El cuerpo está hecho para moverse, y cada vez son más los expertos que nos recomiendan prestar atención a la fuerza y al movimiento para nuestro día a día. Y no es para menos. La evidencia científica no tiene dudas respecto a la práctica regular de ejercicio físico como estrategia para prevenir y ralentizar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.

Numerosos estudios demuestran que tanto el ejercicio aeróbico como el de fuerza mejoran el flujo sanguíneo cerebral, la neurogénesis en el hipocampo y la liberación de factores neurotróficos, como el BDNF, que favorecen la plasticidad neuronal.

El ejercicio regular se asocia a una mejora en la memoria y la velocidad de procesamiento mental

Investigaciones recientes publicadas en Nature Aging y JAMA Neurology muestran que mantenerse físicamente activo reduce en más de un 30% el riesgo de desarrollar demencia o enfermedad de Alzheimer. Además por si fuera poco, el ejercicio regular se asocia a una mejora en la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento mental, incluso en adultos mayores sedentarios que comienzan programas de entrenamiento.

En conjunto, la ciencia confirma que moverse a diario no solo fortalece el cuerpo, sino también el cerebro y la capacidad de pensar con claridad. Queda claro que si el ejercicio físico fuera un suplemento, no habría doctor en el mundo que no lo recomendara.

Así lo pone de manifiesto Arthur Brooks, profesor de Harvard y uno de los especialistas más influyentes en bienestar y felicidad, que en un vídeo de la plataforma digital @antiaginglifestyle (estilo de vida antienvejecimiento) destaca la influencia del deporte y los hábitos saludables en la preservación de las funciones cognitivas cuando nos hacemos mayores.

El catedrático destaca varios estudios longitudinales en los que se hace referencia a que la práctica constante de actividad física puede reducir hasta en un 30% el riesgo de deterioro cognitivo y demencia a partir de los 60 años.

El experto subraya en la publicación que la clave no solo está en el entrenamiento físico intenso, sino en la constancia y en la adopción de rutinas que mantengan activo el cuerpo y el cerebro. «El cuerpo sostiene al cerebro», advierte el experto que ahonda en que «el mayor error que la gente comete es no cuidar de sus cuerpos, porque te garantizo que para cuando tengan mi edad -61 años- sufrirán deterioro cognitivo».

Una buena salud cardiovascular y buena masa muscular para tener una mejor salud cognitiva

Caminar a diario, practicar fuerza moderada, realizar ejercicios de equilibrio y reservar tiempo para el descanso son, a su juicio, factores que potencian la longevidad cognitiva y emocional.

«Ve al gimnasio todos los días: deberías realizar al menos 4 o 5 días a la semana de cardio en zona 2 (entrenamiento moderado donde la frecuencia cardíaca se mantiene entre el 60% y el 70% de la frecuencia cardíaca máxima, es decir, ejercicio aeróbico donde, aún con la respiración acelerada, puedes mantener una conversación). Todos por debajo de 40 años deberían estar haciendo trabajo de resistencia».

  • Frecuencia: Realizar al menos 4 o 5 días a la semana de actividad cardiovascular en la Zona 2.

  • Tipo de actividad: Actividades como caminar, nadar, montar en bicicleta o usar la elíptica son ideales. Lo importante es mantener la intensidad adecuada.

  • Entrenamiento de fuerza: Recomienda que todas las personas menores de 40 años hagan entrenamiento de resistencia, y a todas las edades, para mantener la masa muscular (prevenir la sarcopenia).

  • Beneficios cognitivos: Mantenerse en forma ayuda a preservar la inteligencia cristalizada (la sabiduría y la capacidad de enseñar y reconocer patrones) y previene el deterioro cognitivo con la edad

El catedrático también pone el foco en el papel de la mediana edad, entre los 40 y 60 años, como una etapa crítica para sentar las bases del bienestar cerebral futuro. «Las decisiones que tomamos en esta fase -desde la alimentación hasta la gestión del estrés o el sueño- determinan en buena medida cómo funcionará nuestro cerebro décadas después», ha señalado Brooks en una conferencia reciente sobre felicidad y envejecimiento saludable.

«Si estás en buena forma física, tienes buena salud cardiovascular así como una óptima masa muscular, no sufres sarcopenia -que es la pérdida gradual de masa muscular a los 40-50 años- tendrás una mejor salud cognitiva», indica el gurú de la felicidad de la Universidad de Harvard. Envejecer con plenitud mental no depende del azar, sino de la disciplina y la coherencia de los hábitos cotidianos.