Sonreír, amar, seguir. Iluminó muchos sueños. Pintó siempre desde la búsqueda incansable y desde la libertad. Lo existencial, el misterio, lo secreto fundamentaron la materia … prima que fue desvelando a cada paso, tan paciente como incesante. Poeta artista, Juanjo Viota (Laredo,1964) solo deseó un lugar en el mundo: la pintura. Mirar y habitar en ella. Y con él, los demás. Falleció quizá cuando había transformado las dudas en un camino constante de crecimiento en el arte. Entre alumbramientos, deseos de comunicación y una poética manera de proyectar la vida su legado ha quedado grabado en Santander en el número 3 de la calle Nicolás Salmerón, lugar en el que vivió y donde encontró inspiración para su universo plástico. Un artista querido, siempre preocupado por encontrar vínculos con el otro. Todo ello tuvo su reflejo en el emotivo acto de evocación celebrado con ocasión de sumar su nombre a la Ruta de Ilustres del Ayuntamiento o de la ciudad y a modo homenaje a su aportación artística y cultural. Hubo palabras y abrazos en el tiempo para demostrar el cariño y, sobre todo, el respeto por el legado inmortal de su creación. Cerca de doscientas personas se congregaron en torno a su memoria. Una placa, descubierta por la alcaldesa Gema Igual, ejerce ya de símbolo en torno a su huella. Familiares, amigos y colegas se reunieron en la calle santanderina para definir y compartir a la persona y a su activismo creativo.

Imagen de Galeria

Paulino Viota leyó unas palabras Javier Cotera

Imagen de Galeria

La alcaldesa descubre la plaza Javier Cotera

Imagen de Galeria

La alcaldesa junto a la madre de Juanjo Viota Javier Cotera

Imagen de Galeria

Antes de descubrirse la placa intervinieron Paulino Viota; el pintor Carlos San Vicente, la pintora Emma Meruelo, el profesor Maximiliano Tonelli y la actriz y profesora Silvia San Vicente Javier Cotera

1 /

La Ruta de Ilustres es una iniciativa municipal que busca recuperar la memoria de personalidades relevantes que han dejado una huella profunda en la vida de la ciudad. Sobre el legado de Viota, Gema Igual ante la presencia de la familia del artista, comentó que «su memoria quedará ligada para siempre al lugar que habitó, al barrio que le vio crecer y a la ciudad que hoy le devuelve, con respeto, el reconocimiento merecido. Viota forma ya parte del legado que Santander reconoce, valora y preserva como parte de su historia colectiva», subrayado Igual, quien recordaba su aportación a la cultura en el plano artístico y como dinamizador del ecosistema cultural local.

Viota hizo de Santander «parte de su obra». Por ello, «muchos de los que hoy le recuerdan no lo hacen únicamente por sus cuadros, sino por su presencia discreta, su sentido del humor, su cercanía y su humanidad», añadió Igual. Viota se trasladó de Laredo con su familia a Santander a una edad temprana. Fue precisamente en esta ciudad donde desarrolló su sensibilidad artística y donde construyó una obra personal, sólida y coherente, que le sitúa como uno de los creadores más singulares del arte contemporáneo en Cantabria.

«Más allá de los méritos expositivos, premios y reconocimientos, el Ayuntamiento de Santander reconoce su contribución a construir ciudad desde la excelencia, su entrega y compromiso con una forma de entender el arte como vehículo de reflexión, emoción y conocimiento», apuntó la alcaldesa. Viota falleció hace ahora dos años, dejando tras de sí una trayectoria coherente, una obra extensa y un hueco en el panorama artístico de Cantabria. «Este reconocimiento es una invitación a mirar su obra con nuevos ojos», concluyó la alcaldesa.

Previamente al descubrimiento de la placa intervinieron, además, el cineasta Paulino Viota, primo del homenajeado; el pintor Carlos San Vicente, la pintora y gestora cultural Emma Meruelo, el profesor y activista cultural Maximiliano Tonelli y la actriz y profesora Silvia San Vicente.

Todos los testimonios, breves y emocionantes, estuvieron vertebrados y unidos por una radiografía del diálogo de la persona, del artista y de su obra. Esas «pinturas cifradas que inducen a la reflexión», tal como resaltó el director y escritor de cine Paulino Viota, quien aludió a cómo el pintor «desafió la gravedad con su arte. Antigregario, singular, existencial, misterioso incluso para sí mismo y para los demás», añadió.

Emma Meruelo en un texto sentido y compartido, que sirvió de reflejo emocional colectivo, subrayó: «Hoy, más que nunca, hablar de Juanjo es exponer en alto su legado. Y su legado es, profundamente un compromiso con lo humano y el arte. Es hablar y compartir imágenes con el rigor que merecen. Es usar las palabras y las imágenes con sentido. En este mundo donde lo visual lo llena todo, donde las palabras se gastan… Hoy más que nunca, hace falta que cada uno de nuestros actos y nuestras palabras tengan sentido, coherencia y humanidad».