Las conversaciones entre el PP y Vox para iniciar el proceso de relevo de Carlos Mazón como presidente valenciano comenzaron ayer en València. Desde la formación de Santiago Abascal se informó de la “buena voluntad de negociación” entre ambas partes y se pidió a los populares valencianos que pusieran sobre la mesa quién va a ser su candidato. Al respecto, existe amplio consenso entre los cargos valencianos en la persona del síndic y secretario general del partido en la Comunidad Valenciana, Juanfran Pérez Llorca, aunque es Génova quien tendrá la última palabra. En el comunicado emitido por Vox se añadía que se quería conocer a la persona designada para, a partir de ahí, “explorar con él su disposición a acordar políticas que permitan continuar con la reconstrucción de la Comunidad Valenciana y su defensa frente a las políticas destructivas de Pedro Sánchez”.
La dirección nacional del PP quiere que la solución al relevo de Mazón se alcance lo antes posible. También parece ser la intención de la derecha extrema, cuyo secretario general, Ignacio Garriga, se desplazó ayer a València para iniciar las conversaciones. Génova quiere una solución rápida por tres motivos: para garantizar la estabilidad del Ejecutivo valenciano, ahora en crisis por la dimisión de un presidente que ejerce en funciones; para evitar un escenario que amenace elecciones anticipadas, y para no agotar los plazos previstos según el reglamento de las Corts Valencianes.
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Salvador Enguix

En el PP valenciano ayer se palpaba el nerviosismo, aunque diversas fuentes mostraban su esperanza en que la negociación, que puede durar días, “vaya por el buen camino”. El propio Alberto Núñez Feijóo anunció ayer el inicio de las conversaciones, que “seguirán hasta que den estabilidad a la reconstrucción en Valencia”. El líder del PP nacional no ha ocultado su preocupación por la negociación, y hasta en dos ocasiones en los dos últimos días ha apelado a “la responsabilidad”, en referencia a Vox, para llegar a un acuerdo que permita agotar la legislatura hasta mayo del 2027. El peor escenario para los populares sería un fracaso del pacto que se busca con la extrema derecha, lo que desemboque en un adelanto electoral.
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El problema, según estas fuentes, no será el sustituto de Mazón. Desde el PP valenciano se subrayaba que el núcleo de la negociación va a ser cerrar un acuerdo político para la investidura que se celebraría a finales de noviembre. Vox, como anunció Santiago Abascal a La Vanguardia, quiere que la Generalitat Valenciana renuncie al “pacto verde” y que aplique una política de tolerancia cero a la inmigración irregular. Con Mazón, gran parte de estas exigencias ya se habían consolidado, así como otras que hacen referencia a los recortes en cooperación, la ofensiva contra la cultura en valenciano, la eliminación de las comisiones LGTBI y de derechos humanos de las Corts o diferencias en las estadísticas oficiales entre migrantes y “nacionales” en el ámbito de la sanidad.
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Pero ahora Vox necesita salir ganador de esta nueva negociación, justo cuando está cerca la celebración de las elecciones autonómicas en Extremadura. Fuentes del PP señalaban al respecto que “van a ser muy duros”, pero añadían que la buena sintonía entre ambas formaciones en Valencia es un “contexto” que no se da en otras autonomías y que puede jugar a favor. Como ejemplo, Juanfran Pérez Llorca es quien ha negociado todos los acuerdos con la derecha extrema en las Corts Valencianes. El acuerdo que se alcance tendrá efectos en todo el PP y en la política española. Es importante recordar que tras el 28-M el acuerdo entre Mazón y Abascal, que se forjó al margen de Génova, fue una de las principales causas de que Feijóo no alcanzara la presidencia del Gobierno el 23-J. ¿Hasta qué punto aceptará el PP las condiciones de Vox para evitar unas elecciones anticipadas? En juego están el futuro de la Comunidad Valenciana y de la política del PP a nivel nacional.