Se había advertido de que el cierre del Gobierno en Estados Unidos iba a provocar un caos aéreo, y ya se está haciendo realidad. La … reducción del número de controladores aéreos, debido a la imposibilidad de pagar sus nóminas, provocó el pasado jueves que las autoridades decretasen una reducción del número de vuelos de hasta el 10% del total en 40 de los aeropuertos más importantes del país. Es una medida que se irá implementando gradualmente hasta el próximo día 14 y que ya ha supuesto la cancelación de mil vuelos y el retraso de casi otros 3.500. Así, más de 100.000 pasajeros se han visto afectados por la incapacidad de republicanos y demócratas para prorrogar el presupuesto federal.

Y esto es solo un aperitivo de lo que puede suceder en los próximos días, cuando las aerolíneas se vayan acercando al número máximo de cancelaciones y estas afecten a vuelos internacionales, que aún no se han visto afectados. Actualmente, solo se cancela el 4% de los vuelos, pero el martes serán el 6%, el jueves el 8% y el viernes el 10%. De momento, 13.000 controladores aéreos y 50.000 trabajadores de los servicios de seguridad aeroportuaria han sido considerados ‘esenciales’ y están forzados a trabajar sin cobrar para mantener abierta la infraestructura aérea.

Todo puede ir a peor

Pero la situación es precaria y las autoridades temen una cascada de bajas debido a la presión a la que están sometidos estos empleados. Esa es, precisamente, una de las razones de que se cancelen operaciones. «No es una decisión política», sentenció el secretario de Transporte, Sean Duffy. La medida se ha tomado para «evaluar los datos y mitigar el riesgo que supone para el sistema que los controladores sigan trabajando sin cobrar. Volar hoy es seguro, y lo será mañana y pasado mañana gracias a las medidas proactivas que estamos tomando», explicó. «Estamos viendo signos de un exceso de estrés en el sistema, así que no dudaremos en tomar más acciones si es necesario», ha advertido Bryan Bedford, responsable de la Administración Federal de Aviación.

Todo apunta a que la situación empeorará. Así lo reconoció a CNN el presidente de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos, Nick Daniels. Y la cadena Fox News elucubra ya con la posibilidad de que las cancelaciones se dupliquen hasta llegar al 20%. Porque en un país que vive del crédito y en el que un 42% de la población no puede hacer frente a un imprevisto de 400 dólares, diferentes medios informan de que algunos controladores se están viendo forzados a buscar un segundo empleo y que, si la situación perdura, muchos dejarán de acudir al trabajo. «Estamos haciendo todo lo posible, pero lo que no podemos hacer de ninguna manera es poner dinero de nuestro bolsillo. Necesitamos que el Congreso reabra el gobierno», sentenció Daniels.

Aunque la seguridad se aduzca como la razón de este gran contratiempo en el transporte aéreo, lo cierto es que tiene implicaciones políticas, porque supone un gran elemento de presión para que los dos grandes partidos estadounidenses lleguen a un acuerdo en el rifirrafe presupuestario, ya que es uno de los puntos que más afecta a la población general. Pero hacen falta 60 votos en el Senado para que el país encienda el motor y las cuentas no salen: los republicanos cuentan con 53 asientos y los demócratas con 47.