El juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, llega a la recta final del camino. Después de varios días de juicio, este miércoles le ha llegado la hora al protagonista de todo este proceso judicial, sustentado en la acusación por presunta revelación de secretos de los correos entre la defensa de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, y la Fiscalía en 2024. Dichos e-mails terminaron en algunos medios de comunicación y, aunque los propios periodistas aseguraron que el fiscal general no era su fuente y que él mismo asegurara su inocencia, el Supremo ha presenciado intensos días de testimonios e interrogatorios para intentar esclarecer lo sucedido.
Togas fuera
García Ortiz, presente durante todo el proceso judicial, ha decidido quitarse la toga con la que ha presenciado lo ocurrido y tomar asiento para responder a algunas de las preguntas, pero no a todas. La mayor parte de sus respuestas han sido las que ya se conocían, pero es que en general y en mayoría todo lo que ha acontecido el juicio ya se sabía.
Los WhatsApps desaparecidos
A lo largo de los meses, una de las inquietudes que podrían llegar a señalar a Álvaro García Ortiz es que, cuando el Supremo le solicitó la información de su teléfono móvil, este respondió asegurando que había borrado el contenido del mismo «como hace protocolariamente siempre». Esto es algo que ha vuelto a aparecer en el juicio y la explicación ha sido más nítida.
«Esta eliminación de datos es preceptiva porque si mi teléfono móvil acaba en manos de terceras personas, si me lo dejo encima de una mesa, me lo roban o me lo hackean estoy poniendo en peligro a terceras personas de este país». Con lo que hace «borrados sistemáticos». «Yo no dejo que permanezca más de un mes en mi WhastApp la información», ha asegurado.
No contestaré a los «desleales»
Antes de que comenzara su intervención, García Ortiz ha expresado que no contestaría a ninguna de las acusaciones personadas. Además, ha acusado a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, de ejercer una acusación «desleal».
«Estas tres actuaciones, omitidas en el relato de hechos de la querella, y solo descubiertas en la instrucción del procedimiento, parecen alejadas de la buena fe procesal y del respeto que todos le debemos al proceso«, ha dicho García Ortiz.
«No lo he hecho llegar»
Es una frase habitual desde que el fiscal se encuentra inmerso en el proceso judicial. Ahora, al igual que en los meses anteriores, García Ortiz ha vuelto a reiterar su inocencia reafirmando que él no fue el que filtró el correo donde Alberto González Amador reconocía que «ciertamente se han cometido dos delitos fiscales».
«¿Ha hecho llegar el correo del 2 de febrero de 2024?», ha preguntado la fiscal María Ángeles Sánchez Conde. «No lo he hecho llegar», ha aseverado él. «¿Se ratifica?», ha insistido ella. «Sí, me ratifico», ha confirmado García Ortiz.
García Ortiz y la Cámara de los Secretos
Con todo, Álvaro García Ortiz ha negado este miércoles que la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, le preguntara la mañana del 14 de marzo de 2024 si había filtrado a la prensa los correos relativos a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. «Yo no escuché esas palabras», ha dicho.
«Tampoco es que hubiera una relación de confianza con la señora Lasta como para poder dirigirse a mí en estos términos», ha proseguido haciendo hincapié en que ella consideraba que «podrían hacer el ridículo» sacando la nota de prensa cuando todo ya estaba en los medios de comunicación. Dicha nota, ha sido uno de los elementos fundamentales del juicio por el que se le acusa la revelación de secretos (los secretos ya estaban revelados).
MAR de dudas
García Ortiz también ha hecho referencia al jefe de gabinete del Partido Popular, Miguel Ángel Rodríguez (MAR para los menos cafeteros). «Difundió entre periodistas una versión falsa y calumniosa sobre las negociaciones con el abogado de González Amador». «Rodríguez envió a un chat de periodistas la transcripción del correo del fiscal», ha dicho el fiscal que considera que lo que hizo MAR era hacer «un uso político de la situación».
«La querella omite que quien primero revela el email en forma y contenido de un fiscal», ha dicho, lo que «obligó a a la Fiscalía a emitir una nota de prensa para aclarar los hechos ante una manipulación interesada».
La nota de prensa o la prensa de la nota
El fiscal general no ha dudado en ratificar que, como máximo responsable del Ministerio Público, fueron él y su equipo –«como quieran, equipo el que sea»– los que se dedicaron, una vez obtenida la cadena de correos electrónicos entre el abogado del empresario, Carlos Neira, y el fiscal del caso, Julián Salto, a redactar la nota de prensa. Había dos objetivos: «poner en valor el trabajo de los fiscales y el rigor de los hechos».
«No hubo ninguna duda de cómo se tenía qué hacer», ha aclarado, enfatizando que «tanto es así» que no hubo ni «borrador» desde la Fiscalía Superior de Madrid, comandada por Almudena Lastra, a la que ha acusado de obstaculizar la emisión del comunicado al considerarlo «ridículo» porque recogía información ya publicada.
La justicia en el dentista
Al término de una comparecencia en la que sólo ha contestado a su defensa y a la Fiscalía, ha recuperado una frase, que ha contado que le ha dicho recientemente una persona ajena a la causa —concretamente un dentista, según ha podido saber Europa Press—, que cree que resume su situación: «La verdad no se filtra, la verdad se defiende».