El UCAM Murcia CB continúa siendo un experto en eso de superarse a sí mismo. Si no le bastaba con firmar el mejor arranque de su historia, el equipo universitario ha añadido a su casillero la quinta en seis jornadas al imponerse al BAXI Manresa en un partido en el que no paró de picar piedra desde su inicio (84-65). Trabajó sin descanso la plantilla de Sito Alonso ante un rival que le impidió correr durante muchos minutos y que le lastró su falta de acierto en el lanzamiento exterior durante la primera mitad.
Los de Sito Alonso no frenaron hasta conseguir su objetivo en un día en el que el viento no soplaba a favor, y que les coloca de estar más cerca de Valencia el próximo febrero. Todo lo contrario. Tuvo esforzarse para conseguir ventajas en el marcador y superar a un rival pegajoso, que desde el inicio dejó claras sus intenciones. La prueba fue la rabia de un Emanuel Cate desatado en el último cuarto. Una versión nunca antes vista en Murcia, ni siquiera en su anterior etapa, que dejó varios mates en carrera y un carácter que ayudó a sentenciar el partido en su recta final con 12 puntos y 11 rebotes, siendo la gran mayoría en el tramo final.
Pero todo esto fue antes de que DeJulius pusiera el brillo en el Palacio. Si el base aseguraba ser un fan de Kyrie Irving en su presentación a su llegada a la capital del Segura, y no solo por su aspecto físico, el jugador norteamericano dejó auténticos destellos en acciones individuales al más puro estilo del ‘2’ de los Mavericks. Con 22 puntos en 25 minutos, DeJulius fue la solución del UCAM Murcia durante muchos minutos en pista, ya que su juego permitió desequilibrar la balanza ante el plan elaborado por Diego Ocampo para nublar a los murcianos.
El base puso los quilates en una plantilla de currantes, porque el músculo de Radebaugh, Raieste, el propio Cate o Will Falk, fue necesario en un día en el que las faltas marcaron la rotación y el cambio de planes de Sito Alonso ante las necesidades en pista.
Un arranque complicado
Y eso que el UCAM se adjudicó un primer cuarto que fue demasiado intenso. La defensa pegajosa del BAXI Manresa en los primeros segundos de posesión hizo que se le escapase el balón en varias ocasiones a los universitarios y también les impidió encontrar la fluidez. Esto se sumo a las faltas señaladas a los locales y a tres triples consecutivos del conjunto catalán que colocaron el 7-11 en el marcador. Sin embargo, a partir de ahí, el UCAM entró en combustión. Primero con un DeJulius brillante en el uno para uno, con tres acciones de gran nivel entrando a canasta, y después con el impacto de las rotaciones (11-11). Con la teórica segunda unidad, el equipo de Sito Alonso ganó más empaque defensivo, a pesar de la amenaza del bonus, y encontró buenos momentos de juego ofensivo, con canastas de Radebaugh y Sant-Roos, que provocaron el tiempo muerto visitante (20-14). Surtió efecto para el Manresa, porque en el último minuto enlazó un parcial de 0-4 que desdibujó las buenas sensaciones del cuadro murciano hasta entonces (20-18).
El UCAM toma distancia
No se encontraba cómodo el UCAM en pista, ni tampoco se encontraba a sí mismo en su juego. Por eso, a pesar de dos buenas acciones de Nakic, fue Sito Alonso el que quiso mover ficha con la entrada a pista de Falk y el regreso de DeJulius (24-20). El BAXI Manresa confirmó su buen momento con un triple de Olinde y tan solo el base unviersitario era el único capaz de romper a la defensa visitante, ya fuera anotando o buscando a sus compañeros, por lo que el técnico universitario tuvo que pararlo a cinco del descanso (29-27). Funcionó, porque el UCAM cerró filas en defensa, y apareció de nuevo DeJulius junto a Falk para darle oxígeno a los suyos y voltear la situación en apenas unos segundos (35-29). Irrumpió en el partido también Radebaugh en tareas ofensivas, lo que permitió a los universitarios contar con una renta de diez puntos, aunque el peaje fue una carga de faltas en varios jugadores, que podía marcar la línea de la segunda parte (40-30). Quiso darle un mordisco al marcador el Manresa en el último minuto de la primera mitad, pero aguantó el UCAM las embestidas y sus fallos en el tiro libre (4/14) le condenaban. Además, apareció otra vez de DeJulius, con 13 puntos al descanso, para levantar al Palacio en una nueva acción individual de muchos quilates (44-32).
DeJulius saca los quilates
De hecho, en la segunda parte regresaron Ennis y Cacok, tras cometer dos infracciones tempranas al inicio que condicionaron la rotación, aunque esto no reactivó a los universitarios (46-36). Cierto es que consiguieron mantener su renta en los primeros minutos, pero todavía no desplegaban la solvencia que buscaba con su juego ante los problemas en el perímetro -con un 1/7 desde el triple-. Una mala racha que confirmó que DeJulius tenía las llaves del partido, ya que el base rompió estos números con tres triples consecutivos (57-41) al filo de los cinco minutos de este cuarto. Jaleó a un Palacio que al grito de ‘MVP’ esperaba que sirviera como punto de inflexión en el partido, aunque Sito Alonso tuvo que cortarlo en las sigueintes posesiones tras un parcial de 0-5 para ajustar de nuevo a los suyos (57-46). El cortocircuito del UCAM se prolongaba sin DeJulius en la pista, con varios lanzamientos que repelió el aro, y solo las visitas al tiro libre, convertidos por Forrest y Radebaugh, rompieron este parcial sin ninguna canasta en juego de los universitarios (61-53).
Cate, desatado
El UCAM necesitaba liberarse de esa carga en el inicio del último cuarto, y lo consiguió con un triple de Raieste en la primera acción. Así afrontaba unos últimos diez minutos recargado de confianza, aunque todavía le costaba poder entrar en calor al impedirle correr el Manresa y desplegar su juego (66-53). Lo mejor es que los murcianos contaban con la ventaja suficiente en el marcador para empezar a gestionar el encuentro con seguir empujando. Empuje que pidió Cate al Palacio tras hacerse fuerte en la pintura y anotar una canasta sobre la bocina que celebró con rabia para despertar a sus aficionados (68-53). Con 15 puntos de renta, Diego Ocampo solicitó tiempo muerto para tratar de voltear la dinámica, pero al UCAM se le complicaba la rotación con Falk eliminado por faltas y la cuarta de Raieste. No le debió importar al estonio, que asistió a Cate en una acción y en la siguiente fue el pívot el que volvió a levantar al Palacio al liderar una jugada desde su propio campo. Pero es que en la siguiente, el protagonista fue Radebaugh con un robo y una entrada a canasta que sentenciaba prácticamente el duelo a cinco minutos para el final (74-55). No fue fácil cerrarlo para el UCAM, ante el empuje de su rival, pero la sangre caliente de Cate, con un nuevo mate en carrera, y la intensidad innata del equipo universitario, hicieron el resto (84-65).