En una carrera meteórica, Roberto Martín ‘Jarocho’ (Huerta del Rey, Burgos, 19 de noviembre de 2004), ha vivido primero el éxito, al salir por la … puerta grande de Las Ventas, y posteriormente el sinsabor de quedarse fuera de los carteles.
–Dicen que de Madrid al cielo, pero le ha costado ser reconocido después de salir por la puerta grande de Las Ventas. ¿Cómo valora su trayectoria reciente?
–Fue un paso muy importante en mi carrera que personalmente me sirvió mucho y, a raíz de ahí, intenté llevar el mismo camino que había llevado hasta ahora. Yo creo que todo pasa por algo y lo que me ha ido sucediendo ha tenido que ser para bien.
–De la tierra del Cid y de estirpe de toreros, hay veces que uno nace con el camino ya marcado.
–La verdad que sí, he vivido el mundo del toro siempre desde muy cerquita y yo creo que nací torero, de siempre me he sentido torero y he agradecido a la vida por haberme dado la oportunidad de nacer en una familia taurina y por haber podido vivir el mundo del toro y sus valores desde tan pequeño.
–Es usted un torero con mucha personalidad. ¿De dónde le viene ese concepto del toreo que tiene en las plazas?
Juventud
«Los toreros maduramos muy rápido, creo que la mentalización es muy importante»
–Mi abuelo siempre me inculcó ese concepto del toreo, era el concepto que a mi abuelo le llenaba y siempre, desde pequeñito, me habló de toreros de ese corte, como pueden ser el maestro Antonio Bienvenida o Rafael de Paula, por ejemplo. Me llamó mucho la atención ese toreo y a día de hoy, si soy torero, es por interpretar el toreo como me llena, creo que la personalidad en el toreo es fundamental.
–Su padre es en los últimos años uno de los grandes del escalafón de plata. ¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado durante su carrera?
–Me ha dado muchos y muy buenos, pero fundamentalmente el de que intente llevar siempre mi camino con la mayor humildad posible, que esto es un camino muy largo. Un día se está arriba, al día siguiente abajo y hay que mantener siempre la humildad y las ganas de seguir evolucionando.
–Ha vivido en poco tiempo una puerta grande en Madrid, la alternativa y la dureza de una cornada como la que sufrió en Pedrajas. ¿Da tiempo a asimilar tanto en tan corto espacio de tiempo?
–Hay que estar preparado para ello. En el toreo se viven muchas sensaciones en muy poco tiempo y hay que ser capaz de asimilarlas. Por eso yo creo que los toreros maduramos muy rápido. Yo, personalmente, a la mentalización intento dedicarle bastante tiempo, creo que es la parte más importante del entrenamiento. Porque si la cabeza no está donde tiene que estar es muy difícil ponerte en el sitio y pegarle veinte pases a un toro.
–Hablamos de mentalizarse. En Santander va a matar la corrida de Victorino Martín con el Cid y con Roca Rey en el cartel. ¿Ese reto necesita mucha preparación?
–En mi caso, son oportunidades únicas, tardes que afronto con muchísima ilusión. Hay que llegar muy mentalizado porque tiene que pasar algo. Victorino es un encaste particular, diferente a lo que podamos estar acostumbrados, pero bueno, la verdad, que afronto la tarde como las vengo afrontando hasta ahora. Quiero poder expresar mi toreo con las particularidades del encaste.
–¿Ha ido a Las Tiesas (la finca de Victorino Martín) a hacer algún tentadero durante los últimos meses como preparación para la cita?
–Sí, estuve este invierno tentando y la preparación en algún momento sí se adapta un poquito a lo que puede llegar a ser la tarde. Es un encaste que tiene unas singularidades y hay que conocerlas y trabajarlas también, pero uno tiene que seguir siendo uno mismo, no salirse de su concepto, de su personalidad.
–Debut en Cuatro Caminos. ¿Conoce la plaza y la idiosincrasia de la Feria de Santiago?
–Sí, Santander es de siempre una de las plazas que más me ha gustado. Como torero del norte es de las más especiales para mí del panorama taurino y el poder torear en Santander la verdad que es un sueño.
–En los últimos tiempos hay un aluvión de gente joven en las plazas de toros. ¿Ser joven e ir a los toros es un acto de rebeldía?
–Sí, estoy viendo muchísima gente joven, tanto cuando voy como aficionado como cuando toreo. Mi generación está acudiendo a las plazas de toros más que nunca, muchos se están volviendo grandes aficionados y creo que es algo bonito e importante. Eso debemos cuidarlo entre todos.
Con Madroñito en la memoria colectiva
Nunca se fue del toro, cierto es, pero ahora se hace presente con cuentagotas para enseñar esa zurda que le sirvió para especializarse en toros grises. El Cid es una leyenda sin espada, un torero de época que ha toreado como nadie a los Albaserradas y que ha sido diestro predilecto en las cátedras de Madrid y Sevilla. En Santander su historia está unida a la de Madroñito, el toro de Adolfo que indultó en 2016.
Referente de las nuevas generaciones
Roca Rey es la disrupción de la historia taurina reciente, un icono pop para la juventud, el rebelde que cambia la mentalidad de la sociedad. Además es un torero poderoso con una técnica impecable y un valor a prueba de bombas para afirmar los pies al piso. En Santander hace doblete en el año en el que Tardes de Soledad le ha acercado todavía más al público más allá de las plazas.
Jarocho
Huerta del Rey, 2004
Otro debutante en Cuatro Caminos
Tomó Las Ventas con diecinueve años y en apenas unas tandas de naturales, algo sólo a la altura de los elegidos. El burgalés tiene una personalidad arrolladora, un concepto muy personal y una carrera prometedora por delante. De larga estirpe de toreros, tras tomar la alternativa en Palencia no ha tenido la continuidad que sus éxitos novilleriles merecía. Debutante en Cuatro Caminos.