Netflix estrena este viernes ‘El cuco de cristal’, una nueva adaptación de los libros de Javier Castillo que llega a la plataforma como un thriller cargado de misterio y emociones. La serie cuenta con la participación de la actriz vizcaina Itziar Ituño, que interpreta a Marta, uno de los personajes centrales de la trama.
La ficción narra la historia de Clara (Catalina Sopelana), una médico residente que, tras ser trasplantada de corazón, se traslada a un pequeño y enigmático pueblo para descubrir quién fue su donante. Allí conocerá a Marta (Ituño), la madre del joven donante, Juan (Alfons Nieto), fallecido en un accidente de tráfico; y a Rafael (Iván Massagué), compañero en la Guardia Civil de Miguel, el marido de Marta, desaparecido casi veinte años atrás.
“Es un viaje que abruma mucho, pero sé que estoy en las mejores manos”, asegura Javier Castillo sobre la tercera adaptación de una de sus novelas por parte de Netflix, cuyo catálogo ya incluye las series La chica de nieve y El juego del alma.
Cambios sutiles
Para el escritor malagueño, lo más importante de la adaptación es que esté alineada con el alma de la historia, algo que, en su opinión, se ha logrado. “En la serie el universo de la historia te atrapa igual que en el libro”, afirma.
Sobre las diferencias entre el libro y la serie, Castillo explica que los cambios son “sutiles”, siendo el más destacado el escenario: mientras que en la novela la historia transcurre en Estados Unidos, la ficción de Netflix se ha grabado en los bosques de Hervás.

“Intento escribir historias muy emocionales”
Dos líneas temporales
“El universo de este libro es especial, así que era importante encontrar el lugar porque tiene mucho peso”, señala la directora de la serie, Laura Alvea. La historia se desarrolla en dos líneas temporales: 2023, con la llegada de Clara al pueblo y la desaparición de una niña; y 2005, cuando se muestra el pasado de Miguel, que intenta salvar a una mujer de un incendio y se obsesiona con demostrar la culpabilidad del marido.
A través de seis episodios, los espectadores descubrirán los vínculos que unen estos hechos y los claroscuros de cada personaje. “Al final de la serie los personajes se relacionan con su lado salvaje de un modo u otro: algunos luchan contra él e intentan alejarlo, pero otros lo abrazan, lo aman y lo aceptan”, añade Alvea.
Por su parte, Catalina Sopelana describe la serie como un “thriller emocional” protagonizado por personajes “muy rotos”. “Cada personaje tira de un hilo y arrastra con él muchas cosas sorprendentes. Es una serie impactante, con giros de guion y cosas que te sorprenden. Habla de venganza, traición, amor, de cosas escondidas, de presencias que remueven…”, apunta Iván Massagué.
Ambos actores reconocen la presión de satisfacer a los seguidores de las novelas de Castillo, que ha vendido más de dos millones y medio de copias de sus libros. “Los ‘fans’ están muy pendientes del estreno y hay nervios. Eres consciente de que hay que hacerlo bien y estar a la altura”, afirma Sopelana.
Sobre una posible segunda parte de El cuco de cristal, al igual que ocurrió con La chica de nieve, Castillo asegura que concibió la novela como una historia cerrada. “Me gusta que la gente piense cómo continuaría, no darlo todo masticado”, concluye.