La actriz Sydney Sweeney ha respondido por primera vez a la polémica generada por su campaña publicitaria para American Eagle, cuyo eslogan «Great Jeans» juega con la similitud fonética entre jeans (vaqueros) y genes (genes), que se escribe distinto pero se pronuncia de forma muy similar. «Sydney Sweeney tiene unos vaqueros fantásticos», rezaban los anuncios, o unos genes fantásticos, podía interpretar el espectador. Pero como la actriz es una mujer muy atractiva, blanca, rubia y de ojos azules, eso bastó para que los de siempre lo interpretaran como un guiño a la «superioridad genética» de la raza blanca, pura «propaganda nazi».

En una entrevista con la revista GQ publicada esta semana, Sweeney habla por primera vez de las reacciones al anuncio, aparecido este pasado mes de julio, y que acumuló millones de visualizaciones además de darle un empujón al valor de las acciones de American Eagle. Ante los ataques que recibió el anuncio por ser supuestamente racista, tanto la compañía como la actriz recibieron muchos apoyos, incluso desde las más altas esferas. Trump, desde su cuenta en Truth Social, la elogió como «fantástica», y Vance compartió el vídeo destacando su atractivo.

En la entrevista con GQ, la periodista Katherine Stoeffel presiona a Sweeney durante más de tres minutos para que se disculpe por el juego de palabras y condene el respaldo de Trump. «Hice un anuncio de vaqueros. La reacción fue una sorpresa, pero me encantan los vaqueros. Vaqueros y camisetas: eso es lo que me pongo todos los días», responde la actriz. Ante la insistencia sobre si se siente «agradecida» por el apoyo de «poderosas figuras», Sweeney contesta: «No tuve esa sensación», añadiendo que sucedió cuando estaba trabajando jornadas de 16 horas rodando Euphoria. Cuando se le pregunta si le preocupa alienar a audiencias progresistas, replica: «No». Finalmente, la entrevistadora la «da la oportunidad» de pronunciarse sobre lo inadecuado de hacer un chiste con doble sentido genético en el clima político actual, a lo que responde, contundente y sin titubear: «Cuando haya algo sobre lo que quiera hablar, la gente se enterará».

Todo el intercambio es una clase de cómo se debe responder a preguntas basadas en una premisa con la que no estás de acuerdo. Hay un viejo dicho en el periodismo que encapsularía esta idea y al que se refirieron Bill Kovach y Tom Rosenstiel en su libro Los elementos del periodismo. «Un ejemplo clásico es la pregunta-trampa: ‘¿Ha dejado ya de pegar a su mujer?’ Si el interpelado responde que sí, la implicación es que antes solía hacerlo mientras que si responde que no lo que da a entender es que aún lo hace. Otra variante más moderna es cuando un periodista llama a un político y le pregunta: «¿Mató usted a su ayudante?» Cuando el político lo niega indignado, la noticia sale así: «El senador niega haber asesinado a su ayudante». La negación se convierte en la excusa para publicar la acusación, aunque no exista ni una sola prueba». Del mismo modo, si Sweeney se hubiera defendido de la acusación falsa que le hacen estaría aceptando la premisa de que existe una acusación digna de tal nombre en primer lugar, de modo que no cae en la trampa.

Como ya sucediera cuando salió el anuncio, la derecha estadounidense ha apoyado a la postura de la actriz y atacar la entrevista. «Lo más interesante de esta conversación para mi es la progresista engreída que vive en su propia burbuja y dice chorradas porque le parecen lo más natural del mundo», compartió Dinesh D’Souza. «Estoy seguro de que todavía se está preguntando por qué Sydney Sweeney no le siguió el juego».

«Este es el periodista más repugnante que he visto en toda mi vida. Toda esta supuesta ‘entrevista’ es una emboscada de mala fe, una trampa para acorralar a Sydney y forzarla a confesar que es conservadora, jajaja ¡qué psicópata de manual!» aseguró la podcaster Alex Clark, quien forma parte de la organización del difunto Charlie Kirk. Mientras, el popular presentador Piers Morgan concluyó que «la mejor manera de lidiar con la menguante turba woke es ignorar por completo sus chorradas».

Quienes no se han pronunciado, por ahora, son Trump y Vance.