Poco a poco se van conociendo los detalles de la operación de compra del 29,7% de las acciones de Talgo por parte del consorcio vasco, conformado por Sidenor, el Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital. El último en hablar ha sido el consejero vasco de Hacienda y Finanzas, Noël d’Anjou, quien ha confirmado que de los 156,67 millones en los que se ha cerrado la venta, el Ejecutivo autonómico se ha comprometido a realizar una aportación de entre 75 y 80 millones de euros, 45 millones a través de renta variable y entre 30 y 35 mediante la sociedad Ekarpen.

La elección de la renta variable se elige cuando se busca invertir en empresas siguiendo una estrategia a largo plazo con visos de que su capital crezca para así obtener un mayor rendimiento, si bien esta medida implica sus riesgos, ya que los beneficios, derivados de la apreciación del precio de la acción o los dividendos, no están garantizados.

La inversión restante se realizará a través de Ekarpen, una herramienta financiera creada en 2008 para «prestar apoyo a sectores innovadores con atractivo estratégico para Euskadi, en la consecución de proyectos con alto potencial en la creación de valor y con la dimensión adecuada». El Gobierno vasco ya ha recurrido a ella para formar parte de compañías como Fagor, Cegasa, Ulma, Kaiku o CIE Automotive.

Su capital se reparte entre el Gobierno vasco, que posee un 34,81%; la Diputación Foral de Bizkaia, con un 7%; la Diputación Foral de Gipuzkoa con un 4,3%; y la Diputación Foral de Álava con un 2%. El 51% de su capital restante pertenece al ámbito privado y se reparte entre Kutxabank, con un 44,4%, y Mondragon Inversiones, con el 7,4%.

En la operación Talgo, el Gobierno vasco, a través del fondo Finkatuz, ostentará un 8,5% del capital, al igual que Clerbil, la sociedad de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, y la Fundación BBK, mientras que la Fundación Vital dispondrá de un 4,2%.

Además, el Gobierno de España también apoyará esta operación con 75 millones a través de la SEPI, a la que se suma una estructura de avales y líneas de crédito avaladas principalmnte por CESCE por valor de cercana 600 millones de euros.

Aprobación de la nueva estructura de financiación

Además, D’Anjou ha avanzado que este mismo martes se hará pública la fecha en la que se celebrará la Junta General de Accionistas de Talgo, una reunión «importante», ya que en ella se aprobará la nueva estructura de financiación de la empresa, que, según el propio consejero ha reconocido, ha sido «una de las cuestiones que ha dilatado toda la operación». Según sus previsiones, podría estar ya completamente «atada» para el mes de diciembre, lo cual viene a confirmar las últimas informaciones.

En este sentido, el consejero ha reiterado su posicionamiento en defensa de la aportación pública a Talgo, una empresa considerada «estratégica», lo que permitirá «que su sede pueda ser trasladada a Euskadi» y puedan «garantizarse un importante número de empleos».

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