A lo largo de su carrera, Keith Richards no ha temido expresar sus opiniones sobre sus colegas, incluso cuando no fueran precisamente positivas. El guitarrista de The Rolling Stones se ha caracterizado por ser políticamente incorrecto en todos los sentidos, incluso al opinar sobre algunos de los mejores guitarristas de la historia.

Según recogió Far Out Magazine, Richards está lejos de sentir simpatía por Prince, considerado un gran virtuoso y, durante su carrera, un frontman completo. Luego de haber compartido algunas fechas con él —cuando Prince recién comenzaba su carrera—, Richards no se llevó la mejor impresión.

«Prince tiene que descubrir qué significa ser un príncipe. Ese es el problema de autoproclamarse príncipe antes de haberlo demostrado. Su actitud cuando abrió nuestro concierto… fue un insulto para nuestro público. No se puede intentar quitarle el protagonismo a la fama así cuando se toca ante un público de los Stones. Es un príncipe que se cree rey. Que le vaya bien«, declaró.

Otro de los músicos consagrados con los que tuvo diferencias fue Jeff Beck: «Para mí, los guitarristas son los más difíciles de entender, con todo ese rollo profesional. Muy poco profesional, la verdad. Quiero decir, Jeff Beck y yo, durante años, apenas nos soportábamos. Solo en los últimos años todo eso ha quedado atrás», expresó, aunque no dio más detalles.

El guitarrista favorito de Keith Richards

Si bien el guitarrista y compositor no ha sido muy abierto en torno a aquellos que admira, sí se conoce su devoción por el blues y el rock and roll. Así fue que destacó el talento de Chuck Berry. «Cuando empecé, todo lo que quería hacer era tocar como Chuck [Berry]. Pensé que si podía hacer eso, sería el hombre más feliz del mundo. Cuando de adolescente vi a Chuck Berry en Jazz on a Summer’s Day, lo que me llamó la atención fue cómo estaba tocando a contracorriente con un grupo de chicos de jazz», recordó en conversaciones con la revista Rolling Stone. «Eran brillantes —tipos como Jo Jones en la batería y Jack Teagarden en el trombón— pero tenían esa actitud de jazz: ‘Ooh… este rock and roll…’ Con ‘Sweet Little Sixteen’, Chuck los arrolló. Para mí, eso es blues. Esa es la actitud y las agallas que se necesitan. Eso es lo que quería ser», reflexionó Richards.