La Selección Española afrontaba este martes en Génova la tercera gran prueba de su preparación para la Eurocopa y terminó aprobando con nota. Tras cosechar una derrota y un empate en su gira por Marruecos, el conjunto dirigido por Jesús Velasco se medía al que podría ser su rival en los cuartos de final del torneo continental, y esta vez terminó convenciendo a base de reponerse a momentos delicados (3-4).

Uno de sus estandartes, Mario Rivillos (reciente campeón del mundo con el Palma Futsal) decía a AS en la previa que iba a ser un “partido muy positivo para ver qué Selección queremos ser”, y lo cierto es que no se equivocó. Lo que se vio fue a un equipo que no negoció esfuerzos y mostró personalidad cuando más falta hacía. Señas de identidad de los equipos de un Velasco que, hasta ahora, se ha dedicado a introducir numerosos cambios en cada una de sus convocatorias y a partir de ahora deberá estrechar el cerco. Eso sí, el dominio que quizás podría esperarse en términos de juego no fue tan claro, aspecto a mejorar de cara a las citas oficiales en las que el balón pueda ‘quemar’.

El partido tenía poco de amistoso, tal y como reflejó la intensidad de ambos conjuntos desde el pitido inicial. Italia buscaba defender en espacios reducidos y tirar contras; España tejer y encontrar espacios en la telaraña de su rival. En ese juego, la Azzurra golpeó primero a los siete minutos tras salvar varios acercamientos de los de Jesús Velasco.

Motta, jugador del Jimbee Cartagena, demostró que sigue en racha y aprovechó la salida de un córner para adelantar a los suyos. Su potente disparo lejano con la zurda tocó en un defensor y sorprendió a un Jesús Herrero que volvía a vestir la roja. Sin embargo, la alegría duró poco en el coqueto Palasport Campo Ligure, ya que Pablo Muñoz puso el empate de caño (10′). El malagueño aprovechó una internada por banda izquierda para conectar un punterazo y sorprender a Bellobuono, que posteriormente realizaría una intervención de mucho mérito para evitar el segundo de España.

Tras un error en la salida de Motta, Antonio recuperó el balón cerca del área, encontró a Cecilio y este empaló una volea potente que se topó con un pie salvador del meta local antes de marcharse a córner. Eso sí, los locales también la tuvieron por medio de Barichello. El atacante del Futsal Genzano estuvo a punto de empujar el balón a la red tras una acción por banda de Rossetti, cuya llegada hasta línea de fondo casi le cuesta cara a España. Un empate eléctrico que se iba a romper tras el paso por vestuarios.

En esta ocasión, España golpearía primero con un golazo descomunal de Antonio a los tres minutos. El cierre jienense recuperó en campo propio, conectó una pared con Gordillo y batió por bajo al meta rival tras recorrerse toda la pista. La Selección salía con intención, pero la alegría le duró apenas un par de jugadas. Y es que un resbalón inoportuno en defensa se acabó saldando en un dos contra uno ante Antonio Navarro, que sustituía a Herrero, y que Rossetti mandó a la red a placer. 2-2 y vuelta a empezar.

El encuentro entró en una equilibrada espiral en la que España fue creciendo poco a poco. Eso sí, los árbitros dieron vida a Italia, ya que perdonaron la segunda amarilla a Barichello tras un agarrón clarísimo sobre Raya en el centro del campo. Rivillos entró en acción con varias acciones por banda, pero sería Gordillo el que acabaría rompiendo el empate con una delicatesen. El pívot del Tyumen ruso cortó hacia dentro, recibió una vaselina de Adolfo y dejó en el suelo a Bellobuono con un quiebre que le permitió anotar a puerta vacía (31′).

Aire efímero para la Selección, que de nuevo no iba a poder disfrutar la ventaja. Italia dio un paso al frente y apenas dos minutos después anotó el empate de nuevo por medio de Rossetti, que recibió el balón de espaldas, encontró el hueco y sorprendió a Antonio Navarro a seis del final.

Tras el tanto, los de Salvatore Salvo se crecieron, pero no lograron traducir su ímpetu en ocasiones. España se hizo fuerte en defensa y logró sostener ese momento delicado para terminar encontrar un gol de la victoria que llegaría con un error de Bellobuono, impensable hasta ese momento, ya que estaba firmando una gran actuación.

Ricardo Mayor recibió en banda, logró conectar un potente zurdazo y el meta italiano, que en la jugada anterior había realizado una doble intervención tremenda ante Pol Pacheco, no fue capaz de desviar el balón (38′). Un gol que, en esta ocasión, sí sería definitivo.

Con el tiempo ya encima, los locales salieron de cinco con Motta y después con Merlim de portero jugador, y rozaron el gol. Primero, Liberti voleó dentro del área y el balón se marchó por encima del larguero, y la última la tuvo Turmena, pero ya sobre la bocina con una falta lejana. El ala conectó un chut potente que Antonio Navarro logró despejar con firmeza para atar una victoria de mérito con la Eurocopa en el horizonte.

En esta ocasión, la Selección aprobó con nota una prueba de fuego que debe servir para construir sobre ella.

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