Ya sea en casa, ya sea en una oficina, todos necesitamos sentir el espacio de trabajo como algo que nos inspira. Meritxell Ribé y Josep Puigdomènech, fundadores de The Room Studio, acaban de estrenar sede en Barcelona, coincidiendo con el 20 aniversario de su marca. Un espacio de 600 m2 en el barrio de Les Corts de Barcelona que promete convertirse en un lugar de encuentro para arquitectos, interioristas y amantes del diseño.
«No fue nada fácil dar con el local», confiesa la interiorista. «Estuvimos mucho tiempo buscando y de hecho queríamos algo en l’Eixample, pero cuando vimos este nos enamoramos». No es para menos. A la amplitud del espacio hay que sumarle la gran cantidad de luz natural que entra a través de un patio/plaza y que se filtra por los tres ventanales de cuatro metros. «Tuvimos que poner cortinas porque a veces incluso es demasiado», revela Josep Puigdomènech.

En el proyecto también se ha cuidado la parte acústica.
Meritxell Arjalaguer
El estudio, situado en la misma calle del Camp Nou pero a más de 300 números de él, se expande a lo ancho pero también a lo alto, lo que les ha permitido configurar la distribución a doble altura. Abajo, destaca la gran sala central con luz natural donde trabaja el equipo y que constituye el corazón del proyecto. Como anécdota, en esta misma planta se ha aprovechado el hueco de la escalera para situar una zona de almacenaje.
Arriba, se encuentran los despachos de Meritxell y Josep. En el de ella, la misma mesa que la ha acompañado desde los orígenes de su carrera, fabricada con una antigua puerta de madera encontrada en un mercadillo en el Empordà, su refugio de vacaciones. Y el de él, justo enfrente, más modesto, pero con el mismo estilo mezcla de función y emoción que les identifica.

El cuadro en el despacho de Josep Puigdomènech pertenece a una colaboración que hicieron con la firma Eco Cero.
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Nacieron en 2005 y en este tiempo han desarrollado proyectos residenciales y comerciales tanto a nivel nacional como internacional. De hecho, acaban de abrir oficina en Miami. Su trabajo mantiene una constante: entender que el diseño no se limita a lo que se ve, sino a lo que se vive. Abordan cada proyecto como un proceso integral: desde la idea hasta la ejecución.
Reconocen que antes les costaba más delegar pero poco a poco se han ido rodeando de un equipo de profesionales especializados que ahora ya forman parte de la familia. Ellos son los principales beneficiados de la amplia sala luminosa de abajo y de dos de los espacios que nutren la planta alta: una cocina comedor con nevera, platos, cubiertos y vasos «para no tener que comer directamente del tupper». Y luego una sala en construcción que está destinada a convertirse en sala de yoga/gimnasio. Un espacio de dimensiones reducidas pero suficientemente grande como para integrar alguna máquina y una espaldera para hacer estiramientos.

La sala destinada el equipo recibe la luz natural de una plaza.
Meritxell Arjalaguer
No hay nada más emocionante que estrenar una casa e invitar a los amigos, y así lo hicieron sentir Meritxell y Josep el día de la inauguración, que reunió a profesionales, clientes y periodistas. La historia de este estudio de interiorismo se sigue escribiendo, desde un lugar nuevo pero con los mismos valores.