84 – CÁCERES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: Albert Lafuente (15), Álvaro Palazuelos (14), Patrick Lima (4), Alex Mazaira (9), Wildens Leveque (12) -cinco inicial- Nico Marina (8), Juan Santos (0), Matteo Strikker (16), Luis García (3), DJ Foreman (3).

85 – BIELE ISB: Ierai Aizpitarte (27), Adriá Mocanut (18), Mikel Olaizola (5), Mohamed Niang (8), Andoni Acha (11) -cinco inicial- Oier Ardanza (4), Thierry Sagna (8), Jordan Jermain (2), Iñigo Miranda (2).

MARCADOR POR CUARTOS: 13-17, 42-37 (descanso), 59-56 y 84-85 (final).

ÁRBITROS: Raúl Aguilera y Juan Jesús Betanzos. Eliminados: Lima (min. 31),

INCIDENCIAS: Sexta jornada de la Segunda FEB. 600 espectadores en el Multiusos.

Decía el maestro José María García que en algunos partidos pasaba como en el póker: lo peor no es perder, sino la cara que se te queda. Eso debió pensar el Cáceres Patrimonio de la Humanidad cuando Ierai Azpitarte clavó un triple casi sobre la bocina que le dio el triunfo a su equipo, el Biele ISB (84-85). La vía de agua que había tapado el conjunto de Jacinto Carbajal venciendo en Jaén vuelve a manar un rojo torrente por lo doloroso de este final. El encuentro no estaba ganado, pero casi.

La tarde empezó ya de forma inquietante para el Cáceres, en la línea de sus actuaciones ligueras en casa hasta ahora. Adriá Moncanut, que no es desde luego un gran tirador, le clavó tres triples en los primeros cinco minutos, lo que disparó el marcador en contra hasta un 5-13. No había manera tampoco de coger un rebote defensivo ni de poner orden.

Obviamente quedaba un mundo para rectificar y así fue en principio, coincidiendo con la salida a la pista de un energético Nico Marina. Aunque con más corazón que juego por parte extremeña, el choque se llegaría a igualar, pero un par de canastas vascas dejaron el 13-17 al final del primer cuarto. En su última jugada se lesionó el máximo anotador del Biele, Jordan Jeremain, que no volvería a la pista. El equipo de Azpeitia llegaba ya con un equipo muy corto de nueve jugadores y acusaría el golpe.

La primera ventaja local estaba al caer, con Matteo Strikker al manod de las operaciones a nivel anímico (19-17, min. 12).

Wildens Leveque, que había estado un rato descansando, se unió con uno de los mates de la temporada a lo que pudo ser el inicio de una fiesta. No fue así. El norteamericano hizo enseguida su segunda falta y volvió al banquillo y sus compañeros pecaron de nuevo de una irritante falta de continuidad en los dos lados de la pista. Los despistes se alternaban n con las acciones de mérito como un triple ‘de pizarra’ de Alex Mazaira que dejaba el marcador en 42-37 al descanso. No estaba mal para cómo había empezado el cuento.

Directos al dramón

El encuentro se reanudó después de un descanso amenizado por un cuadro flamenco que pareció animar al público sacando su lado más sureño. Quizás no sea la época más propicia de este club en la búsqueda de apoyos, pero desde luego sí la más creativa.

Carbajal premió la superior primera parte de Marina respecto a Albert Lafuente dándole la titularidad. El joven cacereño lo agradeció con un par de acciones de mérito que contribuyeron al que el viento se pusiese aún más a favor (49-40, min. 23).

El posible despegue estaba ahí-ahí, pero no ocurrió, otra vez con los demonios particulares reapareciendo a base de pérdidas absurdas y falta de agresividad en el rebote defensivo. Al Biele le bastaba con algún tiro lejano y mantener un decente nivel defensivo para seguir en el partido, y eso que sus jugadores seguían sufriendo percances físicos y acumulando faltas. Todo estaba por decidir al encarar los últimos diez minutos (59-56).

Patrick Lima culminó su habitual partido vacío con una falta y una técnica consecutivas que provocaron su eliminación. El pánico empezó a cundir ante la imperturbabilidad casi mecánica del Biele (61-63, min. 33).

Apareció entonces Lafuente, bastante errático toda la tarde, y sus canastas mantuvieron la igualdad con la que se afrontó la recta final. Se le unió Álvaro Palazuelos (73-69 a 3:50), pero no fue suficiente para tener un epílogo tranquilo. Vaya que no.

Con empate a 80 en el último minuto, Lafuente se sintió fenomenal con la capa de héroe y clavó un nuevo triple a falta de 21 segundos (83-80). El Biele, y en particular Aizpitarte, se revolvieron. El vasco anotó dos tiros libres (83-82) y Lafuente respondió solo con uno (84-82), lo que dejó el último balón a su antagonista, que decidió desde al menos siete metros. Pareció un triple, pero no:era un puñal que dejó desolados a equipo y aficionados locales.