Cristina Pedroche ha regresado por fin a Zapeando de una manera que probablemente no habría imaginado jamás: rodeada de colaboradores en pijama. 

Pero todo tiene su porqué: la creadora de contenido había confesado recientemente en Instagram que todavía no se veía con fuerzas para vestirse y maquillarse tras el nacimiento de su segundo hijo. Así que, en un acto de solidaridad, el equipo ha decidido que lo mejor era recibirla… en bata y zapatillas.

El primero en hablar ha sido Miki Nadal, muy amigo de la tertuliana y de su marido, el chef David Muñoz. Nadal, entre broma y queja, le ha lanzado la primera pulla de la tarde: «Ya era hora».

No obstante, la reincorporación no ha sido completamente plácida. La influencer ha reconocido que su estado emocional aún se encuentra en proceso de adaptación. 

«Mentalmente, estoy un poco…», ha comenzado apuntado. «Estoy bien y el niño es un bollito, pero… no quiero estar aquí«, ha admitido finalmente con una sonrisa. «O sea, sí quiero, pero no… es raro», ha argumentado para después añadir con sinceridad: «La maternidad me vuelve la cabeza loca, quiero hacer cosas, pero, a la vez, no quiero».