El Gobierno de coalición belga, liderado por el nacionalista flamenco Bart De Wever, ha puesto en marcha un ambicioso plan para rejuvenecer y expandir sus fuerzas armadas que ha generado polémica inmediata. Desde el pasado viernes, el Ministerio de Defensa ha comenzado a enviar 149.000 cartas por correo a todos los jóvenes de 17 años del país para informarles de la posibilidad de sumarse a un servicio militar voluntario de un año que estará remunerado con 2.000 euros netos al mes.

El ministro de Defensa, Theo Francken (N-VA), anunció la medida en redes sociales, incentivando a los jóvenes a unirse a la iniciativa, que comenzará en septiembre de 2026 con una formación militar dirigida a 500 hombres y mujeres de entre 18 y 25 años. Aunque el objetivo a corto plazo es alcanzar las 1.000 plazas en 2027, el plan general contempla aumentar la cifra progresivamente hasta un máximo de 7.000 reclutas.

El ministro Francken justificó la necesidad de esta campaña alegando la urgencia de renovar el personal ante la llegada de «mucho equipamiento nuevo», en línea con el compromiso del país de aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB. Los reclutas voluntarios se encargarán principalmente de tareas de vigilancia en las fuerzas navales, aéreas y terrestres.

El servicio voluntario comenzará en septiembre de 2026 con la formación militar de 500 hombres y mujeres de entre 18 y 25 años, que percibirán un salario de 2.000 euros netos al mes, aunque está previsto aumentar a 1.000 las plazas disponibles para 2027 e incrementar la cifra progresivamente hasta llegar a un máximo de 7.000.

Los jóvenes reclutas se encargarán de tareas de vigilancia tanto en las fuerzas navales, como aéreas y terrestres.

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