La espera ha merecido la pena para los seguidores de Rosalía, que han podido descubrir una versión desconocida de la artista en su nuevo álbum ‘Lux’. La catalana ha dejado atrás el reggaetón y las canciones con un contenido más ‘mainstream’ que predominaban en ‘Motomami’ para exhibirse en su máxima espiritualidad en un disco en el que ha dado protagonismo absoluto a su voz y ha apostado por letras mucho más trascendentes y un estilo musical más diverso, atreviéndose también con la rumba, el canto lírico y la copla.
La espiritualidad que evidencia Rosalía en su nuevo disco es un reflejo del momento personal de la artista, una etapa de celibato voluntario en el que se pone a ella misma como prioridad, renunciando al amor y las relaciones. Se espera que esta noche en la ‘Revuelta‘ hable también de esta situación emocional que es cada vez más común entre las mujeres jóvenes.
«Mi prioridad soy yo misma y mi arte»
Por elección propia, la de Sant Esteve de Sesrovires ha decidido no tener relaciones durante un tiempo, una tendencia que ya habían seguido personalidades como Khloé Kardashian y Julia Fox. “No tenemos espacio para crushes», confesó en una entrevista en Radio Noia antes del lanzamiento de ‘Lux’. «Quiero que quede claro que se ha acabado ya esta fantasía, esta ‘delusion’ que no lleva a ningún lado. Yo, ahora mismo, ‘single’, ‘volcel’“, añadió.
Pese al interés por la teología que ha mostrado en su nuevo álbum, el origen del celibato no tiene nada que ver con la religión. «Yo ahora mismo estoy soltera y soy ‘volcel’, o sea, estoy practicando un celibato voluntario. Ahora mismo mi prioridad soy yo misma, mi arte, mi tiempo».
Para Rosalía no es una decisión que encaje con su forma de ser. «Lucho mucho con sentirme sola. Realmente no me gusta la soledad», declaró en una entrevista al New York Times. La artista se define como una romántica: «me encanta el afecto. Creo que siempre necesito creer que hay una posibilidad de tener fe en el amor».
«La música y el arte son celosos y exigentes»
Estar lejos de casa durante un año y un proceso creativo muy intenso han sido los dos principales motivos de Rosalía para iniciar este celibato. «Cuando me siento sola, pongo a Nina Simone, me meto en una bañera y hago eso, o como helado, o llamo a mi hermana, o salgo a caminar, o veo una película. Esas son las únicas cosas que realmente funcionan para mí«, ha dicho la artista.
Rosalía reconoce que «está en un proceso de aprendizaje» y que su situación personal, en un país extranjero y lejos de su familia, lo hace todavía más dificil. La artista necesita aislarse «para poder atravesar el proceso creativo» y una relación seria «siendo una persona que da tanto y se compromete tanto» y que a la vez quiere «seguir dando tanto a los proyectos, la música y el arte, que son tan celosos y exigentes» no es ahora mismo posible para la catalana.
La realidad de muchas jóvenes catalanas
Los famosos no son los únicos a los que la frustración y la falta de expectativas amorosas les ha llevado a definirse como ‘volcel’. Una encuesta de EEUU reportó que entre 2022 y 2023, uno de cada tres jóvenes menores de 25 años no habían mantenido relaciones sexuales en los últimos tres meses, una tasa que doblaba la registrada en la década anterior.
«No es un fenómeno homogéneo. Puede ser una respuesta al trauma, una señal de hartazgo, una decisión política o simplemente una etapa personal, ¿Pero por qué tantas jóvenes sentimos que debemos apartarnos para estar bien?«, explicó Ona, de 23 años, en un reportaje a El Periódico. Emma, de 22 años, aclaró a este medio que es solo una manera «de decir basta y tomar distancia».
Esta decisión preocupa a algunas especialistas de la rama de la salud, ya que vuelve a poner el foco en el que la mujer debe protegerse de las relaciones sexuales. La terapeuta Meg-John Barker explica: “Lo importante es preguntarte qué te aporta: ¿te estás alejando del sexo, o de la intimidad? ¿Son lo mismo para ti?”. Cristina Brull, del equipo de psicólogas NUA Clini también se pregunta «hasta qué punto esta dinámica realmente beneficia a las mujeres». Ante estos malestares, apunta la especialista, una clave sería que «los hombres trabajaran más su forma de relacionarse, no que las mujeres vean el celibato como única salida”.
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