En Flandes y en los Alpes: los nombres cambian, la historia permanece
El ciclismo cambia, aunque a veces cueste creerlo. En 2026, dos carreras con alma —Gante-Wevelgem y el Critérium del Dauphiné— estrenarán nombre, identidad nueva pero no punto de partida.
Y aunque los organizadores hablen de evolución y territorio, para los que amamos este deporte de toda la vida, nos costará acostumbrarnos.
Porque hay nombres que suenan a infancia, a domingo de sofá y comentarista de voz grave.
Nosotros, aquí, las seguiremos llamando Wevelgem y Dauphiné. como Harelbeke o Het Volk, en la primera de la primera.
En Bélgica, el eterno Gante-Wevelgem, clásico de adoquines y viento, pasará a llamarse In Flanders Fields – de Middelkerke a Wevelgem.
La salida dejará el histórico Menin Gate de Ypres para mudarse a la costa del Mar del Norte.
Tomas Van Den Spiegel, al frente de Flanders Classics, lo resume así: “La Gran Guerra seguirá profundamente entrelazada con esta carrera”.
Mira que el paso por la Grand Place de Ypres es momento culminante de la primavera…
Y lo creemos, porque ningún cambio de nombre podrá borrar el eco de 1914 entre los Plugstreets y el Kemmelberg, ni la emoción de ver a Pedersen o Wiebes domar esas carreteras que respiran memoria.
El nuevo acuerdo con Middelkerke, por una década, abrirá un ciclo distinto, más moderno, más estable, quizá más previsible.
Pero el alma seguirá allí: en el barro, el viento y esa mezcla de épica y tristeza que siempre acompañó a este monumento menor pero entrañable.
Mientras tanto, en Francia, el Critérium del Dauphiné también dirá adiós.
A partir de 2026 será el Tour Auvergne-Rhône-Alpes, un nombre que busca reflejar la región que lo impulsa y asegurar su futuro.
Christian Prudhomme lo define como un homenaje al territorio, a esos paisajes que van del Macizo Central a los Alpes, donde generaciones de corredores han probado su forma antes del Tour.
Ambos cambios llegan con buenas razones —financieras, logísticas, institucionales—, pero para muchos de nosotros será extraño leer “In Flanders Fields” o “Tour Auvergne-Rhône-Alpes” en el calendario.
Porque el ciclismo vive de costumbres, de ritos, de nombres que suenan a historia.
Los logotipos cambian, las salidas se mueven, los mapas se redibujan… pero el ciclismo seguirá siendo lo mismo: memoria en movimiento.
Y aunque nos cueste adaptarnos, sabemos que al sonar la bandera de salida, volveremos a sentir lo de siempre.



