Publicado 13/11/2025 – 9:38 CET
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El mundo continúa esperando el ansiado pico en las emisiones de combustibles fósiles, pero 2025 no será ese año. Según el Global Carbon Project (GCP), las emisiones de petróleo, gas y carbón crecerán un 1,1% este año, una cifra similar a los últimos tres años. El científico español Pep Canadell, director ejecutivo del GCP, señala que aunque el ritmo de crecimiento se ha estabilizado en un 0,8% anual en la última década, esta desaceleración resulta insuficiente para evitar los peores escenarios climáticos.

El panorama es preocupante: la ONU advirtió en 2019 que las emisiones deberían reducirse más de un 7% anual para limitar el calentamiento a 1,5°C. Para poner en perspectiva esta cifra, la pandemia de 2020 solo logró una caída del 5,6%. Los expertos consideran ahora que alcanzar el objetivo de 1,5°C «no es plausible», aunque insisten en que no debe abandonarse como referencia.

Entre los combustibles, el gas natural es el que más preocupa a los científicos. Con un crecimiento del 1,3%, ha mostrado un aumento «consistente» e ininterrumpido. «Con el desarrollo del gas natural licuado y la infraestructura que se está construyendo, vamos a tener gas durante muchos años», advierte Canadell, algo incompatible con los planes de reducción de emisiones.

China ofrece un rayo de esperanza mientras Occidente retrocede

La gran noticia positiva llega desde China, el mayor emisor mundial. El gigante asiático ha aumentado sus emisiones apenas un 0,4% en 2025, e incluso podría disminuirlas antes de fin de año. «Es una de las cosas más extraordinarias de este informe», destaca Canadell. Gracias al despliegue masivo de renovables, sin igual en el mundo, China ha logrado un «cambio estructural» tras décadas de rápido aumento.

El contraste con Occidente es notable: tanto Estados Unidos como la Unión Europea registran aumentos de emisiones tras años de reducción. Las causas incluyen un invierno más frío que incrementó el uso de calefacción, mayor producción de GNL estadounidense y el aumento de la demanda eléctrica por los centros de datos y la inteligencia artificial.

Sin embargo, Canadell mantiene el optimismo sobre la tendencia occidental: «La tendencia general a la reducción de emisiones en EE.UU. y los países occidentales se va a mantener», gracias al avance continuado de las renovables, que considera «imparable» pese al retroceso de la agenda verde de Donald Trump.

España y el desacople del crecimiento económico

En España, el panorama muestra claroscuros. Las emisiones de combustibles fósiles aumentaron un 2% en 2024, principalmente por un repunte del 6% en petróleo, aunque el carbón cayó un 10% y el gas un 4,5%.

La parte positiva llega con las renovables, cuyo consumo energético ha crecido a un ritmo del 7,4% anual en el último lustro. «Si seguimos con este crecimiento, se podrían doblar en nueve años», proyecta Canadell. España ejemplifica el desacople entre crecimiento económico y emisiones: la intensidad de carbono —emisiones por euro de PIB— lleva más de 15 años disminuyendo.

Son ya 35 países los que crecen sin aumentar emisiones, el doble que hace una década. Entre ellos figuran Estados europeos, pero también Corea del Sur, Taiwán, Tailandia o Jordania. Además, la deforestación se ha reducido claramente en la última década, y China se ha convertido en «la potencia más importante en reforestación del mundo».

Como resume Canadell: «Las cosas están pasando, aunque lentamente». La carrera contra el cambio climático continúa, y cada décima de grado importa.