En solo seis jornadas de un calendario especialmente hostil entre la tercera y la quinta, el UCAM Murcia CB ya ha andado la mitad del camino que le conduce a la Copa del Rey de Valencia. En la temporada de su cuarenta aniversario, el equipo de Sito Alonso ha firmado un inicio de campeonato que ha sorprendido a todos, sobre todo porque han sido muchas las piezas nuevas que se han tenido que acoplar. Y si a eso se le añade que justo antes del arranque se lesionó un pilar básico en los esquemas como Kaiser Gates, quien tuvo que ser sustituido por un novato en Europa, el récord histórico fijado por el equipo (5 victorias y 1 derrota), adquiere mayor relevancia.
Para estar en el Roig Arena el próximo mes de febrero en la que sería la cuarta Copa de la historia del club murciano, es innegociable alcanzar las diez victorias al final de la primera vuelta para no depender de los averages generales. Y para que se llegue a ese punto en el ecuador de la temporada, aún restan once encuentros. Es decir, que los universitarios necesitan sumar menos del 50% duelos que quedan para dar a su afición el regalo de estar en un torneo copero que se celebrará en una ciudad a solo dos horas y media en coche.
¿Pero por qué ha firmado el UCAM este sorprendente arranque? Hay varios motivos. Cronológicamente, el primero es que la fase previa de la Basketball Champions League dio un punto más de ritmo de competición al equipo en los dos primeros duelos frente a MoraBanc Andorra y Básquet Girona. Se notó especialmente en esos dos choques que el conjunto murciano tenía una velocidad más. Después sufrió una ‘mini crisis’ con las derrotas en Tenerife y en Sarajevo ante el KK Bosna, al que se enfrenta mañana martes en el Palacio de los Deportes (20:30 horas, Popular Televisión), en la FIBA Europe Cup. El equipo encajó con entereza esos dos golpes en la mandíbula para encadenar cinco triunfos consecutivos, dos de ellos en ACB ante rivales de Euroliga como el Baskonia y el Barça.
Pero la principal virtud que ha mostrado el plantel de Sito Alonso, quien este curso está realizando una mejor gestión de los esfuerzos de los jugadores, es el colectivo por encima de las individualidades. Es cierto que David DeJulius se ha convertido en el líder anotador (promedia 16), pero no existe una dependencia excesiva en la aportación del base. Ni tampoco en el acierto en el tiro, pero sí en el esfuerzo colectivo en defensa. Para muestra, los porcentajes en el triunfo ante el Baxi Manresa, que fueron bajos: 57% en tiros de dos, 23% en triples y 65% en libres. Pero el control del rebote (40, 8 más que su rival) y las 11 recuperaciones condujeron al UCAM a lograr un triunfo cómodo (84-65).
Frente a los manresanos adquirieron especial protagonismo, al margen de DeJulius (22 puntos), Emanuel Cate, que firmó un ‘doble-doble’ con 12 puntos y 11 rebotes -fue el jugador que más minutos estuvo en pista con 27:13-, Jonah Radebaugh (10 puntos y 5 rebotes) y Sander Raieste (13 y 7). Ellos lograron reducir los efectos del mal día de Devontae Cacok y Dylan Ennis, quienes cometieron dos faltas personales muy rápidas que luego condicionaron mucho su rendimiento. De hecho, el primero solo estuvo en pista 10:56 minutos -el partido donde menos ha jugado esta temporada-, y el escolta solo anotó su primera canasta al filo del bocinazo final. Además, Howard Sant-Roos y Will Falk aportaron un punto extra de energía defensiva en sus minutos en pista.
Por todo ello, el UCAM Murcia está en la sexta jornada en una situación privilegiada para lograr por cuarta vez en su historia, la tercera por méritos propios, estar en la Copa del Rey de Valencia.