El UEMC Baloncesto Valladolid, a lo suyo lejos de las goteras

… Y el UEMC Baloncesto Valladolid sumó un nuevo triunfo en Gijón para mantener su casillero de derrotas inmaculado y mantener su privilegiada situación de invicto. No importa que las goteras de Pisuerga le llevaran a jugar al tetris a lo largo de la semana para poder entrenar. No importa que llevara dos semanas sin competir tras la sonrojante suspensión ante la Cultural Leonesa. No importa que no haya podido entrenar aún con el equipo al completo. De puntillas y sin hacer ruido el UEMC CBV sigue a lo suyo, sorteando inconvenientes y con ese árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces que es la paciencia. Y es que no hay auténtico genio sin paciencia. La paciencia de saber esperar a que se cruzara en el camino un jugador como EduArqués, sustituto eventual del lesionado Ochi y… por lo visto en Gijón, cuando se recupere el pívot tunecino todo un refuerzo de lujo hasta final de temporada.

Porque el UEMC Baloncesto Valladolid mostró en Gijón que tiene un equipo muy bien armado. Que juega al son que toca Pau Isern pero en el que cada uno tiene un papel protagonista para dar relevo al líder que se ha erigido desde el arranque. Iñaki Ordoñez, con ese trabajo impagable de trincheras que por momentos recuerda a la buena época (solo la buena) de Sergio de la Fuente. Capaz de matar desde fuera. Capaz de ayudar en el rebote. Capaz de desequilibrar como pocos en ese juego dentro-fuera letal en el baloncesto moderno.

Tras unos primeros momentos de tanteo y estudio del rival con intercambio de canastas el UEMC CBCV supo esperar para asestar su primer golpe de manos de Isern en el segundo cuarto. Las balas de Gijón representadas en las figuras de Pierre Philippe y Arcos, pronto se convertirían en fuegos de artificio cediendo ante un rival vallisoletano con mucho fondo de armario y sin la necesidad ni siquiera de forzar a Carreño, testigo de excepción en el banquillo.

Edu Arqués demostró su versatilidad con dos envenenados triples que sirvieron para dar las primeras ventajas claras al UEMC. Pero si algo tiene este equipo es que tiene puntos, muchos puntos en sus manos apreciando ese basket vertiginoso sin descanso que propugna el impasible David Barro. Hanna y Haney cogieron también su fusil para ametrallar al previsible e impotente Círculo de Gijón y dar relevo a un inspirado Pau Isern, que volvió a gustarse ejerciendo desde su posición de base de máximo artillero del partido con 24 puntos y 31 de valoración.

Círculo Gijón 74; UEMC Baloncesto Valladolid 88

Círculo Gijón Baloncesto: Reilly (8), Philippe (22), Arcos (14), Okafor (2) y Menéndez (10) -quinteto inicial- Ramírez (1), Franco (2), Barros (10), Luis (-) y Díaz (5).
UEMC Baloncesto Valladolid: Taiwo (2), Hanna (13), Haney (15), Marín (4) y Ordóñez (17) -quinteto inicial- García-Abril (1), Isern (24), Martín (2), Arqués (10) y Hansen (-).
Árbitros: Rijo e Ibarra.
Parciales cada Cuarto: 18-29; 18-23 (36-43;descanso); 19-23 y 19-22 (74-88; final).

El UEMC Baloncesto Valladolid, fino y acertado desde la linea de tres (11 de 21) se sacaba de la chistera otro laborioso triunfo aparentemente sin dificultad y repartiendo minutos de forma equitativa entre sus 10 profesionales con el regalo añadido de minuto y medio para el canterano Hansen (74-88).

Imagen del duelo entre el Círculo Gijón Baloncesto y el UEMC Baloncesto Valladolid.LOF