Dharmacide vuelve con Tougher Than the Rest, un disco que condensa el espíritu de resistencia y belleza melancólica que ha acompañado siempre al grupo madrileño. Su líder, René, compagina su papel como vocalista con el de bajista en Depresión Sonora y guitarrista en Alcalá Norte, pero tiene claro que Dharmacide es su casa, su apuesta personal.
Desde su habitación de San Blas hasta escenarios de Glasgow, René ha construido un universo sonoro donde el shoegaze, el dreampop y una sensibilidad casi cinematográfica se mezclan con letras que hablan de soledad, frustración y búsqueda de sentido. En esta conversación, el músico reflexiona sobre la dificultad de vivir de la música, la estética como forma de lenguaje, la inspiración en David Lynch y la necesidad de hacer arte aunque duela.
René llega a la redacción de ElPlural y algo llama la atención. No lleva sombrero.
P: ¿Qué importancia le das a la estética?
R: Junto con la música, la estética es lo más importante a la hora de presentar un proyecto. A través de cómo te muestras al mundo dices muchas cosas sin necesidad de abrir la boca.
P: El sombrero es tu toque personal y se me hace rato verte sin él.
R: Es un elemento que siempre me ha gustado y aquí en España son difíciles de encontrar. Cuando hice la primera gira en México con Depresión Sonora fue pillarme unos sombreros y marcar así mi seña de identidad.
P: Tougher than the rest (Más duro que el resto).
R: Representa lo difícil que ha sido sacarlo. Cuando eres una banda pequeña, es muy complicado sacar un trabajo que suene como tú quieres. Hubo un momento en el que todo se puso en contra y parecía que no saldría nunca. A la hora de elegir el nombre me serví de la canción de Bruce Springsteen. Encaja perfectamente con el proyecto.
No quiero cambiar de idioma para llenar más, tan solo quiero hacer lo que me gusta
P: Me imagino que sea difícil compaginar ser vocalista en Dharmacide, bajista en Depresión Sonora y guitarrista en Alcalá Norte.
R: Es muy difícil vivir de la música y para poder hacerlo tienes que buscarte varios curros. Son proyectos que me gustan y los compagino, pero lo primero siempre ha sido Dharmacide. Aunque no vaya tan bien como Depresión Sonora o Alcalá Norte, es por lo que he apostado y mi proyecto principal.
P: ¿El tipo de música que haces complica las cosas?
R: El título del disco también va por ahí. Siempre supe la línea que quería seguir con Dharmacide, tanto en la estética como en el aspecto sonoro. Si cantara en español, igual tendría más éxito. Mucha gente me lo dice. Sin embargo, no quiero cambiar de idioma para llenar más, tan solo quiero hacer lo que me gusta y defender mi visión. El tipo de música no es lo habitual, pero hay mucha gente que agradece nuestro sonido por ir a contracorriente.
P: Me parece muy atractivo ese sonido similar al post punk ruso.
R: Lo del post punk ruso es curioso por que sale de internet y se ha erigido como un género. En sus inicios, Depresión Sonora se parecía más a ese tipo de música. A mi me inspiró el shogaze. Que las voces parezcan un instrumento más y no sean el elemento protagonista. También todo lo que se genera alrededor con sintetizadores, guitarras y todos los sentimientos creados a partir de lo sonoro.
P: ¿Están esos sentimientos asociados a la desilusión?
R: He intentado reflejar cómo me he ido sintiendo. Tanto en el primer disco como en el segundo, hay partes oscuras. Momentos en los que, a pesar de querer salir hacia delante, no sabes cómo hacerlo. Siempre, alejándome de una cierta romantización de dichos sentimientos porque me parece algo bastante chungo.
P: La letra The Cigs, The Light, The Cofee and Crying tiene una impronta deprimente y por ejemplo en Doves, dices: «Volando como una paloma en un mundo que no es mío».
R: El disco narra experiencias personales que la gente no tiene por qué comprender. Cigs repite el mantra de caer en un círculo vicioso de fumar y llorar de forma recurrente. Un situación triste en la que se remarca constantemente lo jodida que es. Por otra parte, Dove habla lo que cuesta todo, sobre todo en el aspecto monetario. Todo aquello que buscamos y necesitamos cuesta mucho dinero. Y no tenerlo es un frustración tal, que llegas a envidiar la sensación de libertad que puede experimentar una paloma.
P: También reflexionas alrededor de la soledad.
R: Puede que desde fuera, el mundo en el que vivimos los músicos gire alrededor de la fiesta y estar tocando, pero es muy curro muy duro en el que tienes que convivir todo el rato con la misma gente. Y eso, a veces, me hace sentir solo. Todas esas dudas están representadas en el disco. En Time goes by hablo del paso del tiempo. Ahora menos, pero siempre me ha preocupado la presión que te meten en el mundo de la música respecto a este tema. Johny Mars se separó de los Smiths a los 23 años, con discos increíbles y yo tengo 28. ¿Y qué he hecho?. En Reasons habló de esa sensación que hemos tenido todos los músicos de querer dejar esto. ¿Por qué hago música? ¿Hay alguien fuera escuchándome? La verdad es que hay un tono bastante depresivo en el disco, pero son las dudas que me han ido surgiendo. Además, hablo con otros músicos y todos sentimos cosas similares. Puedes llenar estadios o tocar en espacios reducidos, pero todos tenemos las mismas dudas.
P: ¿El éxito de Alcalá Norte es sinónimo de esperanza?
R: La gente puede pensar que es un fenómeno, pero hay muchísimo trabajo detrás. Son un grupo que curra mucho y tienen unas letras buenísimas. Y sí, es un canto a la esperanza porque no todo tiene que ser triste. Esa tristeza no es lo que quiero, pero de momento es en lo que me recreo y lo que me sale a la hora de escribir. También me gusta que haya gente que vea las cosas con optimismo y ayude a otra a salir del hoyo.
P: Se me antoja también un proyecto bastante visual. Cinematográfico llegaría a decir.
R: El cine y la música van de la mano. Para las portadas me he inspirado en un corto llamao Scorpio Rising. Es una temática extraña porque trata sobre un club de nazis homosexuales adictos al cuero. Siempre cojo referencias en el cine porque concibo este proyecto desde lo visual. Para los directos también me gustaría hacer algo, pero los medios por ahora son los que son. Mi objetivo es invertir para que Dharmacide sea más teatral.
P: ¿Para eso solo hace falta dinero?
R: Y buenas ideas. De hecho, estoy enfocando mi vida a tener buenas ideas y actuar como una especie de creativo. Me gusta pensar en este disco como una banda sonora de algo. Lo produje con Carlos Elías de Alcalá Norte y me dijo justo eso, que era un disco muy cinematográfico.
P: ¿Te inspiras en alguien?
R: Es un poco clásico, pero David Lynch me encanta. El simple hecho de poner un telón rojo detrás de un escenario te aporta mucha clase. Me gusta Lynch porque en la última temporada de Twin Peaks, al final de cada capítulo, los personajes van a un bar donde un grupo toca en directo. Y ahí salen los títulos de crédito. Me resultó muy inspirador.
P: El videoclip de Cigs me parece el claro ejemplo de buen trabajo con pocos recursos.
R: Ese videoclip no hubiera sido posible sin Laura Escribano. Me quedé con la iglesia que aparece porque me recuerda a las que se ven en Estados Unidos. La vi hace años en Las Rozas y me pareció muy potente. Se quedó en mi cabeza y siempre supe que quería hacer algo con ella. De hecho, el aspecto visual del disco gira en torno a esa iglesia. Es nuestro pilar.
P: ¿Hay aquí detrás algún tipo de motivo religioso?
R: Realmente no. No toco nada que tenga que ver con la religión. Es tan solo algo visual.
P: ¿Gira en el horizonte?
R: Todavía no lo hemos anunciado, pero vamos a hacer una gira por primera vez. Este tema me preocupa mucho por la posibilidad de no llenar las salas. Sin embargo, creo que ahora es el momento de hacerlo. Iremos a bastantes puntos de España, pero estamos cerrando alguna fecha fuera. Tengo ganas de tocar mucho en salas porque es lo que más me gusta por sentir el contacto del público. El otro día nos vinieron a ver en Glasgow 40 personas y se nos acercó una chica para decirnos que venía desde Polonia. Soy de San Bas, un barrio obrero de Madrid, y no estoy acostumbrado a que la gente preste tanta atención a estas cosas. Luego otro tipo que llevaba cuatro años esperando a que fuéramos a Glasgow. Y joder, estas son las cosas por las que hago música.