Lunes, 10 de noviembre 2025
| Actualizado 11/11/2025 08:13h.
El primer golpe encima de la mesa de David Broncano frente a Pablo Motos este temporada fue a ritmo experimental de Rosalía y su atrevido álbum ‘Lux’. Sabía de sobra el equipo de ‘la Revuelta’ que conseguir antes a la cantante española más internacional, la primera gran entrevista en televisión tras el lanzamiento del nuevo trabajo, era un gol por toda la escuadra que escuece al presentador de ‘El Hormiguero’, que se conformó con Andy ya sin Lucas. El bautismo de la catalana dejó una junta de vecinos con Almodóvar, un bizcochito casero repartido entre el público y un pulso ganado al humorista.

El público la esperaba con ansia, incluso una espectadora tenía una hermana que se desmayó en uno de sus conciertos. La presentación tuvo su miga de humor. Resulta que Broncano y Ponce tuvieron que ausentarse en pleno programa a una peculiar junta de vecinos. Vaya comunidad. Cruzaron la calle y al entrar en un portal estaban Carmen Machi, Javi Calvo, Pedro Almodóvar, María Escoté, Manuela Carmena, Joan Pradells, La Zowi, Alexia Putellas preguntando por un balón, los Estopa recién llegados de yoga y cerámica… La votación era para aprobar que la nueva vecina cantase «más en el patio» porque hay eco y así se escucha mejor. Y, claro, era Rosalía, con un vestido negro y un colgante con aspecto de rosario.
🏠 Acta Junta General Extraordinaria de La Revuelta
ORDEN DEL DÍA
1. La vecina que canta
2. La pelota
3. El tonto del bomboAsistentes:
Pedro Almodóvar
Alexia Putellas
Manuela Carmena
Maria Escoté
Javi Calvo
Joan Pradells
La Zowi
Carmen Machi
Estopa
Rosalía pic.twitter.com/w4e7CrhKD4— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) November 10, 2025
Apareció con su maleta y la pelota que exigía Putellas. Broncano, «el tonto del bombo» en palabras de Almodóvar, consiguió ‘raptarla’ al teatro para la entrevista. La volvió a presentar «como hace con todos». «Probablemente la mayor estrella de nuestro grandísimo país. La gran diva… ¡La Rosalía!», exclamaba en un chapucero italiano. La catalana salió entonces con un bizcocho envuelto en papel de aluminio. «Te juro que lo hice ayer. Es de aceite de oliva. Es de catorce quilates, por eso pesa tanto», prometía la invitada. De Jaén, la tierra de Broncano, no era. «Mi abuelo hacía aceite en Manresa», recordaba la estrella.

La peculiar junta de vecinos.
La Revuelta

Rosalía riñó al humorista por querer cortarlo con la mano y consiguió un cuchillo. El público le pidió entradas gratis y se entregaba hasta el punto de ensalzar su «arte» para racionarlo. «¡No puede ser! No puede tener arte hasta para mear», se quejaba el presentador. El primero en catarlo, un señor llamado Juan, dio el aprobado. «Si con la canción un diez… con esto te superas». Y cayó un trozo para todo el mundo. «Os paso la receta», prometía la cantante, a la que le hace «feliz» cocinar. No se cortó en vacilar a su anfitrión. «Parece que estás manchado de farlopa», se reía por el azúcar glas en el traje del cómico.
El regalo de verdad resulta que estaba debajo del dulce. Era el plato, un diseño especial con motivo de la visita. «Así te podías quedar con algo». A cambio, el programa regaló a la cantante una maceta con la semilla de un árbol plantada y un aspirador de migas. «He escuchado el disco entero, eh. Para cruzar la Meseta es increíble», presumía Broncano, que normalmente no hace los deberes a la hora de ponerse al día con los trabajos de sus invitados. Fue el pasado viernes cuando vio la luz tres años después de su último lanzamiento. En cambio, Rosalía evita escucharlo «salvo que realmente lo necesite para tomar perspectiva». «Es todo un ritmo muy rápido. Dormir estos días… no mucho. No estoy yendo al ‘gim’ y me da mucha pena. Me encanta hacer deporte. Pesas», explicaba sacando bíceps. El pique fue tal que echaron un pulso que ganó Rosalía. «Se ha dejado».
Si con ‘Motomami’ quebró las pistas de baile, la estrella internacional vuelve a dar otro giro radical con un disco monumental. En el ‘Mal querer’ rompió los estereotipos del flamenco para catapultarse a la fama mundial y ahora con ‘Lux’ se adentra en sus inquietudes espirituales y religiosas con una propuesta salpicada de contrastes de música clásica, drama operístico y sonido electrónico que incluso acaricia hip hop. Son sonidos muy diferentes, pero que tienen en común el riesgo asumido. «La gente ha estado muy activa. Se ha notado el cariño», agradecía. «Tres años… Inspiración en el misticismo sobre lo que he leído. Creo que ha expandido la forma en la que entendía lo espiritual. El concepto de santidad cambia mucho según la cultura. En el cristianismo es un proceso muy concreto y otros contextos, como el islam, es diferente», reflexionaba. Broncano acabó hablando del Papa León XIV. «No ha guiñado un ojo. Lleva cinco o seis meses y…». En ese charco no se metió la invitada.
Una pequeña clase de canto acabó en una divertida discusión sobre si Melendi cantaba bien o no. Rosalía defendía que sí porque «cada uno tiene estéticas diferentes». «Qué va a saber. De eso que dices, nada», se reía el humorista, que tiene buen ‘feeling’ con el asturiano. Preguntada por la profesión de sus padres, la cantante explicó que su padre ya no trabajaba y que se dedicó a la construcción de naves industriales. Su madre ahora es su «motomami». Dejó una empresa familiar de carpintería metálica para ayudar a su hija en su carrera musical. «La familia de Nadal creo que tenía una. Os podéis unir empresarialmente», sugería el presentador.
Es ya su cuarto álbum. «Los discos me los tomo muy en serio y los ‘singles’ son la diversión. Sin meterme presión». Lo que no lee son críticas sobre su trabajo. Un famoso club de música electrónica de Berlín da nombre a la canción ‘Berghain’, el primer single del disco. Allí intentó entrar Broncano sin éxito. «No me dejaron. Sin razones». Curiosamente, Rosalía no se ha atrevido a ir. «Siempre he querido. A veces no salgo todo lo que me gustaría por la voz. Y cuando he estado allí no he visto el momento». La gente hace cola durante horas y, una vez visto, puede estar días enteros de fiesta. «La palabra significa bosque. Es el lugar donde me pierdo. ¿Tú no escuchas voces en tu cabeza? ¿No hablas contigo mismo?», le explicaba sobre el significado de la canción.
Repasó su carrera y desveló que ‘Malamente’, uno de sus primeros pelotazos, tuvo sus detractores desde el sector musical. «Había gente que lo veía claro, pero otra… Había una reticencia y te dicen que ‘esto no puede sonar en la radio’». Ahora, completamente consagrada, brinda un disco «pensado para escuchar del tirón». Son 15 temas en los que canta en catorce idiomas sobre su creencia, los hombres, los robots y el machismo. Acompañada en todo momento de música de orquesta, coros y algún toque de sintetizador electrónico puntual. Un sonido que evoca a lo divino lleno de coros y arreglos de cuerda.
Habrá gira, pero toca esperar un poco para tener noticias. «Es muy duro. Puedes estar un año sin estar en casa es ‘heavy’. Tengo que honrar lo hecho e intentar ir de gira». Los directos dejan más de una anécdota. «Estaba cantando, sacando una nota proyectada de pecho, y al terminar entró en la garganta y se quedó trabado… no sé si era un mosquito. Y tuve que tragar para poder seguir. Muy fuerte tiene que ser para que yo pare el ‘show’».
Broncano mostró su lado más cotilla gracias a una canción de desamor como ‘La perla’. Rosalía no soltó prenda. «¿Si conoces por el que va? Yo no sé a quién conoces. Se puede decir mucho en las canciones… pero hay mucha ficción. Tiene que haber balance», dejaba caer.
El presentador cerró, cómo no, con las preguntas clásicas. ¿Dinero en el banco? No dio dato alguno. «Invierto mucho… pero no me puedo quejar. Prefiero otra pregunta». Sobre las relaciones sexuales en el último mes, sí hubo número. «Cero bajo cero. Llevo una época de celibato. Cuando tengo trabajo y estrés, mi libido baja mucho. Me afecta. Ayer me desperté con la sensación de acabar de tener un orgasmo… no sé si eso cuenta». Y se fue con un piropo a ‘La Revuelta’: «Nunca he estado tan cómoda en un programa. Es como estar en el sofá de casa con un amigo».
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