Es solo un entrenamiento, pero es un Alcaraz- Sinner, y la intensidad y la adrenalina están ahí, aunque surjan más sonrisas y la energía todavía no esté al cien por cien. Es solo un entrenamiento cargado de abrazos antes y después, pero también de … mucho rodaje, durante la hora y cuarenta minutos que duró la práctica.

«Entrenar con Jannik siempre es bueno. No hay mucho que aprender en una sesión, porque hemos jugado muchos partidos y nos conocemos bien, sabemos qué esperar del otro, pero sí nos damos ritmo para entrar en el torneo bien, encontrar las sensaciones adecuadas y acostumbrarse a las condiciones. No es la primera vez que entrenamos juntos y no será la última», comentó Alcaraz sobre este entreno entre el número 1 y el 2 del mundo, entre los dos mejores del año, entre los dos que se van a discutir tanto la maestría como el número 1. Ya en 2009, sucedió algo parecido con Rafael Nadal y Roger Federer. «Entrenar no es lo mismo que un partido; es algo muy personal, y prestas mucha atención a cómo funcionan tus golpes. Es genial entrenar con los mejores del mundo porque te obliga a mejorar enseguida. El primer partido es muy importante y también diferente a lo habitual, porque normalmente no te enfrentas a uno de los ocho mejores de inmediato», señaló Sinner sobre esta jornada especial.

Saben que solo el otro, este otro, puede darles la motivación, la persistencia, la capacidad y la potencia para afrontar esta Copa de Maestros en plenas facultades. Un trofeo que anhelan ambos y que ofrece, además, el trono del tenis. Quiere retenerla el italiano, que triunfó el año pasado aquí; quiere conquistarla por primera vez Alcaraz, que nunca ha llegado en su mejor momento a este último torneo ATP del año y por eso lo desea más todavía.

Tampoco llega al cien por cien en este curso, con la derrota del Masters 1.000 de París ante Cameron Norrie en primera ronda todavía reciente y vendaje en ese tobillo izquierdo que lo mantiene pendiente de sus movimientos. Sobre su chasco en París ha tomado las lecciones y ha olvidado lo demás. Los 54 errores no forzados sabe por qué venían, una mala táctica de ir siempre hacia el tiro ganador y un mal día. Algo «puntual» que lo ayuda, no obstante, a saber por dónde debe encauzar los entrenamientos en esta última competición ATP del curso.

Con respecto al tobillo, mejoría paulatina y más confianza en sus movimientos, que a veces la lesión es más por inseguridades que por malestar físico. «Me voy encontrando mejor y más libre en los movimientos en pista. Y con confianza porque me veo en los entrenamientos muy bien», prosiguió, y comentó que jugará con vendaje y con precaución. «Quitamos capas para que el tobillo coja fuerza y estabilidad. Estoy deslizando con la pierna izquierda y eso indica que estoy más suelto y con más confianza».

Cómodo con el tobillo, lo está más con esta pista bajo techo y rápida que no es tan rápida, como explicó, ya acostumbrado a la velocidad y entonado tras ese enrtenamiento con Sinner.