El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, ejercerá ante el Gobierno «la presión necesaria para que se resuelva ya» el cambio anunciado de las reglas de explotación del acueducto y, en consecuencia, el recorte drástico a la mitad del trasvase Tajo-Segura … en su volumen hídrico anual.
El aviso viene de la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, tras la visita hace unos días del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, cuando ha exigido que «se modifiquen de una vez por todas» esas normas de funcionamiento de la infraestructura para las transferencias hídricas.
Asimismo, ha revelado la dirigente autonómica que el Ejecutivo de Page está «presentando propuestas técnicas» para variar ese sistema de envío de caudales a la cuenca del Segura. Aunque no ha revelado cifras, su meta declarada en última instancia es cerrar el grifo por completo y que los regantes se abastezcan exclusivamente de la desalación.
Tampoco influyen en su criterio las reservas récord en más de dos décadas en los dos pantanos que abastecen al acueducto -Entrepeñas y Buendía- que siguen en el Nivel 2 que autoriza trasvases automáticos mensuales de 27 hectómetros cúbicos (antes 38) al contar con 1.334 hm3. Puede ser «un espejismo» esta «capacidad hídrica favorable», según la consejera Gómez.
A su juicio, debido al cambio climático y a que pueden llegar tiempos de sequía, la nueva planificación hidrológica «no puede retrasarse ni un minuto más». No obstante, los técnicos de la Junta de Explotación ya han prolongado esas transferencias automáticas para este último trimestre del año porque las previsiones apuntan con seguridad a mantenerse en ese Nivel 2 de abundancia.
«Nuestra agricultora regó siempre de aguas subterráneas»
Parece descartado también que la fijación en cerrar el trasvase se justifique por las necesidades del campo en Castilla-La Mancha, puesto que esta misma semana, el director general de Cooperativas Agro-alimentarias, Juan Miguel del Real, ha alertado en la misma línea que la dirigente del equipo de Page de que más agua en la cabecera del Tajo «no resuelve los problemas» de los regantes de la región. «Nuestra agricultura ha regado siempre de las aguas subterráneas», ha revelado.
Esta circunstancia está corroborada en privado por representantes de organizaciones agrarias a sus homólogos alicantinos, y en la meseta siempre han visto pasar el agua en dirección al sureste peninsular sin ninguna afectación, con indiferencia, porque no la necesitan. De ahí también que se apunte únicamente a su uso para actividades náuticas en los dos embalses de cabecera en Guadalajar, que se construyeron para el trasvase, en realidad, no para el turismo fluvial.
En cuanto al otro argumento de equilibrio en la Naturaleza, el director del Instituto del Agua y las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, Andrés Molina, en una jornada celebrada en Elche recientemente, puntualizó que «el proceso de implantación de los caudales ecológicos en España ha sido lento y todavía no se ha completado en todas las demarcaciones hidrográficas ni para todos sus componentes«.
En el caso del río Tajo, su establecimiento «estuvo fuertemente condicionado por factores políticos, debido al impacto directo sobre el trasvase Tajo-Segura». Y para argumentar este análisis, Molina ha comparado que «esta situación contrasta con la normalidad con la que operan otros trasvases intraautonómicos, como el Negratín-Almanzora, el Tajo-Guadiana o el trasvase desde la cola del Ebro hacia las cuencas internas catalanas (Tarragona), entre otros».
Además, ha vuelto a incidir como otros representantes agrarios levantinos que el Supremo efectivamente dictó cinco sentencias que anularon parcialmente el Plan Hidrológico del Tajo del segundo ciclo y ordenan establecer caudales ecológicos en el río. «No obstante, el alto tribunal no fijó una cuantía específica ni prejuzgó su alcance y, además, desestimó las pretensiones que solicitaban la imposición de caudales aún mayores a los finalmente establecidos, amén de señalar que dicha determinación debía realizarse en el siguiente ciclo de planificación hidrológica».