No pudo ser. La fiesta no fue completa para el Class Bàsquet Sant Antoni ni sus aficionados. El día en el que el baloncesto volvía al Pabellón de Sa Pedrera, en obras durante varios meses por su profunda remodelación, el equipo ibicenco cayó frente a un espectacular CE Bàsquet Llíria (90-93). Los isleños estuvieron cerca de culminar una espectacular remontada, pero se quedaron sin el premio. Acabado el tercer cuarto perdían de 16 puntos y, ayudados por casi el millar de personas que acudió al encuentro, apretaron hasta el final para regalarles una victoria que no llegó. Los sanantonienses se quedan con cuatro triunfos y dos tropiezos.
Stoilov, con 25 puntos y 9 rebotes (31 de valoración), fue el mejor del equipo ibicenco, mientras que en los valencianos destacó un excelso Diego Rivas, con 22 puntos y 19 de valoración. El Sant Antoni llevaba jugando con fuego varios partidos y se quemó en el día más inoportuno. Lo mejor, que queda todavía mucha Liga y puede pasar de todo. Esto no ha acabado, pero debe servir de advertencia.
Los valencianos comenzaron muy fuertes el duelo. Un 0-5 de salida, con un triple de Herrera y una canasta de Kandulu, los puso por encima a las primeras de cambio. El bloque local, muy desacertado y tremendamente ansioso por la vuelta a casa, no supo parar a su adversario. En un primer empujón, los de Berrocal fueron capaces de darle la vuelta y ponerse 9-8 con un triple de Gantt, pero el acierto de los visitantes, especialmente desde el triple, fue demoledor para llevarse el primer cuarto por 16-24.
Demasiados puntos encajados por los sanantonienses, que debían aplicarse más en defensa si no querían sufrir. No lo hicieron y, además, el acierto desde el triple de hombres como Herrera, Pérez o Gallego fueron torpedeando poco a poco la línea de flotación del barco pitiuso. Con el 23-36, Berrocal pidió tiempo muerto para intentar reconducir la situación, pero fue imposible. Los levantinos seguían haciendo muchísimo daño desde la línea de 6,75 metros y el Class no encontraba su juego.
La renta de los valencianos llegó a ser de +17 (33-50, tras un triple de Alejandro Rivas). En la siguiente acción, a punto de enfilar el descanso, Blat acertó desde el medio campo para dejar el marcador en 36-50. El canastón encendió al público y a los jugadores de Berrocal, que se levantaron para celebrarlo con energía. La marcha a vestuarios fue con caras largas, después de ver a su rival firmando un 12 de 23 (52% de acierto) en el lanzamiento exterior. Una auténtica tortura para un Sant Antoni al que le iba a tocar apretar mucho los dientes si quería sacar adelante el encuentro, que perdía con claridad (36-50).
Lejos de mejorar el decorado para los de Berrocal en el tercer cuarto, empeoró. Hubo un atisbo de reacción en el que los baleares se pusieron a 12 puntos. Fue con un mate de Stoilov, que encendió a todo el mundo. Pero varios ataques precipitados frenaron la escalada isleña, además de un inconmensurable Diego Rivas que se hartó a meter triples. Con uno de ellos el marcador se fue al 56-75. El entrenador de los locales pidió tiempo. De salida, hubo un par de acciones de ambos equipos en las que no hubo canastas. Hasta que Gantt acertó desde el triple para poner el 59-75 con el que acabaría el penúltimo periodo.
En la megafonía de Sa Pedrera sonó el ¡A por ellos, oé!, y el público se entregó desde la grada para buscar una remontada imposible. Pero el 12-0 de salida en el último cuarto (71-75) hizo que pareciera posible. Tanto que todo llegó apretadísimo a los últimos instantes. Un 2+1 de Stoilov puso el 88-89 cuando quedaban 17 segundos. En el toma y daca final, el Sant Antoni entró en los últimos seis segundos también por debajo (90-91), pero con opciones. En la lotería, esta vez no ganaron los ‘portmanyins’, que se habían salvado en los dos duelos anteriores. El Llíria se llevó merecidamente el triunfo 90-93. Toca aprender de los errores y levantar la cabeza.