La cantante catalana ha acudido este lunes como invitada estrella a La Revuelta, tal y como adelantamos en primicia desde Informalia, y David Broncano ha montado un despliegue de lujo para recibirla. El presentador se ha trasladado al edificio colindante al teatro para acudir a una ‘junta de vecinos’ para debatir el tema del día: la chica del 5º que canta a todas horas. Los primeros en llegar han sido los actores Carmen Machi, Javier Calvo y el director manchego Pedro Almodóvar que pedía «un poco de flamenco» en el repertorio de Rosalía.

A la reunión se iban uniendo nuevos rostros conocidos: los hermanos Estopa, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Manuela Carmen o la futbolista Alexa Putellas, que había perdido su balón: «¿Alguien lo ha visto en algún balcón?». También la diseñadora María Escoté, la cantante La Zowi y el influencer Joan Pradells. «¿Pero queréis que deje de cantar porque molesta mucho?», preguntaba Broncano. «No, queremos que cante más. Podemos poner un horario, como la calefacción, de once a once», decía Machi.

La discusión se zanjaba con la llegada de Rosalía, balón en mano: «¿Alguien ha perdido esto? Ya podía haber sido de oro», decía tirando de su maleta. «Me voy otra vez, tengo trabajo», anunciaba a sus vecinos.

Un divertido sketch con el que La Revuelta ha dado la bienvenida a su invitada estrella, que ha entrado en el teatro entre aplausos y vítores. Tras la presentación, la artista, que acaba de lanzar su cuarto álbum de estudio, LUX, le ha dado su regalo a Broncano: «Un bizcocho, te lo hice ayer». «Esto pesa como el cemento», decía el presentador. La cantante, por su parte, ha recibido una planta y un pequeño aspirador para las migas.

Tras pasar al sofá, Rosalía ha confesado que nunca escucha sus discos una vez que salen al mercado y que ahora, en plena gira de promoción, su vida da un giro de 180º: «He tenido que dejar el gimnasio y me encanta ir». Broncano daba fe del buen estado físico de la artista y le retaba a un pulso que terminaba ganando ella: «Se ha dejado, se ha dejado», ha dicho entre risas.

Sobre su disco, LUX, ha explicado que le ha ayudado a expandir su espiritualidad y a aprender sobre el misticismo y las diferentes religiones. «Estaría encantada de cantarle al Papa en el Vaticano… Feliz de cantar, pero no he conocido en persona a ningún papa, la verdad». Y le ha ‘regalado’ al público una estrofa a capella: «Y sin calentar la voz… Ahora tengo una clase de canto. Llevo toda la vida dando clases de canto y sigo. La voz es un instrumento y tengo que practicar cada día, como un deportista», ha desvelado.

También ha hablado de su equipo, especialmente sus padres, que la acompañan en esta aventura: «Mi padre trabajaba haciendo naves industriales y mi madre en una empresa de metalurgia, haciendo placas. Ahora están conmigo los dos». Ellos precisamente son los que la mantienen informada: «No leo críticas salvo las que me manda mi familia, mi abuela…». También ha hablado de sus complicados inicios, cuando las discográficas no confiaban en ella, de su próxima gira («Algo habrá, algo habrá…») y del momento más difícil que ha vivido sobre el escenario: «Una vez estaba cantando y abrí mucho la boca para alcanzar una nota y se me metió un bicho. Se me quedó atravesado y pensé ‘Qué hago, escupo o trago’. Y tragué. Yo nunca paro un directo».

Sobre ‘La Perla’, ha confirmado que está dedicada a un ex: «Yo verbalizo las cosas, lo digo todo. ¿Qué le dije a este chaval? La canción entera», ha dicho. Eso sí, no ha dado nombres y apellidos: «Todos tenemos varias ‘perlas’ en la vida. Te puedes hacer un Top 3».

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