La región americana, la única en el mundo en lograr el estatus de libre de sarampión, ha perdido este codiciado certificado después de que Canadá no lograra interrumpir la transmisión sostenida de la enfermedad antes de alcanzar los 12 meses de circulación. El resto de países la mantiene, a pesar del retroceso en el continente, pero varios Estados presentan brotes fuertes, como México y Estados Unidos, que comparten una eclosión en ambos lados de la frontera localizada en una comunidad religiosa contraria a la vacunación. Las bajas tasas de inmunización son la principal causa de que surjan y se extiendas estos brotes. Para alcanzar la inmunidad poblacional, hace falta una cobertura superior al 95% en las dos dosis recomendadas, pero la región está actualmente en el 79% y México, en el 69%.

“Esto representa un revés, pero es una situación reversible”, ha afirmado Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la filial de la OMS en el continente, este lunes por la mañana tras presentar las conclusiones de la comisión de expertos que la semana pasada se reunió en Ciudad de México para analizar el estado de la enfermedad. Las Américas habían logrado en dos ocasiones hacerse con el estatus de libre de sarampión, la última en 2024, pero es la única región en conseguirlo. “Este sigue siendo uno los mayores logros de salud pública que hemos alcanzando”, ha dicho con un optimismo templado Barbosa, que ha alertado de que, mientras se continúe transmitiendo la enfermedad en el resto de continentes, donde la transmisión es más intensa, América seguirá siendo vulnerable a importar casos del exterior, el origen de los actuales brotes.

México todavía mantiene su certificado individual, pero la amenaza de perderlo no está conjurada. El país norteamericano se enfrenta a un brote nacional que acumula ocho meses de transmisión desde que se lanzó la primera alerta epidemiológica, en marzo. Desde entonces, se han producido 23 muertes, 21 de ellas en Chihuahua, en la frontera norte, y se han extendido los casos a 27 de los 32 Estados de la República: son 5.185 pacientes confirmados, y más del doble los posibles contagios sin confirmar. Los otros dos fallecidos se presentan en Sonora y Durango, la última entidad en reportar un deceso, hace aproximadamente un mes.

La OPS ha reconocido los esfuerzos del país para contener el brote, pero advierte de que México no puede esperar a la campaña de seguimiento prevista para abril de 2026 para reforzar la vacunación, que todavía no alcanza los estándares necesarios. El sarampión es la enfermedad más contagiosa del mundo. Cada caso puede generar hasta 18 casos más, de ahí que la cobertura de inmunización deba ser superior al 95%.

Chihuahua y Oaxaca fueron los primeros Estados en México en reportar pacientes. La entidad del sur, con un brote muy pequeño, logró controlarlo casi inmediatamente, pero la región del norte sigue batallando para contener una eclosión que se desbocó rápidamente: en parte por el tamaño del brote, muy superior al oaxaqueño; en parte por las reticencias de algunas comunidades menonitas a la inmunización; y en parte por la propia orografía del territorio, que dispersa a la población y dificulta el acceso de los profesionales, especialmente a la sierra.

Los contagios en esta zona se están extendiendo entre los jornaleros que se desplazan, precisamente, desde las sierras a los campos menonitas, donde se exponen a la enfermedad. Debido a la estacionalidad de algunos trabajos, la población se va moviendo de un territorio a otro, llevando el sarampión hacia Estados que antes no presentaban casos. Con el fin de proteger a este sector de la población, considerado un grupo de riesgo ante una potencial infección, el Gobierno amplió en julio la edad de vacunación de los menores de 40 años, la población recomendada habitualmente, hasta los 49 años.

Los responsables de la OPS han detallado este lunes que México debe concentrarse en el traslado de vacunas a los Estados y en la cobertura de esos trabajadores estacionales, además de reforzar la comunicación entre regiones. Esta semana se desplazará a Chihuahua una misión de apoyo de la organización internacional para ayudar con la capacitación de profesionales, la vigilancia de laboratorio y el acceso a las vacunas, uno de los retos más importantes. Es fundamental, ha explicado Jarbas Barbosa, que las familias puedan encontrar las dosis en sus centros de salud en cualquier horario, también los fines de semana, ya que la informalidad puede convertirse en una barrera para acceder a la inmunización si se encuentra muy limitado.

Es igualmente importante, ha añadido, que el personal médico pueda traducir a un lenguaje sencillo la importancia de vacunarse. Muchos de los brotes se producen en comunidades que siguen mostrando fuertes reticencias a este método de protección, sobre el que se han sembrado las dudas en los últimos años con discursos que contradicen las evidencias científicas. La compresión en este punto es fundamental. Según la propia OPS, la inmunización contra el sarampión contribuyó a evitar 60 millones de muertes en el mundo entre el 2000 y 2023, 6 millones de ellas en América.