Marc Seguí ha aprendido a detenerse. Después de años de crecimiento meteórico, éxitos virales como Tiroteo y una etapa emocionalmente densa que derivó en un EP más oscuro, el artista mallorquín presenta No Tengo Prisa, un disco que marca un punto de inflexión. Su segundo álbum de estudio es una obra más serena y consciente, con un tono agradecido, urbano y emocionalmente desnudo, donde confluyen influencias latinas, momentos íntimos y un sonido más sobrio que en sus trabajos anteriores.

El artista explica que ha querido alejarse del artificio visual y musical que lo acompañó en sus primeros éxitos. “Puede que tenga una estética más neutra, quise que fuera más realista, más apegada a lo que soy yo ahora mismo”, asegura. El disco, compuesto por 12 canciones, presenta un giro estilístico claro hacia lo urbano, algo que se nota tanto en las bases como en las colaboraciones. Ha trabajado con artistas como Álvaro Díaz (Pa K) o Soge Culebra (Ascensor), con quienes construye un universo más nocturno, íntimo y contemporáneo. “La industria evoluciona y los artistas nos tenemos que ir adaptando, pero este cambio de género ha sido algo más personal, es lo que he estado escuchando y mi mente me pidió tirar para allí”, explica.

Marc Seguí en la revetla de Sant Sebastiá

Marc Seguí en la revetla de Sant Sebastiá / B.RAMON

Un agradecimiento a su éxito

El proceso de creación del álbum ha sido también una forma de reconciliación con su propio recorrido. Seguí cuenta que atravesó una etapa complicada cuando le llegó la fama de forma repentina, una exposición que no estaba preparado para gestionar. “Pasé un momento duro cuando me vino la fama de repente porque no estaba preparado para ello”, dice. Esa crisis derivó en el EP AAAAA (2023), un trabajo más rockero y oscuro, donde canalizó la ansiedad, la presión del éxito y la sensación de estar perdido.

Este nuevo disco, en cambio, nace desde un lugar distinto. Más luminoso y agradecido, No Tengo Prisa se construye como una especie de respuesta emocional a todo lo vivido: “Sin éxito no hubiese llegado hasta donde estoy ahora, por eso en este disco he querido agradecer todo lo que me ha pasado”.

«Cuando vengo a Mallorca todos los males se me van»

En medio de esa transformación, el artista ha encontrado una nueva forma de habitar su carrera y su vida. “Dejé de centrarme en las expectativas para enfocarme en el mundo real”, afirma. Es una frase que resume no solo el momento en el que se encuentra, sino también la filosofía detrás del álbum. Ya no se trata de correr, sino de entender por qué se corre.

Mallorca, su refugio personal

Uno de los momentos más personales del disco llega con Mallorca, tema dedicado a su isla natal. En él, Seguí expresa la añoranza por su tierra y la tensión entre su carrera en Madrid y sus raíces. “Cuando vengo a Mallorca todos los males se me van, tengo claro que en cuanto tenga la posibilidad me vendré para siempre”, asegura con convicción. Aunque ahora vive en la capital por trabajo, su vínculo con la isla sigue siendo profundo y emocional, algo que ha querido plasmar en una de las canciones más sinceras del álbum.

Marc Seguí

Marc Seguí / .

Además, reconoce que este disco le ha permitido abrirse de una manera distinta: “Siempre hablo de mi vida, pero nunca suelo entrar en detalles en las canciones”. Esta vez, sí lo ha hecho. Hay menciones directas, como a su madre, y letras que desnudan partes de sí mismo que antes no se atrevía a mostrar.

Con más perspectiva y menos prisa, Marc Seguí asegura sentirse un privilegiado por poder vivir de lo que le gusta. Aunque no sabe qué vendrá después, se nota más centrado, más conectado y más auténtico que nunca.

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