Fue el pasado mes de julio cuando el telescopio de sondeo ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides), financiado por la NASA y situado en Río Hurtado (Chile), informó por primera vez de la observación de un «objeto interestelar» que se presume que podría venir y haberse formado fuera de nuestro sistema solar.
Tras captar la atención de astrónomos de todo el mundo, este «objeto interestelar» o cometa recibió el nombre oficial de 3I/ATLAS. Esto se debe a que el 3I es en honor a que se trata de tan solo el tercer objeto de este tipo registrado en la historia, después del asteroide Oumuamua y el cometa 2I/Borisov, y ATLAS, por el sistema que lo ha detectado.
Según los investigadores, este cometa procede de la constelación de Sagitario, y se encuentra a más de 670 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Los investigadores aseguran que el cometa no representa ninguna amenaza para nuestro planeta, no obstante, tiene un enorme valor para la investigación del cosmos.
Y entre ellos, gracias al radiotelescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica, científicos han logrado por primera vez en la historia captar una señal de radio emitida por el objeto cósmico 3I/ATLAS. En concreto se han registrado las primeras líneas de absorción de moléculas de hidroxilo (OH) emitidas por este objeto cósmico el pasado 24 de octubre mientras se encontraba a muy poca distancia angular del Sol.
Se registraron dos frecuencias distintas, una de 1,665 GHz y otra de 1,667 GHz, las cuales coincidían perfectamente con lo que los científicos estaban buscando. Y es que Avi Loeb, astrofísico de Harvard y director del Proyecto Galileo, había predicho que esto podría suceder, semanas antes, había instado a los observatorios a buscar emisiones de radio procedentes de 3I/ATLAS.
Los datos muestran que 3I/ATLAS se mueve a casi 98 km/s, atravesando el espacio más rápido que casi cualquier otra cosa cercana. Pero lo más sorprendente de todo es que el movimiento del objeto coincidía casi exactamente con la trayectoria de la legendaria «señal Wow», la misteriosa ráfaga de radio detectada en 1977 que algunos creían que podía tener un origen extraterrestre.
La estrechez de las líneas de radio sugiere algo fascinante, lo que está llevando a los más entusiastas a cuestionarse si este cometa podría revelar algo nuevo, ya que todavía no hay certeza de que sea solo un cometa interestelar natural, o si podría ser algo más.
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