La reforma iniciada, y después paralizada por falta de proyecto y licencia, de la antigua sede de Telefónica, al lado del parque Rosalía de Castro, saca a la luz una realidad que no es exclusiva de Lugo pero que lo conforma: la de edificios que fueron determinantes en el desarrollo de la ciudad, que dejaron de tener uso hace lustros, cuando no décadas, y a los que resulta difícil darles un nuevo futuro. La consecuencia es pérdida de patrimonio y,  en ocasiones, problemas de seguridad asociados al deterioro que sufren algunas de esas edificaciones.

La antigua sede de Telefónica es un ejemplo de esa arquitectura industrial para la que se busca un nuevo uso tras descartarse otros. Cambió de propiedad en varias ocasiones porque para el solar hubo un proyecto de edificio de viviendas que no salió adelante por incompatibilidad urbanística.

Su transformación ahora en centro de acogida de menores no acompañados que tienen protección gubernamental no parece fácil, por las características del inmueble, como el hecho de que solo tiene luz natural en la fachada principal. El promotor tiene pendiente la presentación de un proyecto, después de que la documentación aportada en un primer momento fuera insuficiente e incorrecta.

El futuro parece más claro para otro edificio que fue determinante en la evolución de Lugo: la fábrica que suministró por primera vez energía eléctrica a la ciudad, con la fuerza del agua del río. El Concello espera el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio para iniciar su acondicionamiento para centro de promoción de la enogastronomía y los recursos fluviales de Lugo. La obra debe estar finalizada en junio de 2026, ya que se financia con fondos europeos del Plan de Sostenibilidad Turística, concedido tras la pandemia.

Edificio que acogió la fábrica de la luz. XESÚS PONTE
Edificio que acogió la fábrica de la luz. XESÚS PONTE

El edificio se encuentra en una zona de gran valor ambiental y de ocio, aunque antes se barajaron para él otros usos. Se llegó a adjudicar a una empresa para que volviera a funcionar como central hidroeléctrica, pero el proyecto no solo se frustró sino que el Concello acabó pagando una indemnización de 2,4 millones de euros.

El antiguo matadero municipal de San Xoán de Pena y la vieja potabilizadora de Meilán son otras construcciones que llevan años cerradas y deteriorándose y que  han sido objeto de robos. 

CARTEL QUE HA APARECIDO EN VARIOS ESPACIOS DE LUGO QUE TIENEN TITULARIDAD MUNICIPAL Y LLEVAN VARIOS AÑOS SIN USO. EDIFICIO ABANDONADO. AUNQUE LA CAMPAÑA ES ANONIMA, COINCIDE CON LAS REIVINDICACIONES DEL PP EN LOS ULTIMOS TIEMPOS. EN LA FOTO, EL VIEJO MATADERO DE FRIGSA
Antiguo matadero municipal, con un cartel reivindicativo colocado hace unos años. EP

Para el matadero, el gobierno local defendió durante años su adecuación para Protectora de Animales, pero la falta de fondos y el interés de la entidad por seguir en la ubicación actual hicieron que el ejecutivo abandonara la idea. 

La potabilizadora es una pieza clave en el sistema de reutilización de agua depurada que hay desde hace más de una década y que no llegó a estrenarse. Mientras tanto, la planta sigue deteriorándose, al igual que la antigua depuradora, en las inmediaciones de Nadela, tomada por los grafitis y las zarzas.

Mejor suerte han tenido otras construcciones ribereñas, como los molinos del Rato y del Miño, a los que las administraciones públicas dieron nuevos usos. El primero como restaurante en concesión y el segundo, en obras en este momento, para centro de divulgación de la Universidad.

Frigsa: una reconversión exitosa

Lugo también tiene ejemplo de reconversión de edificios y de espacios industriales. El matadero de O Carme es desde hace varias décadas una sala museística, ampliada hace un par de años con la musealización in situ de varios metros de cloaca romana.

EXPLANADA JUNTO AL AUDITORIO GUSTAVO FREIRE. EXTERIOR DEL AUDITORIO GUSTAVO FREIRE DONDE ESTABA PREVISTO QUE SE CELEBRASEN LOS CONCIERTOS DEL CAUDAL FEST
Exterior del auditorio Gustavo Freire. XESÚS PONTE

La apuesta del alcalde Vicente Quiroga por adquirir las instalaciones y los terrenos del antiguo matadero de Frigsa, la factoría cárnica que había hecho crecer a la ciudad, fue determinante para crear una gran zona verde y de equipamientos, sociales, culturales y deportivos, que siguió creciendo con otros alcaldes. Cerca, otra cárnica, Industrias Abella, dio paso con el tiempo a una zona residencial y a un frustrado centro comercial.

Antigua sede de Telefónica: «Desde la caseta salía la voz de Lugo al mundo»

«Lo llamamos caseta, pero no lo es; es un lugar espacioso», dice José Gónzaléz, extrabajador de Telefónica cuando habla del viejo edificio de la compañía junto al Parque, una construcción de apariencia modesta pero que fue estratégica en los inicios de la telefonía en la ciudad. 

«Desde allí salía la voz de los lucenses al mundo, era el centro de transmisiones», recuerda este buen conocedor de la la historia de ingeniería telefónica en Lugo.

Aunque en los inicios, el servicio telefónico tenía su centro de operaciones en Quiroga Ballesteros, el de transmisiones estaba junto al Parque y lograba sacar la voz de los lucenses al mundo a través de un sistema de hilos de cobre. «Podía haber hasta 12 conversaciones por hilo», explica González.

No era el hilo de cobre, cubierto, que conocemos hoy, detalla el especialista, y el sistema acabó quedando tecnológicamente anticuado, de modo que cuando llegó la tecnología de los cables coaxiales se hizo necesaria una nueva infraestructura y por eso se construyó el edificio de Telefónica junto a la estación de autobuses.

El nuevo edificio que se levantó en la zona de la estación de autobuses era ya mucho más grande, porque la telefonía abarcaba cada vez más. Además, el nuevo emplazamiento se eligió porque para la nueva tecnología se necesitaba una ubicación que estuviera elevado, recuerda.