La vida está llena de objetivos. Desde que nacemos, intentamos superar uno tras otro. En la infancia esos objetivos son aparentemente sencillos: aprobar un examen de matemáticas, aprender a montar en bicicleta, correr más rápido que tus amigos. A medida que crecemos, la dificultad de los objetivos aumenta, y en algunas ocasiones, llegan a ser tan elevados que nos asfixian.
Creemos que sin superar esos objetivos jamás podremos ser felices. Solo por medio de la realización personal, de la superación de esas metas, podemos alcanzar el éxito y, por tanto, la felicidad. Pero desde la cima de una de las disciplinas deportivas más exigentes, el tenista Carlos Alcaraz nos demuestra, con sencillez, lo equivocados que estamos. El psicólogo Rafael Santandreu se hace eco de ello en sus redes sociales.
La lección de Alcaraz
“Estos días he visto un documental fantástico que os recomiendo a todos”, comienza en su vídeo el psicólogo Rafael Santandreu, divulgador de la teoría cognitiva-conductual. Precisamente lo que más le ha gustado es descubrir en este documental sobre la vida del tenista Carlos Alcaraz, que ha llegado a ser número 1 de la ATP, una lección que conecta profundamente con la filosofía que él defiende en sus libros.
Proponernos objetivos es saludable, pero no debemos obsesionarnos e intentar alcanzarlos a costa de nuestro bienestar.
iStock
El documental, ‘A mi manera’, está disponible en Netflix, y hace un repaso a la vida de Alcaraz. Nacido en Murcia, en una ciudad llamada La Palma, el joven deportista ha trepado hasta lo más alto de la clasificación en el mundo del tenis convirtiéndose en un referente para niños y jóvenes que tienen como meta ser de los mejores del mundo.
Cuando le preguntan por sus objetivos lo tiene claro: ser el mejor tenista de la historia, mejor que Nadal, mejor que Djokovic y Pérez. “Pero no a costa de mi felicidad”, sentencia.
La felicidad es el éxito
Es justo en este momento del documental, explica Santandreu, cuando el tenista pronuncia la frase que lo ha dejado impresionado: “La felicidad es el éxito”.
Son pocas palabras, pero encierran un gran significado. Porque mientras muchos creemos que la felicidad se encuentra en la consecución de objetivos superados, el tenista entiende que la realidad es otra. La felicidad se encuentra en el proceso, en el camino. Si no estás disfrutando del camino hacia tus objetivos, ¿de qué sirve?
“Me parece increíble que este chico tenga esta filosofía que nosotros secundamos también”, revela Santandreu en sus redes. “La vida es para disfrutarla”.
Por supuesto, está bien que nos pongamos objetivos. No hay nada peor que una vida en la que estamos condenados a no desarrollar nuestros talentos, diría la empresaria y experta en crecimiento personal Bisilia Bokoko. Pero en el camino, no podemos perder la capacidad de disfrute. No podemos ceder ante la presión.
Disfruta del camino
“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”, escribió el gran poeta Antonio Machado. Y es cierto. El camino se hace al andar. Y en ese caminar, se encuentra el secreto de la felicidad.
“Está genial tener objetivos maravillosos”, explica Santandreu, “pero hay que evitar presiones y autoexigencias locas”. Hagamos lo que hagamos, declara, debemos hacerlo “para disfrutar, para hacer algo bueno por nosotros y por el mundo. Si lo conseguido, que bien. Pero si no lo conseguimos, también”.
El verdadero objetivo debe ser disfrutar mientras nos dedicamos a aquello que nos apasiona.
iStock
Por el camino, indudablemente, habremos aprendido mucho. Del mundo, de la disciplina elegida, y también de nosotros mismos. El aprendizaje calará igual independientemente del resultado. Pero, sobre todo, al cambiar el foco, nos aseguramos de no haber recorrido el camino a costa de nuestra propia felicidad.
El objetivo es disfrutar
De cierta manera, lo que tanto Alcaraz como Santandreu nos proponen es cambiar el objetivo. No se trata de ser el mejor tenista del mundo, sino de disfrutar mientras lo intentamos. Y al añadir la palabra disfrute en cada uno de nuestros objetivos, nos libramos de la presión y aprendemos a ser felices en cada paso.
La teoría queda clara, pero la práctica siempre cuesta. Por eso hemos diseñado estos consejos prácticos que puedes aplicar para vivir según esta gran lección de Carlos Alcaraz.
- Dedica tiempo a lo que te apasiona. El verdadero éxito consiste en disfrutar de las actividades cotidianas que te ilusionan, así que reserva espacio para aquello que te hace feliz, aunque sea algo sencillo.
- Practica la gratitud. Haz una pausa diaria para reflexionar sobre las pequeñas cosas buenas de cada jornada. Un rato compartido con amigos, una comida deliciosa, un pequeño objetivo cumplido. El éxito está en saber valorarlas.
- Cuida tu cuerpo y tu mente. No descuides el descanso, la alimentación ni el ejercicio en pro de conseguir tus objetivos. Para Alcaraz, la salud integral es parte de la fórmula para sentirse exitoso en la vida diaria. Porque está bien tener objetivos, pero nunca a costa de nuestro cuerpo ni de nuestra mente.
- Prioriza tus relaciones. Alcaraz ha insistido en muchas ocasiones en lo importante que es para él mantenerse conectado a su familia y amistades. Rodearte de personas que te apoyen y cultivar vínculos que sumen a tu bienestar es un secreto clave de la felicidad.
- Disfruta y acepta el camino. Haz que cada parte del proceso, incluidos los triunfos, los fracasos y los aprendizajes, tengan sentido y sean motivo de alegría. El éxito esté en la actitud, no solo en el resultado final.