Los vecinos del estadio fueron a los tribunales por el exceso de ruido y, después de solo 16 recitales, el club tuvo que parar cualquier concierto futuro. Se buscan desde entonces soluciones para reanudar esos eventos, pero todavía no las hay. Florentino Pérez ha relativizado el daño que esto suponía para las cuentas del club, pero en solo seis meses el club había conseguido pasar de 400.000 euros a 12,7 millones por concepto de eventos, y eso que la maquinaria estaba todavía echando a andar.
Y luego, el último revés. El club también se había hecho con el contrato para la construcción y la explotación de dos aparcamientos en los alrededores del Bernabéu. Que iban a suponer aproximadamente ocho millones anuales durante 40 años para el club, unos 320 en total, según los cálculos del propio club en una documentación a la que ha tenido acceso ABC y que fueron contados en asamblea.
320
millones de euros
estimaba obtener el Madrid por el aparcamiento, a razón de ocho millones de euros anuales durante los 40 años de concesión.
Antes de la última sentencia, sin embargo, el presidente blanco ya había ninguneado el efecto en las cuentas del club de los aparcamientos, pero la no realización de esa infraestructura tiene un efecto más profundo en el Real Madrid. La instalación de Padre Damián iba a ir aparejada a un anillo logístico que iba a simplificar la distribución de materiales en el estadio y ayudar a la experiencia de los aficionados VIP. Es decir, el problema no tiene solo una conversión en euros, sino también en el cumplimiento de otros objetivos de la obra para hacer el edificio más rentable.
Ante la celebración de la próxima asamblea de compromisarios, para la que el club ya ha puesto fecha, el domingo 23 de noviembre, aumenta la expectación por comprobar cómo explica el impacto de estos varapalos y cómo los refleja en sus cuentas. Cómo se lo transmite al senado que, en teoría, se debe dedicar a escrutar la labor de la junta directiva. Una cita que se espera especial, pues aunque no aparece como punto del orden del día, Florentino Pérez había avisado que esta serviría para conocer los planes de conversión societaria del club. En todo caso, igualmente esencial será ver cómo el presidente blanco vuelve a afrontar tanto los reveses judiciales por las obras como las consecuencias económicas que estos tienen para el club.
El último informe económico del Real Madrid hablaba de una deuda neta por el estadio de 1.163 millones. Fuentes conocedoras del club señalan que la directiva de Florentino Pérez siempre desgaja esta deuda de la obra en sus informes y remarca la buena salud financiera del club más allá de la misma, pero no deja de ser una cifra plenamente imputable a la institución y una carga para las cuentas blancas. El club asegura en sus asambleas que los ratios de endeudamiento están en todo caso controlados.
1163
Millones de euros
es el importe de la deuda neta reconocida por el club derivada del proyecto de remodelación del estadio a 30 de junio de 2024.
Las cifras finales de coste de la obra distan mucho de la previsión inicial. Es cierto que es habitual que este tipo de actuaciones terminen teniendo un sobrecoste, y también que el Real Madrid añadió por el camino alguna mejora más en las obras, especialmente un invernadero en las entrañas del estadio para poder guardar el césped. Además, el club justifica que por el camino hubo una pandemia, que derivó en una gran inflación a nivel mundial. Pero, en todo caso, se pasó a prácticamente doblar el coste de la obra en poco más de cuatro años de construcción.
Una deuda de 40 millones
Florentino Pérez presumió por aquel entonces de ser el único club español en haber navegado la pandemia sin números rojos, pues cada año de su presidencia por el momento ha logrado beneficios. Esas cifras no fueron fáciles de cuadrar en aquel año 2022 y se sacaron adelante en buena medida gracias a un acuerdo del club con dos empresas, Sixth Street y Legends, que a cambio del 20% de los ingresos en «determinados nuevos negocios» del estadio aportaron 360 millones de euros a las arcas del Real Madrid.
Sixth Street y Legends, a cambio del 20% de los ingresos en «determinados nuevos negocios» del estadio, dieron 360 millones
«Ese dinero, en el balance, fue directamente a tesorería, y aquello permitió que no se diese pérdidas, sin eso hubiese tenido problemas incluso de ‘fair play’. La operación se hizo así, pero había gente en el club que lo vio con extrañeza, pues debería haber computado como deuda, porque aunque no sea un crédito con plazos no deja de ser un adelanto de dinero futuro», explica un empleado entonces del club con conocimiento de aquel proceso por el cual el Madrid logró una financiación extra en un momento delicado. Estas fuentes calculan que si se hubiese computado de ese modo el club hubiese arrojado unas pérdidas de más de 40 millones de euros en ese ejercicio.
Sixth Street es una financiera y Legends una empresa especializada en la explotación de grandes recintos de ocio. Ambas aportaron ese dinero con la idea de que el estadio iba a ser un gran negocio. Es algo que ha ocurrido. En las últimas cuentas se pasó de 151 a 300 millones de euros gracias a la potenciación de la zona vip o el museo, pero los planes iniciales no se pueden estar cumpliendo porque, en palabras de Florentino Pérez en 2021, el Bernabéu iba a ser «uno de los lugares más atractivos de Madrid y Europa donde se podrán vivir experiencias únicas todos los días del año», algo que está lejos de producirse.
«En el balance, ese dinero fue directo a tesorería, pero debería haber computado como deuda; no deja de ser un adelanto de dinero»
Diversas fuentes explican que, como en todo contrato de ese calado, existen cláusulas de todo tipo que por el momento no se han activado, pero que pueden suponer un problema futuro para el Real Madrid, al no poder desarrollar todo el potencial previsto. Sixth Street y Legends no han contestado a las preguntas de este diario al respecto, pero siempre que han hablado sobre este tema han reafirmado su compromiso con esta asociación.
Según dijo Florentino en asamblea, «los conciertos representaban apenas el 1% de los ingresos» anuales del club blanco
Florentino Pérez negó en la Asamblea del pasado año que la paralización de los conciertos fuese un problema: «No son especialmente lucrativos. Esto no es más que un invento, como se puede comprobar en las cuentas y en el presupuesto».
La frase del presidente contrasta con el hecho de que el crédito de 370 millones que se pidió para terminar la obra se justificó por la realización del hipogeo, un modernísimo invernadero que permite dejar diáfano el espacio del terreno de juego para la realización de eventos y así salvaguardar el césped. Es decir, una construcción con relación directa con los conciertos que ahora mismo solo sirve para que el Bernabéu pueda albergar eventos corporativos de hasta 5.000 personas. El sueño de un pabellón multiusos con varias citas a la semana ha quedado muy lejos.
Es difícil valorar exactamente lo que ha dejado de ganar el Madrid por la ausencia de conciertos, entre otras cosas porque en ninguna Asamblea se puso cifras a esa ambición. Información a la que ha tenido acceso ABC explica lo que ganó el club en al menos uno de esos recitales, concretamente el de Duki el 9 de junio de 2024, en el que el Madrid ingresó 235.000 euros por la cesión de la instalación, pero además de eso también recibió 1,5 euros por cada entrada vendida y se aseguró la explotación de la zona VIP, de la que se llevaba el 80% del beneficio. El contrato también adjudicaba al club el 20% de lo recaudado por merchandising. Estas cifras luego deberían repartirse con Sixth Street y Legends. El Madrid ha sido consultado para la realización de este reportaje y ha declinado la opción de participar, limitando su versión a lo expresado en medios oficiales del club.
235.000
euros
por la instalación, 1,5 por entrada vendida, el 80% de la explotación de la zona VIP y el 20% del merchandising obtuvo el Madrid por un concierto.
En aquellas cuentas de 2022, las que tuvieron esa inyección de las empresas americanas para dar beneficios, también se anunció la creación de una empresa, Estadio Real Madrid SL, que iba a ser el vehículo para realizar la gestión del Bernabéu. Esta sociedad, con José Ángel Sánchez, director general del club, como administrador único, se pensó para hacer más ágil la gestión y más tarde se actualizó su razón social para entrar en el concurso de los aparcamientos del Bernabéu. En realidad, aquella mercantil no se constituyó de cero, sino que se aprovechó una ya existente a la que se cambió el nombre y el objetivo social, Grymes Invest SL. Un socio compromisario asegura a este periódico que en la Asamblea nunca se ratificó la creación de la empresa como tal, lo que debería ser un paso necesario, ya que esta nueva sociedad recibe competencias que son del club.
El parón de los conciertos dista de ser el único problema de las obras del Bernabéu. Los vecinos también han conseguido judicialmente revocar los aparcamientos que estaban previstos para la Castellana y la calle Padre Damián. Solo el club acudió a esa licitación, que iba a costarle 100 millones de euros a pesar de que en las primeras actuaciones el propio club había negado la necesidad de más plazas de aparcamiento en la zona, según afirman fuentes vecinales. Explican también que uno de los motivos por los que se dio luz verde a todo este plan era la descongestión del área del estadio y la peatonalización de parte de la zona, algo que está en fuerte contradicción con la ejecución de dos aparcamientos.
Florentino desechó el problema en la última Asamblea: «El Ayuntamiento sacó a concurso el aparcamiento porque entendió que era lo mejor, reservando para los residentes una tercera parte de las plazas. Nos presentamos al concurso haciendo un gran esfuerzo. ¿Se necesitan 100 millones de euros por 25 partidos de dos horas? Estamos dispuestos a hacerlo para este barrio de Chamartín», explicaba el presidente blanco.
De 561 millones a solo seis
Las cifras reflejadas en el contrato de adjudicación por parte del ayuntamiento eran aún mayores, 561 millones que abarcaban todo lo relativo a la construcción y explotación de la obra. Esa cantidad, sin embargo, fue modificada posteriormente por el consistorio y reducida drásticamente hasta los seis millones. La alcaldía explicó que el primer dato era una equivocación y que lo que debía registrar el contrato era el canon que tendría que pagar el Real Madrid (150.000 euros por 40 años).
Aunque el alcalde ha deslizado la posibilidad de seguir adelante con el espacio de Castellana, los vecinos recuerdan que el propio contrato de concesión habla de ambos aparcamientos como algo indivisible, entre otras cosas porque el de Padre Damián siempre fue planteado como una obra deficitaria y su licitación solo tenía sentido si se hacía conjuntamente. La explicación para querer seguir con la obra tiene que ver con lo ya construido, pero un portavoz de los vecinos señala que estaba lejos del 50% de realización. ABC ha tenido acceso a un documento de Acciona, la constructora, en el que se señala que se habían ejecutado algo más de 17 millones de euros para la obra al momento del cese de la actividad en la misma. Desde el entorno del club se desliza que la paralización de esta obra puede ser un problema de cara a que el Bernabéu albergue la final del Mundial 2030.
Antes del frenazo a los conciertos, en seis meses se había pasado de 400.000 euros a 12,7 millones en concepto de eventos
Más allá de la cifra, el aparcamiento tenía que servir para ofrecer una mejor experiencia a los que acudan a los vip del estadio, la verdadera gallina de los huevos de oro de los clubes actualmente. En el Madrid en los últimos años incluso se han recomprado abonos de empleados para poder dedicarlos al vip y quienes no tienen el euroabono, solo el de Liga, tienen pocas opciones de acceder al de temporada completa porque el club prefiere explotar esas localidades de un modo más lucrativo.
Ese estadio que iba a dar un evento cada día ha terminado por ser tanto un orgullo como una fuente de preocupación para la directiva del Real Madrid.