Un secreto muy bien escondido en el corazón de una aspiradora. Aunque parezca una historia muy lejos de la realidad, un informático ha acaparado titulares en los medios de comunicación cuando trató de bloquear la transmisión de datos de su aspirador. Según recoge el medio italiano Infa, la máquina enviaba constantemente datos al servidor de fabricante, cuya sede empresarial se encuentra en China.
Tal y como reza la publicación, Harishankar Narayanan, el programador en cuestión, compró un robot aspirador de la marca iLife A11 por 300 dólares (261 euros) y un año después decidió comprobar lo que estaba haciendo en la red. En una publicación en su blog, él mismo cuenta que intentó bloquear la transferencia de datos, pero dejó la opción de actualizar, y después de unos días el dispositivo dejó de encenderse.
«El servicio se aseguró de que todo funcionara, pero en casa, la aspiradora murió nuevamente después de un corto período de uso», se asegura en la publicación. Al ser consciente de esta transferencia de datos, Narayanan decidió desmontar el dispositivo y averiguó que el sistema utilizaba Google Cartographer para crear un mapa 3D detallado del apartamento y enviarlo al fabricante.
De este modo, el programador encontró el comando «Kill» en los registros, que apareció exactamente en el momento en que el dispositivo dejó de funcionar. En sus declaraciones, recogidas por el digital, se muestra convencido de que el fabricante lo «castigó» remotamente por bloquear el seguimiento.
Finalmente, el informático pudo descifrar el motivo por el que la aspiradora comenzó a funcionar nuevamente en el servicio: los trabajadores conectaron el dispositivo a una nueva red desbloqueada, pero cuando Narayanan devolvió la aspiradora a su red wifi, «el firewall bloqueó la transmisión de datos y el fabricante apagó el robot de forma remota». Fue así como la máquina, finalmente, quedó inactiva.