El Mallorca desquició este domingo al Getafe en Son Moix. Los bermellones ganaron con un gol de Muriqi en un duelo muy intenso que vencieron gracias al otro fútbol. No fue un encuentro vistoso. Más bien todo lo contrario. El Getafe quería el empate y alargar el partido todo lo posible, pero el tanto del kosovar les obligó a cambiar el plan inicial. El Mallorca supo utilizar las armas que normalmente usan los azulones para sacarlos del choque. Los bermellones volvieron a ser intensos, duros y prácticos. Un manual prácticamente infalible en esta clase de encuentros porque su rival no está acostumbrado a que le respondan así.

Dos minutos después de marcar, el Getafe consiguió un córner. Maffeo cogió el balón para que tardaran más tiempo en lanzar el saque de esquina. Álex Sancris fue a buscarlo y el futbolista bermellón se hizo el remolón y le tiró la pelota por encima. Eso fue precisamente lo que necesitaban.

Otro aspecto que sirvió para desquiciar al Getafe fueron las faltas. Los de Arrasate casi doblaron a los de Bordalás: 15 contra 8 y, paradójicamente, no vieron ninguna tarjeta amarilla, sin embargo, los azulones se marcharon con dos. Esa era la intensidad necesaria. El otro fútbol. Molestar al rival, pararlo, sacarlo del encuentro. Incordiarlo.

El Mallorca tiene jugadores de sobra para practicarlo: Samu Costa, Antonio Sánchez, Mascarell, Maffeo, los centrales, e incluso Muriqi. Y lo demostraron. Dejaron también la responsabilidad de la posesión al Getafe, que se hizo con el 61 %, pero no importó. La defensa despejó 52 balones contra los 19 de los de Bordalás y Valjent y Raíllo mostraron la contundencia de otros años. Saber jugar al otro fútbol es también no amedrentarse. Después de recibir golpes duros, seguir yendo al choque. Como hizo Mateo Joseph, que acabó con la cara roja después de sufrir una acción fortuita. El Mallorca ganó con las armas del Getafe y eso le molestó a Bordalás.

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