Pacho Rodríguez

Desde la inauguración el pasado sábado en el Musac de la exposición Yoko Ono. Insound and Instructure, 2.144 personas han visitado el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León para disfrutar de la obra de la célebre artista pionera del arte conceptual y participativo, el cine y la performance; música y activista por la paz mundial. La cifra supone unos resultados que igualan la exitosa presencia de Ai Wewei, que con su Don Quixote también llegó a esa cantidad en el primer fin de semana de exposición. Por lo que las expectactivas son igual de halagüeñas en lo que se refiere al total que resulte del tiempo de presencia de la muestra en León. Ni que decir tiene que esta cantidad de visitantes, a lo largo de la temporada supondrá también la presencia de turistas de contenido cultural, con el correspondiente impacto económico.

Durante la duración de la muestra, que podrá visitarse hasta el 17 de mayo de 2026, se ofrecen visitas guiadas gratuitas los martes, miércoles y jueves a las 19.00 horas, para las que es necesario inscribirse en la web www.musac.es.

Insound and Instructure revisa la trayectoria de Yoko Ono a través de más de 80 obras y 1.700 metros cuadrados de exposición, que recogen tanto las obras que la artista desarrolla a partir de los años 60 —que en buena medida se incluyen en la histórica publicación Pomelo [Grapefruit] (1964)— como las instalaciones de gran formato que crea a partir de los años 90, en un arco cronológico que va desde 1961 hasta el presente.

Con una trayectoria de más de siete décadas, Yoko Ono ha sido reconocida como una de las más destacadas artistas contemporáneas, cuya huella crece a medida que se entiende la influencia que ha ejercido en generaciones posteriores. Sus facetas de artista, compositora y activista confluyen y se entrecruzan en su obra, que adopta formas y soportes heterogéneos para plantear una visión radical del lenguaje, el arte y la participación del público.

Insound and Instructure incluye la amplia variedad de técnicas con las que Yoko Ono trabaja, desde la performance, el cine, la música, la instalación, la pintura o la fotografía, recorriendo los principales temas que la han acompañado a lo largo de su trayectoria: su creencia en el poder de la imaginación, el activismo por la paz, su sutil sentido del humor y del absurdo, el compromiso con el papel de la mujer en la sociedad y la presencia de la naturaleza en sus obras.

En el caso de Ai Weiwe, más de 55.000 personas disfrutaron en el Musac de Don Quixote, una extensa exposición de este creador imprescindible en el panorama artístico internacional, conocido por su capacidad de fusionar arte y activismo político. Se trató, además, del primer proyecto que exhibe en profundidad la serie de cuadros que hizo con ladrillos de juguete.