Domingo, 9 de noviembre 2025, 21:36
En Miribilla se respiraba algo especial incluso antes de que el balón saltara por los aires. Posiblemente porque la tarde estaba llamada a convertirse en una celebración histórica para el guía del proyecto: la victoria número 200 de Jaume Ponsarnau en la ACB. Y la manera de alcanzarla fue, sencillamente, la mejor posible. Pero las buenas noticias no se quedaron ahí. Los hombres de negro firmaron una tarde de récords ante el Zaragoza. Por un lado, el equipo firmó su plusmarca con 29 asistencias en un duelo de la Liga Endesa –la máxima anterior era de 27–. Y por otro lado estaba el partido de Melwin Pantzar. El base sueco repartió 14 pases de canasta y batió el récord histórico de un jugador del Surne Bilbao Basket en el torneo de la regularidad. Nunca antes ningún jugador de la entidad bilbaína había pasado de 11 asistencias, cifra que poseían tres exhombres de negro: Tabu, Hakanson y el mítco Javi Salgado.
El Surne jugó su partido más completo de la temporada, un ejercicio de acierto, ritmo y confianza que se desbordó desde el segundo cuarto y no dejó de crecer hasta convertirse en un vendaval. Gran parte del protagonismo se lo llevó Darrun Hilliard, quien, por fin, pareció ser el jugador que había sido antes de llegar a Bilbao. El escolta, ex NBA e inquilino de templos europeos como las canchas del Maccabi y el CSKA, entre otros, llevaba semanas buscando su sitio, ajustando su tiro y su confianza. Anoche lo encontró. Lo disfrutó. Y lo compartió con la grada.
Su seis de siete en triples (86%) fue la imagen que más ruido hizo, pero no fue sólo una cuestión de números. Fue actitud, fueron esas llamadas a la grada después de anotar. Miribilla respondió de pie. Cuando los americanos funcionan, el Surne vuela, y la fórmula se cumplió a la perfección. Jaworski y Hilliard fueron los conductores del despliegue ofensivo, con un total de 42 puntos entre ambos. El escolta ya sabía lo que era calentarse en Miribilla; lo de Hilliard fue la confirmación que la afición llevaba semanas esperando. Y lo disfrutó.
La puntería exterior lo explicó casi todo. 16 de 34 en triples (47%) y, cuando no entraban, llegaron las canastas por vías más tradicionales, con un 18 de 35 en tiros de dos (51%). El balón circuló, Pantzar repartió como ningún jugador del Surne había repartido antes y los espacios se abrían solos.
«Vamos a por más»
Mientras tanto, Ponsarnau, en la que fue sin duda una de las noches mas especiales de su carrera, observaba atento. Con la serenidad de quien ha estado mucho tiempo en la segunda mejor liga del mujndo Su hoja de ruta como entrenador en la ACB se extiende desde la campaña 2007-2008, cuando empezó en el Manresa y luego pasó por Gipuzkoa, Zaragoza y, sobre todo, Valencia, donde firmó sus mejores porcentajes de victorias (62,5%, 55,2% y 64,3% en sus tres temporadas como taronja).
Allí vivió su pico estadístico. En Bilbao lleva cuatro temporadas y 41 victorias en liga, con balances de 14, 13, 11 y ahora 3 triunfos en seis jornadas. Pero los números, a veces, no dicen lo esencial, que se pudo observar justo al final del encuentro: un Miribilla entregado al equipo y cuerpo técnico despidiendo a su entrenador de pie. Una ovación de pertenencia y conexión entre el míster y la afición. La grada estaba agradecida a un técnico que tras casi un lustro en Miribilla ha demostrado estar totalmente integrado en la ciudad y el equipo: «Estoy contento de haber llegado a las 200 victorias en un club en el que me siento tan bien, con una afición como está. Ahora vamos a por más», dijo Ponsarnau en la rueda de prensa postpartido.
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