VALÈNCIA. “A que voy yo y lo encuentro”. Quien más, quien menos ha escuchado alguna vez esta frase cuando daba por perdido, qué se yo, unos apuntes o un suéter en pleno cambio de armario. Ordenar evita la compra por la compra y, claro, ayuda a localizar con facilidad aquello que uno necesita, especialmente en unos minipisos que nos obligan a ser más que creativos con el espacio. Esto explica el éxito de figuras como Marie Kondo y demás gurús del hogar. Esta filosofía -en el sentido amplio de la palabra, ya me entienden- también se puede aplicar a los centros artísticos. ¿Es un museo ordenado un mejor museo o, al menos, un museo mejor aprovechado? Esta es la idea que pone sobre la mesa la directora del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), Blanca de la Torre, que ha presentado la programación de 2026, la primera bajo su batuta desde que se pusiera al frente del museo.
“Queremos que la sociedad esté orgullosa de la colección del IVAM”, subrayó De la Torre durante la presentación del ‘menú’ expositivo para 2026, que tuvo lugar este lunes y en la que estuvo acompañada por la secretaria autonómica de Cultura en funciones, Pilar Tébar. Poner en valor los fondos del propio museo, como medio y como fin, es uno de los pilares del proyecto con el que accedió al cargo la pasada primavera, una colección que a partir del próximo curso contará con un espacio de exhibición permanente. Así, las galerías 4 y 5 pasarán a ser el corazón del centro con una muestra en la que se desplegará una destacada selección de piezas de la colección del museo, un proyecto que tiene que ver con situar al museo en su contexto, poner en valor su patrimonio y, también, situarlo a ojos del visitante.
La cuestión comunicativa es importante y, aunque a priori pueda resultar superficial, no es baladí que los grandes museos tengan un icono que, además de atraer visitantes, les ayude a ubicarlo. Es el caso de Las Meninas en el Museo del Prado, el Guernica en el Museo Reina Sofía o la Gioconda en el Louvre, ¿quiere decir que son las únicas piezas que merecen atención? En absoluto, pero es innegable su poder de atracción, también en un museo de menor envergadura como el valenciano. En estas está el IVAM de Blanca de la Torre que, 36 años después de su inauguración, quiere situarse en el imaginario colectivo a partir de lo que ya tiene, sin inventar fórmulas mágicas. “Estamos huyendo de las exposiciones itinerantes y enlatadas”, añadió durante su discurso.
Los ‘hits’ del IVAM
- Man Ray, Le Merveilleux, IVAM.
Para emprender esta tarea reunirá a su ‘dream team’: Alexander Calder, Equipo Crónica, Juana Francés, Paul Klee, Marchel Duchamp, Man Ray, Aleksandr Rodchenko, Robert Rauschenberg, Martha Rosler o Equipo Realidad. Ellos, entre otros, son los que marcarán el ritmo de este nuevo espacio que quiere mostrar de manera permanente los ‘greatest hits’ del museo. El relato, con todo, tiene capas. El proyecto plantea un “cambio de paradigma en la manera de concebir la colección” en el que las piezas “icónicas” son los puntos clave de una sala que combinará el relato historiográfico con las lecturas alternativas, creando un formato “multirrecorrido” con cuatro itinerarios en torno a la importancia del color y la luz, las ecologías, los feminismos o los conflictos. En este rediseño del IVAM hay espacio para todos. “Este museo no es solamente para los entendidos, queremos que sea más poroso, relacional y esté habitado cada día”, incidió la directora.
El estudio de la colección pasa por las nuevas salas permanentes y, también, por los proyectos temporales de nuevo cuño. En este sentido, la primera exposición del 2026, comisariada por la propia De la Torre, será la colectiva A media lumbre, que pondrá el foco en el acercamiento del arte contemporáneo a los saberes no hegemónicos vinculados a lo rural, como la artesanía o el folclore, e incluirá piezas de artistas como Pilar Albarracín, de la que recientemente se adquirió la pieza Guapa, que combina la tradición del bordado con la vanguardia contemporánea; Ana Esteve, cuya obra explora el trabajo textil, o de la estadounidense Jessica Stockholder, que recupera las tradiciones de cestería y esparto. “La exposición se concibe como un filandón, como aquellas reuniones nocturnas en torno al fuego mientras se cosía, se bordaba o se realizaban labores manuales”.
De igual forma, 2026 también será el año de la renovación de las salas dedicadas a Julio González e Ignacio Pinazo. En el primer caso, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, el centro ha encargado a la comisaria Brigitte Leal una nueva lectura que gira en torno a las mujeres en su obra. Por su parte, la Sala Pinazo se reordena ampliando su mirada artística e íntima con El aura de una saga moderna: Ignacio, José y Marisa Pinazo, con comisariado de Francisco Javier Pérez Rojas, un proyecto que pone especial atención a la figura de una más desconocida Marisa Pinazo, que participó en la Exposición de Arte Novecentista o el XI Salón de Otoño, una carrera que pierde el ritmo cuando contrae matrimonio en 1939.
De Joana Vasconcelos a Cristina de Middel
- Joana Vasconcelos, Marilyn, 2011.
La programación diseñada por De la Torre para 2026 se nutre de nombres propios con distintos proyectos capitaneados, además, en su mayoría por mujeres, siendo uno de los puntos calientes de la próxima temporada la exposición dedicada a la portuguesa Joana Vasconcelos, receptora del Premio Julio González, que planteará una propuesta que “comenzará en un jardín y terminará en un bosque”. En el recorrido se incluirán sus conocidas Valquirias, piezas con las que ha homenajeado a figuras como Simone de Beauvoir o Simone Veil, o la icónica Marilyn, un gigantesco zapato de tacón realizado con cazuelas inspirado en los de Marilyn Monroe en la cinta La tentación vive arriba.
Por su parte, Tania Candiani, residente en Ciudad de México, desplegará en el museo sus esculturas de vidrio soplado, piezas que evocan organismos multicelulares o criaturas imaginarias y que dejan traspasar la luz afectando a un espacio que quedará afectado en su totalidad. También Melanie Smith parte de una sugerente mirada al entorno con la propuesta Solo una cosa era extraña; seguir pensando como antes, que se centra en dos animales en peligro de extinción: el conocido como ajolote mexicano y el caracol púrpura, del que se producía un codiciado tinte usado por los antiguos fenicios. Después, Regina de Miguel creará un proyecto especifico para el IVAM en el que explora la “violencia extractivista y el pensamiento geotraumático” en la selva colombiana y en la cuenca del río Tinto.
En este listado hay dos propuestas especiales por lo que respecta también a su vinculación con la red artística valenciana. La Premio Nacional de Fotografía Cristina de Middel presentará en mayo la exposición Apoteosis Now, a través de la que desplegará unas 250 imágenes dispuestas en distintos formatos y soportes, explorando las distintas posibilidades del medio fotográfico. El último de estos nombres, y con el que se cierra la programación expositiva de 2026, es el de la alcoyana Rosana Antolí, que presentará un proyecto que profundiza en la investigación sobre la bioacústica, ópera y arte, para lo que se plantea una colaboración con el Palau de Les Arts.
- Rosana Antolí, Golden Aye, 2020.
Los artistas miran a la Albufera
Entre los proyectos que miran al entorno más próximo se incluye una gran exposición comisariada por Sandra Moros con motivo del 40º aniversario de la declaración de l’Albufera como Parque Natural en la que se tratará de comprender, problematizar y desmenuzar la realidad del espacio a partir de la obra de artistas como Bleda y Rosa, Teresa Martín o Jorge Ribalta, una mirada que parte, además, de un hito en la propia colección del museo: L’Albufera. Visió tangencial, de 1985, un encargo de la Conselleria de Cultura que reúne obra de Gabriel Cualladó, Joan Fontcuberta o Diana Blok.
Las conexiones con la escena local también se pondrán negro sobre blanco con el ciclo Territorios en tránsito / Solo dúo, integrado por dos propuestas artísticas bajo el comisariado de Alicia Ventura, un proyecto que busca “erigirse como plataforma de difusión” de artistas contemporáneos emergentes o de media carrera en colaboración con instituciones como Es Baluard y la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo de Turín, una propuesta que pondrá en diálogo la obra de Anna Talens y Mar Guerrero primero y de Irene Grau y Marco Giordano después.
- Irene Grau, Construction Season, 2018.