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Uno de cada diez personas en el mundo sufre enfermedad renal crónica (ERC), patología que sigue en aumento y representa un serio problema de salud pública.
Un estudio piloto realizado en Málaga por el IBIMA ha demostrado que un programa de educación nutricional y coaching mejora la calidad de vida de pacientes con ERC avanzada que aún no requieren diálisis.
El programa incluyó dieta mediterránea adaptada, talleres, seguimiento personalizado y apoyo digital, logrando mejoras en masa grasa, capacidad funcional, adherencia dietética y bienestar psicológico de los pacientes.
La intervención también ayudó a reducir síntomas depresivos y a fortalecer la confianza de los pacientes para gestionar su enfermedad renal crónica.
El número de pacientes con una enfermedad renal crónica (ERC) avanzada en España crece año tras año, confirmando así el grave problema de salud pública que esta patología presenta para el país y la necesidad de seguir impulsando estrategias preventivas e investigando.
Aquellos que padecen alguna enfermedad de este tipo necesitan tratamiento renal sustitutivo (TRS) con diálisis o trasplante renal, para sustituir la función de sus riñones y seguir viviendo.
Ante esta situación, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) Plataforma BIONAND, ha realizado un estudio clínico piloto que mejora la salud y bienestar de pacientes con ERC.

El programa, estructurado de educación nutricional, está basado en metodologías de coaching que mejoran sustancialmente la calidad de vida y diversos parámetros de salud en pacientes con ERC avanzada que no están en diálisis.
El estudio, conocido como ensayo ERCANUT, ha sido liderado por el grupo de Endocrinología y Nutrición de IBIMA Plataforma BIONAND bajo la dirección de Gabriel Olveira; y la dietista-nutricionista Marina Padial Barranco, responsable de la elaboración del material educativo utilizado en el ensayo.
Una de cada diez personas padece una ERC
La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a una de cada diez personas en el mundo y conlleva serias complicaciones que deterioran la calidad de vida de quienes la padecen.
Hasta ahora, las estrictas dietas tradicionales, aunque necesarias, resultaban difíciles de mantener y terminaban generando frustración, ansiedad o incluso depresión en muchos pacientes.
De acuerdo con el informe REDYT, el número de nuevos casos de pacientes (incidencia) con ERC en TRS en Andalucía en 2024 se situó en 151,6 personas por millón de población (pmp), muy similar a la media nacional (que se sitúa en 150 pmp), si bien experimentó un ligero crecimiento con relación al año anterior (149,2 pmp).
Por su parte, la prevalencia (número total de casos) de pacientes con ERC en TRS durante 2024 en Andalucía se situó en las 1.362 pmp, una cifra inferior a la media nacional (1.407 pmp), aunque con una tasa superior a la registrada en la comunidad en 2023, que fue de 1.347 pmp (es decir, con un aumento del 1% respecto al año anterior).
De este modo, ya son unas 12.000 las personas en Andalucía las que precisan TRS para reemplazar la función de sus riñones, es decir, diálisis o un trasplante renal, según datos de la Sociedad Española de Nefrología.
Estudio de IBIMA
Con estos datos en mente, investigadores de IBIMA Plataforma BIONAND han probado en Málaga un nuevo modelo de acompañamiento integral, basado en educación nutricional y técnicas de coaching motivacional.
Entre abril de 2021 y diciembre de 2022 se desarrolló un ensayo clínico con pacientes en fases avanzadas de la enfermedad (etapas 4 y 5, pero aún no dependientes de diálisis).
Para el estudio, los participantes se organizaron en dos grupos. Uno se limitó a seguir las pautas dietéticas habituales, mientras que el otro contó con un Programa de Educación Nutricional (NEP) mucho más completo.
Este incluía una dieta mediterránea adaptada a cada persona, talleres y sesiones de coaching, además de un seguimiento continuo por parte de una dietista-nutricionista y una enfermera especializada.
A ello se sumó un apoyo semanal con llamadas, mensajes y materiales digitales, como infografías o recetarios personalizados.
Resultados del estudio
Tras solo tres meses de seguimiento, los resultados del programa fueron evidentes y medibles en distintos ámbitos. Los participantes que lo siguieron mostraron una mejora significativa en aspectos directamente vinculados con la enfermedad renal, como la percepción de sus efectos y la carga que representa en la vida diaria.
En el plano nutricional, el grupo de intervención experimentó una reducción de la masa grasa corporal y de la circunferencia de la cadera, al tiempo que mejoró su capacidad funcional y logró mantener la masa muscular.
Asimismo, aumentó su adherencia al patrón de dieta mediterránea, se elevaron los niveles de albúmina en sangre y se incrementó la producción de orina diaria, sin que se observaran efectos secundarios en otros parámetros relevantes.
Por último, en el ámbito del bienestar psicológico, el programa contribuyó a disminuir los síntomas depresivos y a fortalecer la confianza de los pacientes para manejar su enfermedad crónica, además de mejorar su conocimiento sobre la enfermedad renal crónica (ERC).
“Estos hallazgos demuestran que una intervención nutricional estructurada y personalizada, basada en el “coaching” realizado por personal experto, es una herramienta eficaz para mejorar el bienestar general de los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada”, explica el investigador principal, Gabriel Olveira.
“Comprobar cómo los pacientes no solo mejoran físicamente, sino también en su estado de ánimo y en la confianza para manejar su enfermedad, subraya la importancia de un enfoque integral”, añade.