En los últimos dos años Telefónica cada vez más se había convertido en una compañía a tener en cartera en busca de un dividendo alto, estable y visible que, en función de los vaivenes del precio de sus acciones, ofrecían al inversor rentabilidades que podían oscilar entre el 6,5 y el 8% aproximadamente, algo que muchos inversores no podían encontrar en otras compañías.

El dividendo era sin duda uno de los principales atractivos de la teleco española, la cual destacaba tanto dentro del sector de las telecomunicaciones europeas como en lo que es el propio Ibex 35 por este factor ya que ese 7% que surgía de comparar los 0,30 euros que hasta este año reparte por cada acción con un precio de 4,3 euros, que era al que cotizaba este lunes antes de la celebración del Capital Markets Day, se colaba siempre entre los más altos.

De hecho, dentro de la industria, solo los dividendos de Freenet y de Sunrise superan este 7% de cara a este año mientras que las grandes cotizadas de las telecomunicaciones europeas se quedan en el 3,8% de Deutsche Telekom, el 5,5% de Orange o el 4,6% de Vodafone, todas ellas sustancialmente por debajo de lo que el inversor se embolsa con Telefónica. Esta misma coyuntura es la que ahora también enfrentan los grandes accionistas de la empresa española, como son STC, Criteria y la propia SEPI, cada una con una participación del 10% y que encontraban en el dividendo una vía para ir recuperando año a año al menos parte de su inversión, algo que a partir del curso que viene se ralentizará.

En lo que es el contexto de la bolsa española, Telefónica ocupa el tercer lugar este ejercicio por rentabilidad por dividendo gracias a los 0,3 euros que sí que ha confirmado que repartirá a cargo de las cuentas de 2025. Sin embargo, el recorte a la mitad comunicado para 2026 la lleva a ocupar un puesto a media tabla. En concreto, los 0,15 euros que pagará el curso que viene a precios actuales ofrecen un rendimiento del 4,15% al que compre ahora, a 3,6 euros aproximadamente, el decimosexto más alto del índice de referencia español. Es decir, ha perdido 13 puestos.

La compañía desciende claramente de los primeros puestos del ranking del Ibex de cara al próximo año. Esa clasificación la liderarían ahora Logista y Enagás, con un 7,1%, seguidas de Banco Sabadell con un 6,75%.

La decisión, la primera con respecto a la política de remuneración al accionista desde que Marc Murtra llegó a la compañía el pasado mes de enero, se toma con el objetivo de ahorrarse en torno a 850 millones de euros para reducir su apalancamiento, ahora en 2,8 veces ebitda, que está por encima de lo que promedia el sector. A la vez, para ganar algo de margen de maniobra para poder atender a posibles operaciones de consolidación que se den en el sector en alguno de sus grandes mercados.

Los analistas señalan precisamente que los ahorros por el dividendo son limitados. «La clave está en dónde invertirán este capital ya que cualquier ahorro en el balance sin una buena operación de mercado es negativo», apuntan en Deutsche Bank. Para Iván San Félix, analista de Renta 4, «los objetivos de ingresos están por encima del consenso pero también los de apalancamiento mientras el recorte de dividendo es superior a lo que se esperaba», sigue el experto. «Creemos que la fuerte caída del valor se debe principalmente al recorte del dividendo y a la previsión de un FCF un 25% por debajo del consenso», agrega. «Además, el objetivo de desapalancamiento nos parece poco ambicioso, previendo una caída del endeudamiento hasta las 2,5 veces que mantendría la ratio en un nivel superior al de las principales telecos europeas en los próximos años», concluye el analista de Renta 4.

Recuperación a partir de 2027

El plan de Marc Murtra pasa por fijar una especie de suelo en el dividendo el año que viene en esos 0,15 euros y, a partir de ahí, ir recuperándolo progresivamente a medida que el flujo de caja libre lo haga, repartiendo cada curso entre un 40% y un 60% del mismo. Sin embargo, han tomado la decisión de excluir en la contabilidad el coste del espectro radioeléctrico, la retribución que se obtiene de la joint venture en Reino Unido con Virgin Media (VMO2) y los costes contraídos tras las reestructuraciones de la fuerza laboral. Quitando todo esto el flujo de caja obtenido será probablemente menor pero también mucho más predecible. «Para 2027 teniendo en cuenta el punto medio del flujo de caja libre y el 50% de payout, el dividendo se situaría en 0,2 euros, levemente inferior al actual», expone San Félix.

Con la nueva lectura, la generación de caja de Telefónica promete incrementarse en casi 800 millones de un año para otro, al repuntar desde la referida previsión de 1.900 millones a final de año hasta los 2.700 millones de 2026. De la percha del FCF no solo cuelga el pago del dividendo al que podían aspirar los accionistas a partir de 2027, sino también la credibilidad de las casas de análisis, exigentes con la precisión en los rangos de las previsiones.

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